Bronce en la pasada edición, Australia llega a Richmond con ganas de más.
Corredores tiene y posibilidades sin duda también. Por un lado Gerrans, un hombre correoso y combativo, con buena punta de velocidad en grupos pequeños y que puede, por qué no, probar fortuna en alguno de esos repechos antes de meta. Por otro, el siempre fiable Michael Matthews: hombre rápido y polivalente. Capaz de entrar en el sprint y ser tercero de toda una clásica de muros como la Amstel Gold Race o de vencer una etapa completamente llana frente a los mejores velocistas en el Giro d´Italia. El hombre del Orica lo tiene todo y además un circuito muy favorable.
Ya por detrás, en el equipo de Australia aparecen otros nombres pero quizás no de tanta importancia: el siempre combativo Adam Hansen, la capacidad para rodar de hombres como Docker, Durbridge o Mccarthy, la punta de velocidad de Haussler o Hayman y la siempre alarmante presencia de un Simon Clarke que nunca duda en probarlo cuando la carretera se empina.