Ruddervoorde volvió a explicar por qué el Superprestige es otra cosa: circuito clásico, hierba rápida, arena corta, escaleras y mucho giro, y dos carreras que se decidieron por lectura y paciencia, más que por músculo. En la masculina, Michael Vanthourenhout (Pauwels Sauzen–Altez) estrenó el curso con una victoria de quilates ante Joris Nieuwenhuis, al que batió por centímetros tras una última vuelta sin margen. En la femenina, Marion Norbert Riberolle (campeona belga) ejecutó el movimiento del día: ataque a dos giros de meta para batir a la vigente campeona del mundo Fem van Empel en su reaparición.
La carrera masculina fue un acordeón. Vuelta a vuelta se fueron filtrando nombres hasta un mano a mano Vanthourenhout–Nieuwenhuis con las luces largas puestas. El belga apretó donde tocaba y remató con sangre fría, con Niels Vandeputte cerrando el podio tras cazar a tirones en el último giro. Clasificación oficial: Vanthourenhout, Nieuwenhuis, Vandeputte, con diferencias mínimas. No fue la tarde española. Felipe Orts (Ridley Racing Team) terminó 30.º a 2:51, lejos del grupo de cabeza tras perder terreno en la primera mitad; Kevin Suárez (Nesta–MMR), 38.º a 4:38, tampoco pudo engancharse a un segundo grupo que hoy circuló a ritmo de competición mayor.
La belga Marion Norbert Riberolle sorprendió a todas con un cambio de ritmo al inicio de la penúltima vuelta. Abrió hueco, lo estabilizó en torno a la decena de segundos y ya nadie la vio de cerca. Fem van Empel (en su regreso) fue segunda y el podio se cerró por centímetros en una llegada comprimida. Victoria que rompe la racha neerlandesa en Ruddervoorde y la pone en cabeza de la general del Superprestige.



