Y volvió a pasar. Era el máximo favorito en todas las apuestas y no defraudó. Tras tener que conformarse con la segunda posición el pasado domingo en la Amstel Gold Race, Alejandro Valverde ha logrado imponerse en la jornada de hoy en el muro de Huy adjudicándose así por tercera vez la Flecha Valona. Tras vencer en 2006 y en 2014, Valverde afrontaba este miércoles la segunda de las clásicas belgas con la victoria como objetivo y casi como obligación. Tras demostrar las buenas piernas y el increíble pico de forma que atesora el murciano con una brutal arrancada el pasado domingo neutralizando así el intento de fuga de Gilbert, Alejandro acudía hoy a la Valonia belga con un poderoso bloque a fín de controlar los numerosos intentos de romper la carrera y desestabilizar así sus planes de triunfo. El nuevo recorrido de la carrera belga invitaba a ello. La cota de Chevere a tan solo 5 kilómetros de la llegada y a tan solo tres del inicio de la última de las subidas a Huy incitaba a los valientes a probar fortuna.
Ya desde el comienzo, una fuga de 7 corredores con nombres de prestigio como el de Feillu, Gatto o Thomas de Gendt, obligaba al Movistar y al BMC a mantener las diferencias de cara a los últimos kilómetros. Erviti seguía marcando el ritmo mientras que los Katiusha entraban también a colaborar. La teórica calma desapareció de golpe cuando a falta de 55 kilómetros para el final el Sky de Froome y Henao aceleraba el ritmo y estiraba el grupo. Las diferencias se reducían y la tensión aumentaba en el grupo. La posición empezaba a ser importante y más aún estar arropado. Gilbert no lo estaba y Gilbert cayó. A 44 kilómetros de Huy, uno de los grandes candidatos a la victoria debía abandonar a causa de la caída.
La penúltima subida a Huy y buscando liberar a su equipo del duro trabajo de la persecución, Giovanni Visconti arrancaba con poderío llevándose a su rueda a Luis León Sanchez. Rápidamente ambos contactaron con Gatto, el único superviviente aún de la longeva escapada. Por detrás Van Garderen arrancaba en busca del terceto de cabeza con el objetivo de endulzar la amarga jornada del BMC. Gatto se descolgaba, Van Garderen era engullido y la distancia del murciano y el italiano era cada vez más ínfima. Con este panorama la carrera se plantaba al pie de Chevere y era allí cuando Nibali, al igual que hizo el pasado domingo en Amstel, y Kreuziger proaban fortuna desde lejos. El intento resultó fallido y el Movistar logró neutralizar a la perfección sendas intentonas. Fue entonces, cuando aprovechando el pequeño parón del grupo justo antes de coronar, Wellens y Caruso arrancaban con fuerza buscando sorprender.
Visconti, ya neutralizado, se permitía el lujo de acercar al grupo a los dos fugados quienes entraban en los últimos tres kilómetros con 15 segundos de ventaja. Llegaba Huy y Visconti se apartaba dejando la tostada a los hombres del Lampre, en favor de los intereses del ex-campeón mundial Rui Costa. Valverde, a rueda de los hombres del conjunto italiano, decidía entonces pasar a la acción y comandar él el grupo. A falta de 400 m, el murciano comenzaba a imponer un ritmo durísimo y poco podía hacer el resto de los rivales para frenar al murciano. Más bien, les bastaba con intentar permanecer a rueda. Nombres como el de Purito, Dani Moreno o Albasini se mezclaban con el de jóvenes corredores como Alaphilippe o Slagter. La juventud parece querer invadir las clásicas. Pero aún así su dueño sigue siendo Valverde. El de las Lumbreras no tuvo si quiera que arrancar. Su constante ritmo ahogó a los rivales e impidió cualquier ataque. Así entro en meta, con Alaphilippe, Albasini, Purito y Dani Moreno a su rueda. Sin poder hacer nada, simplemente viendo como las piernas de Alejandro son a día de hoy intratables, más aún, cuando concuerdan con su inteligencia.
De momento ya ha triunfado en Flecha, Igualando con tres victorias a recordmans de la prueba como Davide Rebellin o el mismísimo Eddy Merckx. Pero no lo olviden: el domingo espera la Lieja…