Chris Froome (Team Sky) se ha alzado con la victoria en la decimonovena etapa del Giro d´Italia (2.UWT, Italia), disputada hoy sobre un recorrido de 185,2 kilómetros entre la localidad torinesa de Venaria Reale y la ascensión final a Jafferau-Bardonecchia. El británico, que dio una auténtica exhibición, es el nuevo líder tras provocar el desfallecimiento de un Simon Yates que cedió más de 25 minutos en meta.
Es bello. Es duro. Es épica. Pocos adjetivos describirían mejor la antepenúltima jornada del Giro d´Italia. Avivada por la pequeña crisis –primera en estas jornadas transcurridas de prueba- de Simon Yates, la batalla era más que sabida y anunciada. Hoy era el día y el Colle delle Finestre era el lugar.
El paso –fugaz y siempre vivo- por las rampas del Colle delle Lys no hizo más que endurecer lo que se presagiaba. Arrancaba Finestre y lo hacía con varias unidades aventajadas. Luis León Sánchez (Astana), activo siempre, marchaba en solitario por delante al tiempo que, Sky comenzaba su exhibición.
Salvatore Puccio marcaba el ritmo y Yates mostraba que lo de ayer no fue un accidente. Con dificultades, la maglia rosa se descolgaba con más de 80 kilómetros de etapa y aun 15 kilómetros del coloso del día. Finestre cobraba su primera victima y el grupo iba perdiendo unidades. De la Cruz, Henao y en última instancia Elissonde, marcaban el ritmo para el órdago de Froome.
Con el líder descolgado, Froome aun debía distanciar a Dumoulin, Pozzovivo y Pinot, por delante de él en la general. El británico demarraba al poco de iniciarse el tramo de sterrato y nunca, nadie más, volvería a dignarse a seguirle. No pudo Dumoulin. Tampoco Pinot y mucho menos un Pozzovivo que desfallecía al tiempo que Carapaz y Superman López se aferraban a la rueda del dúo franco-holandés.
Con 40 segundos coronaba Finestre y con más de dos minutos Sestriere. Por detrás no había fuerzas y ni siquiera un combativo Sebastien Reichenbach (Groupama-FDJ), que se vaciaba en favor de un Pinot que, bajo la compañía de Dumoulin, alejaba a Pozzovivo al tiempo que Froome volaba por delante hacia el rosa virtual.
Poco se moverían las diferencias ya en la subida final a Bardonecchia-Jafferau. Froome, volando solo desde su movimiento en Finestre, comenzaba la ascensión final a con tres minutos y veintiún segundos sobre Dumoulin y así concluiría. Victorioso, brazos en alto y con un rosa que, mañana, en otra jornada extremadamente dura, tendrá que defender. 40 segundos de renta sobre un Dumoulin que, salvo sorpresa, será el único gran escollo para que el de Sky alcance la Tripe Corona. Eso mañana. Hoy, disfruten. El ciclismo es bello. Es duro. Es épica.