No sé muy bien como empezar a escribir el que sin duda es el artículo más emotivo que he escrito jamás. Tan horrorizado como apenado escribo estas palabras, que no consolarán a nadie, pero supondrán una liberación para mi, y espero que para ustedes también. El viernes pasado, 130 personas perdían la vida en varios ataques terroristas en París reivindicados por el Estado Islámico. Las espantosas imágenes que dejó el atentado horrorizaron a todo el mundo, pero creo que no me equivoco si digo que a los que amamos el ciclismo nos llegaron un poquito más adentro, por decirlo de alguna manera. Ni mucho menos pretendo decir que estamos más tristes o más enfadados que cualquier otra persona, pero sí algo más desconsolados.
A la tierra de Alpe d’Huez, del Tourmalet, del Mont Ventoux, del velódromo de Roubaix, le transmito, escribiendo de parte de todo el equipo de El Pelotón, y desde lo más profundo de mi ser, mis más sinceras condolencias. Que este suceso tan negro no impida ver el amarillo dentro de unos meses.