Exhausto, sin habla, desfondado. Así ha llegado a la línea de meta situada en la Basílica del Puy, el catalán Marc Soler. Las condiciones meteorológicas no han impedido que el corredor de la formación de Manolo Azcona ratifique su condición de dominador de la categoría en este inicio de temporada, y hoy, por cuarta vez en lo que va de año, ha levantado los brazos imponiéndose en el Memorial Cirilo Zunzarren.
Y es que denominar como hombre de las nieves a Marc Soler no es una ofensa, sino un halago. A la familiar aparición del viento, debemos sumar las condiciones de lluvia, granizo o nieve que han sufrido los corredores durante el recorrido. Empezaba la prueba con un terreno suave, a la espera del infierno posterior, con una escapada de siete hombres que iba abriendo camino, y el equipo Lizarte al completo encabezando el pelotón. Las rampas de Arradia han supuesto el fin de la primera aventura del día, y con ello ha empezado el festival de ataques. Ataques en Arradia, ataques en Guirguillano, y todos con un denominador común: Marc Soler. No obstante, el Caja Rural, con la moral por las nubes trras la victoria de ayer, no dejaba marchar los diferentes intentos, hasta que cinco corredores, entre los que estaban Eneko Lizarralde (Gipuzkoa), Imanol Lafuente (Lizarte) o Jokin Etxabe (Debabarrena), han tomado la delantera antes de empezar la ascensión a Lezaun.
La dureza del puerto se ha multiplicado por el granizo. Coronaba en cabeza un sonriente Lafuente, ajeno a las dificultades planteadas por el clima, mientras Soler se movía por enésima vez en el pelotón. No ha sido hasta Eraul, cuando, en compañía de Arnau Sole, el catalán ha cazado a los fugados. Todo el peso de la escapada ha recaído sobre él, y aprovechándose del fuerte ritmo impuesto por su compañero Imanol Lafuente, ha demarrado en el último paso por Muru. En solitario ha llegado a las primeras rampas del Puy, y en solitario ha disfrutado del triunfo, cuarto para él y cuarto para el Lizarte.