Otro año más, la prueba canadiense presenta en la línea de salida a un selecto grupo de ciclistas que, en su mayoría, buscan afinar la forma física de cara al Mundial. Serán 17 vueltas al circuito, de 12’1 km y tres cotas duras. La última, con final en la meta (Avenue du Parc), romperá el sprint, si es que ningún valiente ha conseguido antes escaparse de la disciplina del pelotón.
Las tres cotas que tendrán que superar en cada vuelta al circuito serán la Côte de Camilien-Haude (1’8 km al 8% de media), la Côte de la Polytechnique (780 m al 6% y una rampa de 200 m al 11%), y la definitiva subida a la Avenue du Parc (560 m al 4%). La clave de la prueba suele ser el ritmo al que se dispute, y la fatiga final.

Echando un vistazo a la lista de inscritos, encontramos grandes llegadores como Kristoff (Katusha), que ya ha demostrado estar capacitado para la victoria en etapas duras. Si el grupo principal no se rompe, es apuesta segura. Van Avermaet (BMC) tiene muy buena punta de velocidad, e incluso puede probarlo en la última vuelta porque supera bien las cotas. Al nivel del ciclista belga, aparecen otros corredores como Rui Costa (LAM), maillot-arcoiris y uno de los grandes favoritos. El que debe dinamitar la carrera para librarse de hombres más rápidos que él. Gerrans, reciente ganador en Québec, es uno de esos que nunca se pueden descartar. También muy rápido, es el mayor rival para Kristoff en caso de llegar al sprint. La baza española será Juanjo Lobato (MOV). El ciclista gaditano tendrá que aferrarse a su gran resistencia para aguantar los envites de otros corredores y medirse en la cota final con los velocistas.
Veremos qué da de sí esta siempre interesante prueba. El vencedor puede salir reforzado moralmente de cara al Mundial, así que la victoria estará muy peleada.