A lo grande, así ha sentenciado hoy Yates en el primero de los dos días de montaña andorrana. El británico que quedó segundo por detrás de Thibaut Pinot, quien logró su segunda victoria en esta Vuelta afianza su ventaja al frente de la general. El líder de La Vuelta le endosó una minutada en línea de meta a Valverde que mañana tendrá que buscar la heróica.
La mejor defensa es un buen ataque, eso ha pensado Simon Yates hoy en La Rabassa, y lo ha aplicado al pie de la letra y al pie de puerto cuando decidió saltar del grupo de favoritos en busca de Quintana, Kruiijswik y Pinot que habían atacado instantes antes durante la decimonovena etapa de La Vuelta que transcurría entre Lleida y La Rabassa. Una jornada de 154,4 kilómetros en la que se voló en la primera hora de carrera, con una media de más de 48 kilómetros a la hora que dificultó la formación de la fuga. Una fuga que se formaría en torno a 100 kilómetros de meta por Kwiatkowski, Clarke y Ghebreigzabhier. Los tres corredores no llegaron a gozar en ningún momento de una ventaja amplia ya que Movistar decidió controlar el ritmo del pelotón durante todo el día. A la fuga se le unirían luego otros corredores como De Marchi, Igor Anton o Rolland pero el conjunto telefónico no fue nada permisivo con el grupo de escapados en ningún momento.
Llegábamos así a los pies de La Rabassa, con un pelotón compacto y todo por decidir. Pero al poco de iniciar la ascensión y Quintana decidió probarlo desde lejos, una aventura curiosa cuanto menos a la que decidió unirse Steven Kruijswik y Thibaut Pinot. Fue entonces cuando Simon Yates hizo bueno eso de la mejor defensa es un buen ataque y decidió que era el momento de poner la carrera patas arriba, de dar un golpe de autoridad y demostrar por qué él es el líder de esta edición. Un portentoso ataque que dejó clavados al resto de favoritos, el Movistar desarbolado con Quintana por delante y Valverde fundido por detrás vio que no era su día.
Toda la responsabilidad le cayó al británico, que fue a ritmo hasta el último kilómetro cuando Thibaut Pinot lanzó un poderosísimo ataque para hacerse con la victoria final y serigrafiar su nombre en la cima de La Rabassa. Mientras tanto, Enric Mas veía como se le escapaba el pódium en favor del holandés Steven Kruijsvik y se puso manos a la obra para evitarlo, decidió marchar hacia delante en compañía del resto de favoritos menos Valverde.
No pudo salvar ese pódium virtual hoy Enric, veremos mañana. Por poco tampoco lo salva Valverde que se dejó más de un minuto en línea de meta, exactamente igual que la última vez que La Vuelta llegó a La Rabassa. Mañana nueva oportunidad en lo que tiene que un infierno de etapa, menos de 100 kilómetros y 6 puertos de montaña entre Escaldes y La Collada de La Gallina. Perfil propicio para emboscadas y para gastar las últimas balas antes de Madrid. El espectáculo está asegurado.