Dicen que un día Moisés separó el mar en dos. Dicen que un día consiguió andar entre paredes de agua. Creerlo o no se escapa del raciocinio humano. Aun así, parece que queriendo emularlo, allá por 1966, algunos de los más afamados corredores del pelotón se dieron cita a comienzos de marzo frente a las costas del mar Tirreno con un único objetivo: besar con sus ruedas las costas del Adriático. En aquella ocasión, el italiano Dino Zandegù se alzó con el triunfo en una carrera, que en la actualidad y ya con 49 ediciones disputadas, es una de las más prestigiosas del calendario internacional.
Rimas y leyendas se han desprendido de los kilómetros que unen ambas costas. Hazañas solo al alcance de los más grandes. Records como el del belga Roger De Vlaeminck, con 6 triunfos generales consecutivos y 15 victorias de etapa, adornan la historia de una carrera que vio el año pasado como una nueva gestaba pasaba a engrosar su increíble historia. Tras apuntarse la cuarta etapa, Alberto Contador partía segundo de la general a tan solo 16 segundos de Kwiatkowski. Por delante la etapa reina de la pasada edición y la subida final al muro di Guardiagrele con rampas del 30%. Los candidatos a robarle el maillot azul de líder al polaco parecían reservar fuerzas para esa última pared. Antes, una ascensión parecía simplemente adornar el perfil. El Passo Lanciano, con varios kilómetros por encima del 9 % esperaba sigiloso sin saber que en sus rampas se escribiría uno de los episodios más memorables de la historia de esta carrera. A casi 40 kilómetros de meta, Alberto Contador saltaba del pelotón. Nairo Quintana, atónito, decidía guardar fuerzas ante la temeridad del madrileño. Los kilómetros pasaban y la distancia aumentaba. Alberto lo había vuelto a hacer. A pie de Guardiagrele, el pinteño se marchaba en solitario dejando atrás a Gesckhe y a King, provenientes de la escapada. A casi 2 minutos, Quintana, Arredondo o Peraud simplemente intentaban que las diferencias no aumentaran aún más, pero la carrera ya estaba decidida. Cuando Alberto cruzó aquella línea de meta, el cronometro comenzó a contar, a contar como un hombre había atravesado dos mares.
RECORRIDO
En 2015, el recorrido no tendrá ni rampas al 30 % pero los actores volverán a tener terreno suficiente para escribir otra mítica página en la historia del ciclismo.
La carrera comenzará hoy miércoles 11 de marzo con un prólogo de menos de 6 kilómetros por las calles de Lido di Camiore en el que Cancellara parece estar llamado a vestirse con el maillot de líder.
Al día siguiente los corredores recorrerán 153 kilómetros entre las localidades de Camaiore y Cascina. Un trazado totalmente llano parece ser ideal para que los Cavendish, Farrar y compañía luchen por un triunfo de etapa.
Ya en la tercera jornada, un circuito final por las calles de Arezzo abrirá las puertas a otros corredores que verán en una última rampa final una buena oportunidad para desbancar a los sprinters más puros.
Sin descanso, los corredores afrontarán la jornada más larga de esta edición entre Indicatore y Castelraimondo. 218 km y las ascensiones a Poggio San Romualdo, Monte San Vicino y Crispiero marcarán sin duda la primera criba entre los aspirantes al triunfo final antes de la etapa reina con final en el Monte Terminillo.
Porque será allí, en la cima del Terminillo, donde los máximos favoritos deberán buscar marcar diferencias sus más directos rivales. Una ascensión dura y continua parece el terreno ideal para que veamos el primer enfrentamiento de la temporada entre Contador, Quintana y Nibali.
Aun así, la carrera no quedará para nada decidida. La sexta etapa entre Rieti y Porto Sant’Elpidio seguirá poniendo emoción y chispa a una carrera que tendrá en la contrarreloj final por las calles de San Benedetto del Tronto su desenlace final.
FAVORITOS
En este escenario los actores serán muchos y variados. Froome no estará por enfermedad. Como el año pasado, el teórico director abandona la batalla y deja al mando a los actores principales. Nibali, Contador y Quintana buscarán tomar el compás de la prueba. El recorrido se adapta a sus características y está en sus piernas y en sus fuerzas aprovecharlo. No estarán solos. Les acompañarán actores, en teoría secundarios, como Daniel Martin, Bauke Mollema, Thibaut Pinot o Purito Rodríguez. Su calidad está más que probada. Sus fuerzas aún por comprobar. La carretera servirá para hacerlo, para comprobar quien de ellos será el nuevo Moisés, quién será el único que consiga andar entre dos mares.