Para acabar la trilogía pirenaica, y sin duda la parte más importante de la prueba gala en esta edición, el postre lo pondrán dos míticos de esta cordillera. En primer lugar el gran coloso, la madre del Tour, el Tourmalet hará que los ciclistas ya castigados durante 17 etapas sufran de lo lindo durante sus más de 17 kilómetros de la vertiente más dura de La Mongie, a cuyo paso se alcanzan rampas superiores al 10%, y que cuenta con una media total al 7,7%. Tras el largo descenso los corredores se encaramarán hacia Hautacam, que sin tanto nombre como el anterior ya ha escrito más de una bonita historia ciclista. El último gran puerto del Tour clarificará mucho la situación de cara a la crono final que se disputará dos días después, de aquí seguramente salga el gran vencedor del Tour, y es que sus más de 13 kilómetros tienen la trampa de una segunda mitad de ascensión durísima con varios kilómetros superiores al 10% y con una media total al 7,3%. Sin duda este día las carreteras estarán abarrotadas. Fiesta del ciclismo asegurada.
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