Siete. Siete veces hemos visto la imagen de Marianne Vos levantando los brazos embarrada, proclamándose campeona del mundo de ciclocrós. Peor si hay algo sorprendente de este dato es que los últimos seis títulos han sido consecutivos, año tras año no ha dejado de ganar su carrera detén. Desde Hoogerheide 2009 hasta Hoogerheide 2014. Pero no podemos decir que con esto Marianne Vos cierra un ciclo, ni mucho menos. Tiene 26 años y quiere seguir ganando arcobalenos.
Empezaba hoy la carrera con mucho nerviosismo por tomar la delantera en los primeros compases de carrera, y la más lista de la clase fue la italiana Eva Lechner, que decidió comandar el pelotón desde los primeros metros y evitar enganchones como el que condenó a puestos traseros a Katie Compton, que veía cómo su bici no quería despegarse de la de la checa Pavla Havlíková. Junto a Lechner, de inicio ya se marchaba Vos, que justo antes del primer paso por la línea de meta decidía pegar un hachazo y arrasar con todo, yéndose para adelante al más puro estilo Marianne Vos.
Con Compton más o menos recuperada, ya a rueda de un grupo perseguidor formado por Sanne Cant y Helen Wyman, eran ya 45 los segundos de los que disponía Vos con respecto a Lechner, y más de un minuto con el trío que peleaba por el bronce. Parecía que mejoraba la situación para la estadounidense, hasta que en un determinado momento de la penúltima vuelta comenzó a desinflarse, por lo que a Wyman y Cant les quedaría de ahí al final espacio libre para pelear por la ansiada medalla. Vos lloró, Lechner sonrió y Wyman atacó. Atacó tan bien que dejó plantada a una Sanne Cant que en meta no pudo más que conformarse con la cuarta plaza, siendo la británica la primera de su país en lograr una medalla en los mundiales de ciclocrós desde el año 2000.
Por su parte, la asturiana Aida Nuño terminó en una sensacional 21.ª posición en meta, firmando así su mejor resultado personal en unos mundiales. La andaluza Rocío Martin fue 37.ª.