Jugar a dos bandas es arriesgado. Siempre lo ha sido. En una relación, en la búsqueda de un nuevo gobierno y también, como no, en el ciclismo. Dos líderes son también dos problemas. No es así en Movistar Team. Valverde es el gran jefe de filas y Amador, únicamente, busca ser el desequilibrante que acerque a Alejandro al rosa. Esa es la teoría, bien. Evaluemos la práctica.
En lo que llevamos de Giro cada uno ha hecho su camino. En Praia a Mare, Amador no resistió. Cuando quizás más falta hizo a Valverde, quien se siente como pez en el agua en grupos reducidos, el costarricense flaqueó. No intencionadamente eso sí. Pero, qué bien hubieran venido las piernas del “tico” al murciano para llevar la carrera controlada hasta meta. Con Landa tocado (ahora ya hundido), nadie, bien por no tener equipo o bien por falta de interés, se dignó a aprovechar la situación. El alavés se reintegró y un valiente Diego Ulissi saltaba y ganaba sin más oposición que los tímidos relevos de los hombres de Bardiani.
Primera operación fallida y primera oportunidad que se evaporaba. El segundo “choque” llegó camino de Sestola. La operación entonces fue la adecuada. Alejandro ejercía de freno mientras Andrey, lanzado en el descenso, buscaba el rosa. Amador, que por un instante soñó con ser líder, se desinflaba mientras esperaba que Visconti, en la fuga y ya sin opciones de etapa, renunciara a su meta personal y le esperara en la ascensión a Sestola. Al final, cinco inservibles segundos con Jungels los que “rascaba” Amador y malestar en meta de Alejandro: “Las cosas podrían haber salido mejor, pero pasara lo que pasara se queda en el equipo” afirmó el murciano.
Hoy más de lo mismo, quizás el más sangrante y evidente. Una etapa, tranquila en un principio, se embravecía al son de una masiva caída y de las rampas al 16% de la última cota de 4ª categoría a 20 de meta. Kruisjwijk, otro de los contendientes a este Giro, lo probaba en las últimas rampas. Valverde, Nibali, Chaves y el líder Jungels, entre otros, aguantaban el “arreón”. Solo ocho eran capaces de seguir al holandés.
Por detrás, con síntomas de debilidad, marchaba Andrey. Por lo difícil del recorrido o simplemente porque hoy no era su día, el costarricense debía hacer un sobreesfuerzo en la bajada para intentar entrar. Y lo hizo. También lo tuvo que hacer Valverde, quien en los últimos metros del descenso abrió hueco junto con Nibali y Esteban Chaves. El murciano, que también tuvo que apretar para seguir la rueda del Tiburón de Messina, relevaba, algo tímidamente eso sí, consciente de que Andrey andaba cerca y los perseguidores también.
Intentar una aventura con el de Astana y el de Orica resultaba impensable, incluso para la versión valiente de Alejandro que estamos viendo en este Giro (sterrato incluido claro). Relevos de mentira entre los tres y neutralizados por el grupo de los perseguidores, al que ahora ya, a duras penas, había llegado Andrey.
Restaban aún 15 km y con un grupo tan selecto, controlar la carrera en busca de una victoria de Valverde resultaba una opción tentadora y razonable. La otra, también evidente, era tensar al líder. Andrey venía tocado de la ascensión anterior, pero se optó por esta última. El “tico”, como ya intentara ayer, probó fortuna, a fin de generar dudas detrás.
Para su desgracia no fue así. Como una exhalación salió Jungels, vestido con un rosa que parece darle alas. Voló y en un abrir y cerrar de ojos le dio caza. El primero y el segundo de la clasificación general se marchaban mientras por detrás todos se miraban.
Al grupo perseguidor llegaban ineludiblemente más unidades. Concretamente tres corredores de Movistar: Jose Joaquín Rojas, Giovani Visconti y Carlos Betancur. De nuevo dos opciones: que Amador, algo “justito” de fuerzas hoy, relevara en busca del triunfo de etapa y de sacar algunos segundos al resto de favoritos; o, que el costarricense ejerciera de freno a Jungels y que, por detrás, los tres Movistar relevaran con fuerza en busca del triunfo de Valverde, que además le recompensaría al murciano con 10 segundos de bonificación.
De nuevo se optó por Amador. Valverde, y los otros tres Movistar, permanecerían mudos por detrás, mientras Andrey, en clara desventaja con un Jungels que hoy parecía volar, a duras penas aguantaba los relevos de la maglia rosa.
Con la diferencia estabilizada en unos diez segundos, un pequeño repecho animó a Ulissi. El que fuera vencedor en Praia a Mare parecía querer rememorar su victoria de entonces, en un día en el que también, de nuevo, algo falló en Movistar. A su rueda no salió Valverde, como quizás sí debió hacer. Bien por no creerlo oportuno dada la cercanía de meta y la imposibilidad de abrir hueco al ser uno de los capos de la prueba, o bien porque otro compañero había sido aleccionado para ello, fue Carlos Betancur el que intentó salir tras el italiano.
Si lo hubiera conseguido, quizás este artículo no habría sido escrito. Pero lo cierto es que Movistar dejó ir a uno de esos corredores que, con seguridad, les arrebataría el triunfo de etapa, ese por el que decidieron pelear con Amador y ese que perfectamente podría haber logrado Valverde. Optaron hoy por el corredor más cansado y menos fuerte, quizás buscando sorprender o quizás reservando las piernas del murciano para la alta montaña. Si, por el contrario, el objetivo de Amador y de Movistar, era escalar plazas en la general, únicamente un dato: en las últimas tres etapas de montaña del pasado Giro 2015, Amador se dejó casi cinco minutos con Kruijswijk. Igual hay que priorizar. Eso sí, esto es solo una humilde opinión.
Mínimo usted es español…
Se le sale a leguas lo nacionalista, q lástima un reportaje tan imparcial, tiene buenos conocimientos, pero pierde la objetividad
Español soy. Aficionado al ciclismo también. Andrey Amador es, sin duda alguna, uno de los mejores corredores del pelotón internacional y todo un referente en Movistar Team. Más allá de eso, en un artículo de opinión no se busca imponer nada, simplemente manifestar la/s idea/s de quien escribe. Para mí, el movimiento de Amador camino de Sestola fue correcto y adecuado. Desgastó a Brambilla y de haberse encontrado antes con Visconti, podríamos haberle visto de rosa. Sin embargo, ayer, habiendo dado ya muestras de debilidad en el puerto de 4ª categoría, debía haberse optado por Alejandro Valverde, visiblemente más fuerte, al menos ayer, que el costarricense.
1- Molesta en el texto que Ud. no sepa puntuar. Es el mínimo respeto a ese lector que, evidentemente, anhela.
2- Aparte del gancho del título -que después de la lectura se revela como un truco de circo pobre- lo único claro es que Movistar no necesita leer sus sesgadas opiniones. Si Unzue no lo ha necesitado en 35 años, seguramentente podrá sobrevivir sin ese pobre revuelto de tozudes y miopía. Saludos.
1-En el castellano, además de ser uno de los aspectos más subjetivos, la puntuación (comas, puntos…) dista mucho según sea la variedad del hablante. Disculpe si encuentra algo erróneo o incorrecto en lo que a esto respecta.
2-De momento en mi país existe la libertad de expresión. Si en lo relativo a informaciones se refiere a tratar los temas con objetividad y rigor, en artículos de opinión (como es el caso) otorga a quien escribe la virtud de poder mostrar sus pensamientos e ideas de forma libre y, siempre, respetuosa. Así lo he hecho en este artículo, así como en tantos otros. Soy libre de titular un artículo a mi gusto igual que Ud. tiene el derecho de no leerlo o de manifestar su desacuerdo. Únicamente es una opinión. Que Unzué (aunque usted no lo haya puntuado correctamente, sí lleva tilde) acumule decenas de triunfos como director de equipo no le exime de cometer errores. Amador era, ayer, sensiblemente más débil que Alejandro, así que, a mi modo de ver, resultaba más lógico optar por Valverde de cara a la victoria de etapa. Sencillamente eso. Y sí, soy miope.