Entre los sub23 si tuviéramos que quedarnos con un capitán para que estuviera al frente de nuestro siete, sin duda y por méritos propios destaca una figura, la del zamorano Jaime Rosón (Caja Rural-RGA), que ya por el mes de julio charlábamos con él tras su triunfo en los nacionales de Cáceres, y con el que utilizábamos el símil futbolístico del Fútbol Club Barcelona, ya que él había logrado algo así como «el triplete» amateur al hacerse con las tres grandes pruebas del calendario hasta ese momento en su categoría: el ya citado campeonato de España en ruta, la Copa de España sub23, y la victoria en el Memorial Valenciaga, la prueba de un día por antonomasia en nuestro país.
Jaime es sin duda uno de los ciclistas que más futuro tienen en nuestro pelotón amateur, y ya ha dado buenas muestras de ello en su paso como stagiaire con los pros del Caja Rural-RGA deslumbrando a todos con su participación en el US Pro Challenge donde acabó llegando en las duras etapas de montaña con lo más granado del pelotón. Y es que unos días antes de que se confirmara que pasaría como «alumno en prácticas» con los mayores, su director en el equipo amateur, Alberto Mazkiaran, en una de las etapas de la Vuelta a León nos comentaba que «era uno de los ciclistas con más calidad y más aptitudes para la montaña que había tenido entre sus manos, algo raro de entender viendo las zonas donde ha entrenado toda la vida». Precisamente la capital zamorana no se caracteriza por tener grandes puertos en sus alrededores, aunque como nos decía el propio Jaime meses atrás «las grandes rectas de las carreteras zamoranas con el viento de cara se hacen mucho más duras que cualquier puerto». El mismo calificó su temporada de esta forma «Ha sido una temporada verdaderamente increíble para mí. Estoy orgulloso de todo lo que he conseguido y sobre todo, de las personas que me han ayudado para hacerlo posible. Espero que lo que he realizado no sea algo esporádico y lo pueda demostrar en profesionales».
Pues bien, Jaime arrancó la temporada con el firme propósito de revalidar el título en la Copa de España sub23 que el año anterior había quedado también en las filas del conjunto navarro por medio del leonés Miguel Ángel Benito, y así fue. En su caso no pudo estar peleando por la victoria final, como si hizo el propio Miguel Ángel un año antes acabando segundo, en el caso del zamorano «solo» pudo ser quinto, pero reivindicándose con un triunfo enorme en la prueba eibarresa del Memorial Valenciaga, llegando a la línea de meta en solitario al soltar a todos sus rivales en la última subida, demostrando sus dotes como escalador. Poco después de acabar como vencedor de la Copa de España, en la primera vuelta por etapas importante sub23, muy cerquita de donde vencía en Valenciaga, se hacía con el podio en la Vuelta a Bidasoa, solo superado por Steven Calderón (Gomur-Liébana2017) y Enric Más (Fundación Contador-Specialized), quedando los tres separados por un solo segundo.
Para redondear unos primeros seis meses perfectos, Jaime llegaba a los nacionales en Cáceres sabedor de que era uno de los hombres fuerte, pero consciente de que para nada el recorrido era propicio a sus cualidades, ya que únicamente un pequeño repecho ya en las calles de Cáceres muy cerquita de la línea de meta era lo más escarpado que se iba a encontrar, pero Jaime Rosón en la última vuelta sorprendía a todos dando la victoria a Castilla y León, con un ataque soberbio superando a un Julen Amezqueta que había saltado previamente para acabar llegando a meta con margen suficiente para saborear un triunfo importantísimo.
La única «pega» que quedará para él en este 2015 es la vuelta de su casa, a la que llegaba con todas las ganas del mundo y con mucha ambición de poder cerrar un año perfecto difícil de repetir por nadie. Era sin duda el gran favorito en la línea de salida de esa Vuelta a Zamora en el prólogo de Toro, donde además acabaría segundo tan solo superado por Aitor González (AMPO), pero en la tercera etapa, la reina con final en Lubián, Rosón se vería sorprendido por Miguel Gómez (Froiz) e Iván Martínez (Mutua Levante) y finalmente llegaría en novena posición a casi dos minutos y medio del dúo de cabeza, en una jornada en la que en ningún momento encontró buenas sensaciones. En la general final acabaría en cuarta posición a 5 segundos el podio, quedándose con el mal sabor de boca de no poder triunfar delante de todos sus paisanos, algo que por otra parte es realmente difícil.
Pero para pasar el mal trago, poco después le llegaría la gran noticia de este año, y es que una de las plazas reservadas para los stagiaires del equipo amateur sería para él, y demostró con creces el habérselas merecido, dejando a todo el mundo boquiabierto en la segunda etapa del US Pro Challenge, día en el que se acababa en alto y donde aguantó con los mejores hasta los últimos metros, entrando en meta en séptima posición y haciendo un gran trabajo para su compañero Hugh Carthy que ese día sería tercero. Tras una discreta crono, siendo este el terreno donde más margen de mejora tiene, acabo finalmente su primera «grande» entre los profesionales en una increíble decimosegunda posición a tan solo 2 minutos y medio del vencedor Rohan Dennis, siendo además el tercero en la clasificación de los jóvenes. Impresionante carta de presentación.
Además, el golpe de pedal conseguido en esta carrera le sirvió para poder desquitarse en cuanto a las vueltas por etapas durante la prestigiosa Vuelta a Cantabria, donde se hizo con el triunfo final tras imponerse de manera rotunda en la tercera y última etapa con final en Potes, tras demarrar en la última subida a la Collada de la Hoz logrando llegar en solitario a la línea de meta, para sumar otro parcial más y la general final de la ronda cántabra, por delante de Jose Manuel Díaz Gallego (Extremadura-Bicicletas Rodríguez) y Jorge Arcas (Lizarte).
Veremos qué sucede con su futuro, pero su pequeña incursión en el campo profesional con el Team Ecuador hace dos años no fue una casualidad y seguramente tengamos ante nosotros a un futuro gran campeón.