El lunes arrancábamos así la crónica de la contrarreloj juvenil femenina del Campeonato del Mundo de Richmond:
- Es muy complicado empezar esta crónica. Es muy complicado hablar de algo que supera a quien escribe, algo que supera a cualquiera que siga el ciclismo.
Más superados, si cabe, nos hallamos ahora. Y es que en esa contrarreloj individual la estadounidense Chloé Dygert lograba hacerse con el maillot arcoíris con una ventaja espectacular sobre su más inmediata perseguidora. Y esa no era otra que su compatriota Emma White, que se hacía con la plata tras un enorme esfuerzo. Doblete americano en suelo de Virginia, ¿podían soñar con más? No se sabe. Pero como sin soñar las cosas no son alcanzables, se ve que soñaron. Y a lo grande. Y repitieron. Y a lo grande. Llegaba hoy la prueba en ruta con muchas expectativas puestas en esa dupla local, y no defraudaron. Dygert, de nuevo oro, riding like a pro, exhibiéndose y metiendo más de un minuto. White, otra vez plata, resolviendo a lo maestra en el grupo de tres que perseguía. El bronce sí fue a Europa, fue para la polaca Agnieszka Skalniak… que repite el mismo resultado que en Ponferrada 2014…
Sin tele; con espectáculo
Sin cobertura televisiva en directo, poco cabía esperar de la información que se recibiera desde Richmond. Un tempranero ataque, en el kilómetro 1, de la francesa Marion Borras abría la lata de los movimientos, a continuación prolongados por la rusa Kenia Tcymbaliuk y por la estadounidense, a la postre protagonista, Emma White. A ellas se unió momentáneamente la noruega Susanne Andersen, para más tarde ser cazada.
Ya con la mitad de la carrera recorrida, el pelotón se agrupaba y se ponían manos a la obra las selecciones más potentes. Estados Unidos, con Dygert y de nuevo White atacaba junto a Skalniak, talento puro, y a la francesa Juliette Labous, atacaban. En 2 km, 20 segundos; en 4, 30; en 7, 48. Mediada la tercera vuelta el cuarteto alcanzaba ya esa peligrosa ventaja, y era Italia quien, siendo el único bloque con cinco corredoras, se veía obligada a trabajar para tratar de neutralizar.
Ni siquiera dio tiempo a terminar esa tercera vuelta para que Chloé Dygert se aventurara y testara sus cualidades de campeona del mundo contra el cronómetro. La ciclocrosista americana atacó antes de cruzar por penúltima vez meta. Y ya no la vieron. Sin entendimiento en el grupo grande, y tampoco entre Skalniak y Labous, que tiraban con más corazón que cabeza, Dygert logró rodar prácticamente 20 km en solitario, alzándose con su triunfo más importante de… la parte final de esta semana. A punto estuvo el pelotón de dar caza a las perseguidoras, pero Emma White lanzó el ataque en la 23rd Street adoquinada para llegar también en solitario y colgarse la plata. Bronce fue Agnieszka Skalniak y cuarta, dando tiempo al pelotón, la japonesa Yumi Kajihara. Rocío García, toda la carrera entre las mejores, rompió dos radios en la última subida y quedó relegada a la 26.ª plaza como mejor española de la jornada.