Davide Ballerini (Deceuninck) se ha impuesto en el esprint final de la Omloop Het Nieuwsblad para apuntarse la primera gran victoria de su carrera. El velocista italiano culminó en victoria la que fue otra jornada de exhibición del Deceuninck, el equipo que probablemente tenga la mejor plantilla para las clásicas pero que también es el equipo que pone más empeño en ganar cada una de ellas.
Los 200 kilómetros que componen la primera clásica importante de la temporada empezaron con el prematuro ataque de Gibbons (UAE), De Backer (B&B), Fedorov (Astana), Louvel (Arkéa) y De Ketele (Sport Vlaanderen). Los cinco obtuvieron el permiso del pelotón y caminaron como la escapada del día.
La fuga, que estuvo a punto de alcanzar los nueve minutos de ventaja, fue perdiendo fuelle a medida que la tensión aumentaba en el pelotón y se aceleraba el ritmo para darles caza. De la tensión en el grupo también fueron víctima muchos corredores que acabaron por el suelo y se despidieron de sus opciones de vencer la carrera.
Fue a 40 de meta cuando saltaron del pelotón nueve corredores que alcanzaron a la fuga y se encaminaron hacía adelante. La carrera ya se había puesto seria pues en ese grupo iban corredores como Van Avermaet (AG2R), Vanmarcke (Israel), Laporte (Cofidis) y sobretodo los tres Deceuninck, Alaphilippe, Stybar y Ballerini. El equipo dirigido por Lefevere volvía a ser de nuevo el más activo en una clásica.
Descontentos con la situación viendo que había mucho candidato a la victoria en el grupo, se les había añadido Pidcock (INEOS), aprovechó el Deceuninck para lanzar a Julian Alaphilippe por delante, todo un campeón del mundo. El corredor francés, entregado siempre al espectáculo, bregó el solo contra todo el grupo de escapados al que también le perseguía el pelotón. A 20 kilómetros de meta Alaphilippe desistió y se dejó coger por unos fugados que a su vez eran cogidos por el pelotón.
A partir de aquí el Deceuninck, con el campeón del mundo a la cabeza, se puso a controlar la carrera para evitar ataques y jugársela al esprint. Cortaron todo intento de algún que otro valiente y lograron llegar al último kilómetro con el grupo de 40 unidades compacto. Ahí tomó las riendas Florian Sénéchal (Deceuninck) y lanzó magistralmente a Ballerini que no tuvo rival al esprint. El italiano ya había demostrado en el recién Tour de la Provenza ser uno de los más rápidos del pelotón y aquí no dejó opción a Jake Stewart (FDJ) y a Vanmarcke, quiénes le acompañan en el podio.
Nadie duda que el Deceuninck tiene una de las mejores plantillas del mundo para disputar estas carreras y que muchos de sus corredores andan más que sus rivales pero el empeño en ganar cada vez que corren una clásica también es muy superior al de los equipos contrarios. Así que si sumamos el talento de sus corredores más que están presente en cualquier situación de carrera nos sale un equipo que es casi imposible que un solo año se vaya en blanco de la temporada de clásicas. Hoy con la victoria de Davide Ballerini ya se han apuntado la primera de todas.