Escribir previas siempre es un ejercicio aventurado. Más allá de describir los datos numéricos, factibles y objetivos del recorrido o enumerar la lista de participantes, toca ejercer de adivino en un deporte como este, en el que tantísimas variables pueden echar al traste el más sesudo análisis. Nunca es fácil. Y, cuando uno se encuentra ante una carrera como la prueba en línea de Río 2016, lo es menos aún.
El circuito brasileño desafía al más pintado. En el calendario femenino apenas hay carreras comparables a esta en cuanto a perfil. Si a esto le sumamos el hecho de que para muchas ciclistas es el gran objetivo del año, que varias de las favoritas no compiten desde el Giro Rosa (y esto significa un mes), y que otras llegan con dudas de diversa índole, solo hace falta añadir que es una competición por selecciones de —en el mejor de los casos— 4 ciclistas para terminar de rematar la faena.
Recorrido
Hablábamos antes de ausencia de perfiles compables. Si la ascensión final a Canoas podría pasar por un puerto medio del Giro Rosa, favorable a las escaladoras, el tramo que las llevará hasta allí parece un extraño híbrido de clásica valona y flamenca. Dos cotas de notable dureza y un complicado tramo adoquinado de casi 2 kilómetros de longitud servirán sin duda para que la carrera llegue medianamente seleccionada a su último punto decisivo y, quién sabe, quizá también para movimientos tácticos que busquen dejar atrás a las escaladoras más puras antes de que llegue su terreno predilecto. Hay selecciones como la británica que ya han expresado abiertamente sus intenciones al respecto.
Canoas/Vista Chinesa no es solo el ascenso; como pudimos ver en la fantástica prueba masculina del sábado, su difícil bajada puede tener un peso enorme en el desenlace. En el equilibrio entre capacidad subiendo, habilidad bajando y visión táctica en una carrera con equipos minúsculos estará el cóctel ganador.
Buscando el balance perfecto
¿Qué corredoras combinan mejor las cualidades mencionadas? Muchos ojos están puestos en Megan Guarnier. La estadounidense, ganadora del último Giro Rosa, parece tenerlo todo. Sólida escaladora, capaz bajadora y poseedora de una interesante punta de velocidad. Está en su madurez deportiva, llega tras una temporada exitosa, y está rodeada de un buen equipo.
Si eliminamos el factor equipo, a la sudafricana Ashleigh Moolman se le pueden otorgar adjetivos similares. La sensación es de que llega en una forma espléndida, sabe moverse en pruebas de un día, y las empinadas rampas de Canoas le favorecen. Por contra, dependerá de la actitud de otras selecciones más numerosas y potentes para hacer su carrera.
El dencenso podría ser el punto débil de Anna van der Breggen (Países Bajos), quien, por lo demás, parece tener casi todo a su favor. Selección potentísima, estado de forma ascendente, como se vio en el Giro, y probablemente el mejor motor para todo lo que no requiera habilidades más allá del potencial físico: gran rodadora y gran escaladora.

Estas corredoras podrían ser las principales favoritas, en un esfuerzo por definir un grupo limitado a las medallas.
En el capítulo de especialistas se encuentra Mara Abbott (USA). Sin duda la mejor escaladora, pero también una ciclista muy limitada en varios factores fundamentales para resolver una prueba como la de Rio 2016. No es hábil bajando, tiene las de perder ante cualquiera en un sprint, y el tramo adoquinado podría convertirse en un muro infranqueable para ella.
Su compatriota Evelyn Stevens comparte esas debilidades, si bien en menor medida. Su carácter atacante y el fantástico momento que mostró recientemente en el Giro la convierten en una outsider muy peligrosa. Como también lo es la italiana Elisa Longo Borghini, quien además cuenta a su favor con sus cualidades como bajadora, y dos interesantes peones tácticos en su equipo como son Tatiana Guderzo y Elena Cecchini.
Otras dos buenas escaladoras que saben trazar en un descenso son Kasia Niewiadoma (Polonia) y Claudia Lichtenberg (Alemania). Y mucho ojo también con la canadiense Leah Kirchmann; viene demostrando recientemente que, más allá de sus innegables trazas de velocista y clasicómana, posee unas dotes escaladoras sorprendentes.
Como guerreras solitarias llegan Alena Amialiusik (Bielorrusia) y ni más ni menos que la superestrella del MTB Jolanda Neff (Suiza), ciclista que podría dar la gran sorpresa con las ruedas finas. Entre ellas también hay que mencionar a la representante española, Ane Santesteban, a quien especialmente le favorece la parte final del recorrido y está capacitada para dar una alegría. Y, por supuesto, la guerrera solitaria por excelencia de los últimos años: Emma Johansson (Suecia), ante su última oportunidad olímpica.
¿Y Pauline Ferrand-Prevot? La francesa lleva una temporada para olvidar, pero en las últimas semanas ha dado muestras de recuperación física y le puede beneficiar llegar sin hacer ruido. En condiciones ideales es un buen recorrido para ella.
Capítulo aparte merecen quienes fueron oro y plata en Londres 2012: Marianne Vos y Lizzie Armitstead. Neerlandesa y británica llegan con dudas por el recorrido y, en el caso de la segunda, también por la tormenta mediática desatada en torno al asunto de los controles antidopaje no realizados, sumado a su falta de resultados en pruebas con auténtica montaña.
Vos viene mostrando una cierta debilidad en las ascensiones a lo largo de la presente temporada que no augura buenos presagios de cara a un recorrido tan duro como este. Dentro de su propia selección parece estar por debajo de Van der Breggen en la jerarquía, e incluso también de una Annemiek van Vleuten que está subiendo como no lo había hecho jamás. Pero la experiencia, inteligencia táctica, habilidad y punta de velocidad de Marianne podrían llegar a compensar la balanza.
Hay muchas incógnitas por resolver. Pero una cosa es segura: en un circuito tan bien diseñado como el de Río 2016, nos espera una gran tarde de ciclismo. Será a partir de las 17:15, hora peninsular española.