Tras dos llegadas en alto consecutivas -la de Ézaro el pasado lunes y la de San Andrés de Teixido en la jornada de ayer- la Vuelta volverá a depararnos este miércoles una teórica llegada al sprint. 171 kilómetros de recorrido con inicio en la localidad de Viveiro y llegada en la ciudad de Lugo que de nuevo volverán a llamar la atención de los velocistas de esta Vuelta. Meersman -vencedor en Baiona-, Sbaragli, Felline, Arndt, Bennati o Van Der Sande volverán, si una fuga no lo impide, a disputarse el triunfo de etapa.

Los corredores partirán desde la costera ciudad de Viveiro camino del Alto do Cruzeiro, no puntuable. Con 10,2 km al 6%, los corredores lo recorrerán en su totalidad, aunque solo los últimos 500 m serán de «pura competición». El resto de la ascensión será parte del recorrido neutralizado. Coronado este pequeño alto, los corredores afrontarán un rápido descenso camino de Xove. Bordearán la costa -con bellos pasos por localidades como Burela o Foz- y tras el paso por Ribadeo, girarán a la derecha buscando el interior.
Formada ya -en teoría- la fuga de la jornada, los corredores afrontarán, primero el sprint intermedio de A Fontenova, y después el único alto puntuable de la jornada: el puerto de Marco de Álvare (3ª). Con sus 11,8 km al 3,6 %, en su cima se repartirán los únicos puntos para el maillot a lunares.
Desde ahí, algo más de 50 km separarán a los corredores de la línea de meta en Lugo. Un terreno algo más llano que el que han afrontado estos días y que podría favorecer aún más el trabajo de los equipos de los hombres rápidos.
Ya en la parte final, y siguiendo con la tradición de pasar en varias ocasiones por la ciudad de llegada, los corredores realizarán un pequeño circuito en la parte final por los alrededores de Lugo. Un paseo más por una Galicia que nunca dejará de sorprendernos, tanto deportiva, como paisajísticamente.