No hay dudas. Óscar González (Supermercados Froiz) ha venido para llevarse la XXIX Vuelta a León, tras entrar en la meta de Molinaseca levantando los brazos vestido de amarillo, y es que el de A Estrada en cuatro días de competición ha logrado ya sumar dos triunfos, el de hoy y el del prólogo en las calles de la capital leonesa el pasado lunes, y un segundo puesto en la jornada de ayer con el duro final en alto a Villaverde de la Cuerna.
De nuevo, su mayor escollo lo ha tenido en el vencedor en esa meta en Villaverde de la Cuerna, Anatolii Budiak (ULB Sports-Natural Greatness), y es que como hace 24 horas, gallego y ucraniano han vuelto a jugarse el triunfo mano a mano, cambiándose esta vez las tornas, y siendo Óscar en esta ocasión el más rápido de los dos.
Volvimos a ver ciclismo del bueno, del que hace afición, y día tras día, la Vuelta a León demuestra que poco tiene que envidiar de cualquier prueba profesional que se precie en nuestro país, tanto en espectáculo, como en días de competición (donde solo la gran Vuelta a España y la Volta a Catalunya la superan), como en dureza de las etapas, como en el propio nivel de los ciclistas, así como en la cobertura que se hace de la carrera, pudiéndose ver este año los finales de cada etapa en directo.
Se salía de Bembibre, localidad que hace unos años albergó unos campeonatos de España que encumbró a un imberbe Jesús Herrada, que por aquel entonces daba sus primeros pasos en el Movistar, y todas las miradas se centraban en el ciclista local Jesús Nanclares, que tras ganar una etapa en la pasada Vuelta a Zamora era uno de los claros candidatos a poder ser profeta en su tierra. Nada más darse el banderazo de salida se producían los primeros ataques, aunque el pelotón llegaba agrupado al primer paso por el Alto de Onamio, que volvería a atravesarse en la parte decisiva de la jornada, coronándose cuando ya solo quedaran 5 kilómetros a la llegada, y en donde se produciría toda una batalla sin cuartel.
Pero volviendo a ese primer paso, la película era muy distinta con los ciclistas contemplativos, como queriendo comprobar y estudiar la dureza de ese muro, con apenas un kilómetro pero una media superior al 10%, y picos del 18% de desnivel. El único que se movía era Xavier Cañellas (Caja Rural-RGA) que pasabe el primero por el alto, y que cruzaba por la meta de Molinaseca, con aún más de 110 kilómetros por recorrer, en cabeza de carrera junto con Martí Márquez (Lizarte), que el día anterior también se había metido en la fuga.
Los dos llegaban a las primeras rampas del gran puerto del día, y podríamos decir de la Vuelta a León, el Alto de Foncebadón, que con sus casi 20 kilómetros de ascensión llevaría a los ciclistas a la Cima Especial Braulio Fernández, punto más alto de esta ronda con sus más de 1500 metros de altitud. Por detrás el que saltaba del pelotón era Edu Rodes (Aldro), que alcanzaba a los dos de cabeza, y tras coger un pequeño respiro decidía poner un punto más en busca de realizar una gran gesta, gesta que acabaría consiguiendo.
El pupilo de Manolo Saiz hacía una ascensión brutal, a lo gran escalador, sacando en los primeros kilómetros una renta de minuto y medio, que luego aguantaría hasta la cima, a pesar de enfrentarse a kilómetros enteros al 9% de media, y rampas salvajes por hormigón al paso de la localidad de El Acebo. Su machada tendrá recompensa, y es que Rodes al pasar el primero por el alto se asegura que el último día subirá al podium para recibir ese premio citado, «Cima Especial Braulio Fernández», además de que los puntos que sumaba en este Categoría Especial le acabarían valiendo al final de la jornada para alzarse con el maillot blanco de topos rojos que le acredita hasta el momento como mejor escalador.
Eso sí, Rodes tiraba de inteligencia y sabedor de que aún le restaban algo más de 90 kilómetros desde la Cruz de Ferro, ubicación mítica del Camino de Santiago, y donde se sitúa la cima de este puerto, hasta la meta, levantaba el pie y dejaba que el grupo del líder, que coronaba con apenas una treintena de ciclistas, le atrapara. Fue en ese momento, cuando se producía la escapada de la jornada, con cuatro galgos de mucho nombres, con David Galarreta y Antonio «Chava» Angulo (Rías Baixas), Joel Nicolau (Caja Rural-RGA), que volvía a enganchar al escapada del día como en la jornada de ayer, y Urko Berrade (Lizarte).
#VueltaLeon Paso de la carrera por Castrillo de los Polvazares (km. 63) con dos @CCRiasBaixas en cabeza como @Chava_92 y @david_galarreta, además de @Urkich (@EquipoLizarte ) y @jonicolau97 (@CajaRural_RGA ) que cuentan con 32″ sobre el pelotón del líder pic.twitter.com/FUUZH5jT8O
— El Pelotón (@ElPeloton) 26 de julio de 2018
Los cuatro hacían camino y rápidamente abrían brecha con un pelotón encabezado en todo momento por los hombres del Froiz, que resguardaban a su líder Óscar González, y que decidía levantar el pie, hecho que aprovechaban muchos ciclistas descolgados en Foncebadón para volver a entrar al resguardo del gran paquete. La ventaja del cuarteto llegaba a superar los 3 minutos una vez pasado Astorga, en donde se giraba hacia el Puerto del Manzanal, para afrontar 20 kilómetros de largas rectas con un fortísimo aire de cara.
Por la cima de ese puerto, a 40 kilómetros para meta, los cuatro mantenían la ventaja con el pelotón en casi 3 minutos, pero a partir de ahí, la película cambiaba por detrás con los Froiz poniéndose el mono de trabajo, metiendo quinta, para echar abajo la escapada, conocedores de que el líder se veía con buenas piernas. Finalmente, los escapados eran engullidos a los pies del Muro de Onamio, es decir a poco más de 6 kilómetros para meta, en donde Óscar hacía verdad eso de que el amarillo da alas, soltando un hachazo brutal en la primera rampa al 15%, y abriendo brecha con todos los rivales. El único que poco a poco lograba cerrar el hueco con respecto al gallego volvía a ser Budiak, pasando ambos en cabeza por la cima, mientras que el tercero en discordia con unos 15 segundos perdidos era, también como ayer en Villaverde, Óscar Linares (Gomur).
Al final ya sabemos lo que sucedió, con Óscar dándole el último relevo, el bueno, a Budiak, y con Linares entrando en solitario a 16 segundos, para reafirmarse también en ese cajón del podium, con Jaume Sureda (Caja Rural-RGA) cruzando cuarto a 23 segundos de Óscar, y con otro Froiz, Diego Noriega dando tiempo, a 25″ de su compañero, al grupo donde viajaban el resto de grandes favoritos de esta vuelta como Iñigo Elosegui, Nico Saenz e Iván Moreno (Lizarte), Víctor Etxeberria (Caja Rural-RGA), Eusebio Pascual (Mutua Levante-Bioracer) o Cristian Mota (Aldro). El que no entraba en ese grupo, aunque se le daría el mismo tiempo era el jovencísimo Carlos García (Polartec-Fundación Contador), líder de la clasificación sub21 y cuarto en la general, que sufría una aparatosa caída a 2 kilómetros de meta, que le dejaba bastante tocado. Veremos si mañana el percance no le pasa factura al talentoso madrileño en la etapa reina de esta Vuelta camino de La Baña.
Etapa la de mañana que ya vivimos en 2015, y que recordamos con su vencedor en aquella ocasión Cristian Rodríguez, hoy profesional en Caja Rural-RGA, y que él mismo recuerda como una de las jornadas más duras que ha vivido encima de la bicicleta. Salida en San Cristobal de la Polantera para llegar 165 kilómetros después a la localidad de La Baña (todo al detalle en nuestra previa de la Vuelta a León), acumulándose en los últimos 60 kilómetros casi 3000 metros de desnivel, acabando con la ascensión, de 18 kilómetros, al Puerto de Las Gobernadas, (que analizamos al detalle junto al resto de los puetos del día aquí) con la cima a 6 kilómetros de meta.
Hoy Óscar ha incrementado su ventaja en la general con todos sus rivales, teniendo un colchón de 23 segundos con Budiak, de 35 con Linares, de 50 con Etxeberria, o 51 con Carlos, pero diferencias mínimas para lo que se puede vivir mañana, y es que recordemos que en aquella jornada entre Cristian y el décimo de la etapa hubo una diferencia de 5 minutos. Lo que está claro es que quién salga mañana de líder tendrá el triunfo en esta ronda prácticamente sellado ¡La Baña manda!