Stephen Cummings (BMC Racing) se hizo con la 42ª edición del Tour del Mediterráneo superando en la general final a Jean Christophe Péraud (AG2R), vencedor en Mont Faron, y de Riccardo Zoidl (Trek Factory Racing), segundo y tercero respectivamente. Victoria la del corredor británico fraguada en la crono individual y no en la ascensión final de Mont Faron donde habitualmente se resuelve esta prueba. El otro gran triunfador de esta ronda gala fue John Degenkolb (Giant-Shimano) que hacía un hat-trick en las tres primeras etapas.
Las tres etapas tuvieron un claro protagonista, el corredor alemán John Degenkolb, que no encontró opositor alguno a su hegemonía en las llegadas masivas, volviendo a parecerse al sprinter que nos deslumbró a todos durante la Vuelta a España de 2012. El corredor de Giant-Shimano se impuso en Montagnac tras 223 kilómetros, durante los cuales uno de los jóvenes baluartes de nuestro ciclismo, Fernando Grijalba (Cajar Rural-Seguros RGA) encontró hueco para formar parte de su primera escapada como corredor profesional. Finalmente, Degenkolb alzaba los brazos por delante de Danilo Napolitano (Wanty-Groupe Gobert), haciéndose así con el primer maillot amarillo de la prueba francesa.
Las dos siguientes etapas se dirimieron de la misma manera con Degenkolb siendo el más rápido al sprint, tanto en Rousset tras 171 kilómetros, como en Saint Rémy de Provence, de tan sólo 63 kilómetros. En segunda etapa se imponía a los franceses Yannick Martinez (Europcar) y Armindo Fonseca (Bretagne-Séché), en una etapa que parecía que podía tener sorpresa ya que Fabio Duarte (Colombia Team) y Cyril Gautier (Europcar) proponían un fuerte pulso al pelotón tras saltar en el Petit Galibier, puerto situado a unos 25 kilómetros de meta, aunque al final fueron neutralizados en beneficio del sprinter teutón. En la tercera Degenkolb hacía lo propio por delante de Thor Hushovd (BMC), en la prueba matinal de bajo kilometraje, a la espera de la crono de la tarde.
En esa contrarreloj en la misma localidad de Saint Rémy de Provence se imponía Stephen Cummings (BMC), siendo el más veloz en cubrir los 18,2 kilómetros de los que constaba, superando en 4 segundos a Riccardo Zoidl (Trek Factory) y en 10 segundos a Sylvain Chavanel (IAM Cycling), lo que además le permitía para ponerse como nuevo líder del Tour del Mediterráneo, que a la postre sería definitivo.
En la última etapa con el final mítico en Mont Faron, Stephen Cummings defendería de la mejor manera su condición de líder siendo cuarto en la última ascensión, en la que se imponía el corredor francés Jean-Christophe Péraud (AG2R). Durante la etapa otro hombre de Caja Rural-Seguros RGA sería protagonista metiéndose en la fuga, Omar Fraile, pero a 13 kilómetros de meta se acabaría su aventura. En la subida a Mont Faron se sucedieron los ataques, siendo el de Eduardo Sepulveda (Bretagne-Séché) uno e los más duros, aunque Péraud finalmente pudo rebasarle a un par de kilómetros de la línea de llegada, superando al corredor argentino de la Bretagne en 5 segundos y a Cummings que entraba en la línea de llegada junto con Stefan Denifl (Trek Factory) a 11 segundos del vencedor del día, lo que le valía al corredor inglés para hacerse con la ronda francesa aventajando a Péraud en 4 segundos y a Zoidl en 10.