Sin duda una de las imágenes de esta primera semana, y que ha dado la vuelta al mundo, ha sido la del ciclista eritreo Daniel Teklehaimanot en lo más alto del podio del Tour para enfundarse el maillot a topos rojos, que distingue al mejor escalador. Visto así, tampoco parece nada excesivo, pero si tenemos en cuenta que se trata del primer ciclista de raza negra nacido en África en hacerlo tras 112 años de carrera y 102 ediciones disputadas, contando la que está actualmente en curso, es para que ya lo tomemos en consideración.
El hito de Teklehaimanot vino a consecuencia de su persistencia y tenacidad, al estar metido estos días en varias de las fugas que han tenido lugar en este primer bloque de la Grande Boucle. Lo cierto, es que en estas primeras 9 jornadas, podemos decir que apenas ha habido montaña, a excepción de pequeños repechos y los típicos muros de las clásicas de primavera. Con este planteamiento, el de MTN-Qhubeka, por cierto primer equipo africano (que no selección) en disputar el Tour, se metió en la fuga de la sexta etapa camino de Le Havre, junto con Kenneth Vanbilsen (Cofidis) y Perrig Quemeneur (Europcar), pasando en primer lugar por las tres cotas de 4ª categoría que tenía esa etapa, sumando así un punto en cada una de ellas, y superando al español Joaquim Rodríguez, poseedor de tal preciado estandarte hasta ese día tras su triunfo en Huy. Al día siguiente, hizo lo propio en la etapa de Fougères, metiéndose en la escapada buena y añadiendo otro punto más en su casillero, en la única cota de cuarta que había en el recorrido. Por lo tanto, gracias a esto, el eritreo ha logrado llegar a esta primera jornada de descanso siendo el mejor «fugado escalador» de este Tour, cosa que ya este martes a buen seguro cambiará llegando el primer final en alto serio de este Tour, en La Pierre-Saint-Martin, pero lo hecho ya no se lo va a quitar nadie.
Y es que poder decir que eres el primero en algo, aunque luego vengan otros por detrás mejorando lo conseguido, es algo que ya quedará en las hemerotecas. En la meta de Le Havre, Teklehaimanot subía radiante al podio del Tour para que las azafatas le agasajasen, las autoridades le saludaran y, por supuesto, se hiciera la foto más codiciada, en lo más alto de la más alta prueba de ciclismo del mundo, siendo el primero en abrir un camino, hasta la fecha inexplorado.
Pero como decimos la historia del Tour es muy larga, y hechos como este, lógicamente se han sucedido a lo largo de ella, abriéndose otros muchos caminos, no iguales, pero similares al que hemos comentado. Por ejemplo, 102 ediciones y solo en cuatro de ellas, el vencedor final han sido ciclistas no europeos (teniendo en cuenta que los siete de Lance Armstrong se los llevó el viento). Tres de esos triunfos fueron cosechados por Greg Lemond en los años 1986, 1989 y 1990, convirtiéndose así en el ’86, en el primer ciclista americano, y por tanto el primero no europeo también, en hacerse con el Tour. Dos años antes, se había convertido en el primero en ser el primero en subir al podio, en la tercera posición, tras los franceses Fignon e Hinault, y al año siguiente, en el ’87, solo sería superado por «El Caimán» Hinault. El otro ciclista no europeo en hacerse con el maillot amarillo en París, mucho más reciente, es Cadel Evans, que en 2012 se alzaba con la victoria, siendo además el primer ciclista oceánico en conseguirlo, abriendo la veda para uno de los países que está experimentando un mayor crecimiento en este deporte, como es el caso de Australia.
Pero, volviendo a África, no toda la historia de este continente con respecto al Tour ha empezado a rodar con Teklehaimanot. De hecho, ya hace 65 años que nombres africanos se dejaban ver en lo más alto del Tour, como fue el caso del Tour de 1950, en el que el argelino Marcel Molinès se hizo con la primera victoria de etapa en la 13ª jornada de aquella edición, con final en Nîmes. Por cierto, una etapa que tiene una historia realmente curiosa. Todos apuntan aquella edición del ’50, como una de las más calurosas que se recuerdan en toda la historia, causando estragos en el pelotón, y dejando imágenes tan curiosas como ciclistas parando a la orilla del mar para refrescase. Como es lógico, los ciclistas africanos estaban mucho mejor aclimatados a tan difíciles condiciones que los compañeros europeos, y eso fue determinante para que en esa jornada camino de Nîmes, dos ciclistas se fueran por delante con mucha ventaja, el ya citado Marcel Molinès y su compañero de equipo (íntegramente formado por corredores norteafricanos) Abdel-Kader Zaaf. Pues bien, cuando ambos ciclistas caminaban con una ventaja superior a los 10 minutos con el pelotón, Zaaf a 15 kilómetros de la meta paraba a beber de bidón ofrecido por un espectador, el ciclista sediento rápidamente dio varios tragos al bidón, sin darse cuenta (o no) que lo que contenía era vino. Lo cierto es que kilómetros después Zaaf acabó desorientado, yendo en dirección contraria, y parando a echarse una siesta en la cuenta, vamos, lo que todos conocemos que tuvo que «echarse a dormir la mona». Finalmente, Molinès alcanzaba la meta y se hacía con un triunfo también histórico. Curiosamente, al día siguiente de nuevo vencería, esta vez en Toulon, otro ciclista africano, esta vez marroquí, Custodio Dos Reis, pero como decíamos el primero, el que quedará en los libros, ya había sido Marcel Molinès.
Más recientemente, todos recordamos que hace un par de años pudimos leer titulares muy parecidos a los vistos durante esta semana con el eritreo Teklehaimanot, cuando Daryl Impey, sudafricano, se convertía en el primero ciclista de nacionalidad africana en vestir el maillot amarillo de líder del Tour, un 4 de julio, en Montpellier. Curiosamente, esa edición acabaría alzando como al mejor de todos, a Chris Froome, que como todos sabemos, aunque su nacionalidad sea la británica, su lugar de nacimiento fue Kenia, y por tanto, sería el primer Tour obtenido por un corredor nacido en el continente africano.
Sin duda, Froome es uno de los grandes favoritos de esta edición, y ahí está, habiendo lucido ya varios días el maillot amarrillo durante esta primera semana. Pero, sin duda, para acabar exhibiéndolo en París deberá hacer frente a muchos escollos y rivales, y cuando pensamos en ellos, a todos se nos viene un nombre a la cabeza: Nairo Quintana. Sin duda, el de Movistar es la punta de lanza de un ciclismo colombiano que está atravesando sus cotas más altas y viviendo su época dorada, pero ya en los años ochenta ciclistas como Lucho Herrera y Fabio Parra, hicieron que la gente situara a Colombia en el mapa ciclista. Lucho concretamente fue quién inauguró el casillero de victorias colombianas en el Tour, y no en un sitio cualquiera, sino en el grandioso Alpe D’Huez, que a buen seguro será el juez de este 2015. El colombiano se hacía con una fantástica victoria en su cima, un 16 de julio de 1984, para regocijo de todos sus paisanos, imponiéndose con una superioridad supina a Hinault y Fignon, además convirtiéndose en el primer ciclista amateur en conseguir un triunfo en la Grande Boucle, porque allí había llegado todavía sin poder decir que era profesional. El 85 fue un gran año de nuevo, con otras tres victorias colombianas, dos de Lucho y una de Parra, un Fabio Parra que en 1988 se convertiría en el primer colombiano en subir al podio del Tour de Francia detrás de nuestro Pedro Delgado y el holandés Steven Rooks, hecho que no se repetiría hasta 2013 con Nairo.
En esa lista de colombianos, hay sin duda que añadir un nombre más, y es el del único colombiano hasta la fecha que puede decir que ha vestido el maillot de líder en el Tour, Víctor Hugo Peña, que el 9 de julio de 2003, en las filas del US Postal, era uno de los integrantes del equipo americano que lograba hacerse con la victoria en la crono por equipos con final en Saint Dizer, de nada más y nada menos que 69 kilómetros, para llevarlo después durante tres días, hasta que en la etapa con final en Morzine se lo arrebataría el francés Richard Virenque.
Hemos hablado de América, África y Oceanía pero, ¿qué pasa con Asia? Bueno, pues si hablamos de Asia, podemos hablar del ciclismo japonés, que en nuestras fechas también está viviendo un gran momento, con una importante repercusión, y eso es lo que está haciendo que muchos equipos busquen en ese mercado a ciclistas para, como en el fútbol, abrir mucho más sus mercados. El caso más conocido es el de Yukiya Arashiro, que en 2012 logró subir al podio del Tour de Francia en la cuarta etapa con final en Rouen, que se acabó llevando André Greipel, al ser elegido como el ciclista más combativo de aquel día, algo que ningún compatriota había logrado hasta la fecha, siendo parte de la fuga de aquella etapa junto con los franceses David Moncoutié y Anthony Delaplace, que murió a tan solo 10 kilómetros de meta, intentando el nipón además, en esa parte final, irse en solitario. Tres años antes, en 2009, Arashiro lograba llegar a París en el puesto 129º, siendo ese el primer año que un ciclista japonés lograba acabar el Tour de Francia, aunque realmente el primero en hacerlo sería Fumiyuki Beppu, ya que ese mismo año lograría finalizar en la 112ª posición, y por tanto se convertía en el primer japonés en lograr alcanzar el sueño de conseguir «el carnet ciclista» al llegar a los Campos Eliseos. Pero la historia del ciclismo japonés en muy antigua en el Tour, remontándonos a los años de 1926 y 1927, donde Kisso Kawamuro participó en ambas ediciones sin equipo, aunque no logrando su objetivo de finalizar ninguno, al igual que muchos años más tarde, en 1996, Daisuke Imanaka en las filas del Polti se quedaba fuera en la 14ª etapa al llegar fuera de control.
Por lo tanto, sí, el ciclismo, y especialmente el Tour, tiene un acento europeo muy claro, pero sin ninguna duda, el simple reto de enfrentarse a esta carrera hace que ciclistas de todo el mundo pongan todo su empeño para poder un día estar en la lista de inscritos, y luego por qué no, conseguir un triunfo, hacerse con el liderato, subir al podio o ganar en París. El último de esos nombres que pasarán a la historia es el de Daniel Teklehaimanot, pero ha quedado claro que han sido muchos los que ya lograron hacer gestas parecidas, y muchos vendrán por delante para poder seguir alargando este artículo con el paso del tiempo.