El asturiano del Burgos Burpellet BH ejerció de velocista en la 19ª etapa, en la que Mario Aparicio y Sergio Chumil se mostraron al ataque en los kilómetros finales.
La Vuelta va llegando a su final y el Burgos Burpellet BH sigue aprovechando cada pequeña oportunidad para dejarse ver en carrera. En la antepenúltima jornada entre Rueda (Valladolid) y Guijuelo (Salamanca), los morados se mostraron al ataque por medio de Mario Aparicio y Sergio Chumil. Ambos ciclistas atacaron en pareja en la parte final de la carrera, tras el paso por la capital salmantina. A unos 40 kilómetros del final se distanciaron del pelotón en una zona de repechos, pero el grupo los atrapó pronto debido a la tensión de la carrera. En el grupo principal se formaron abanicos y esto perjudicó a los intereses del arandino y el guatemalteco.
En la llegada al esprint en Guijuelo, Hugo de la Calle completó un gran final y pudo terminar 14º. El asturiano, pese a no ser un esprinter, ya demostró su buena punta de velocidad en la etapa con final en Zaragoza. En ausencia de los ciclistas rápidos del equipo, debido a los abandonos por enfermedad, De la Calle tomó la responsabilidad y supo posicionarse bien en una llegada en ligero ascenso, acabando en los puestos de honor.
Mario Aparicio: “Desde el coche nos dijeron que lo intentásemos, aunque no en pareja, sino buscando el movimiento de otro corredor para no ir solos. Al final nos fuimos Sergio y yo, aunque duramos poco, ya que hubo tensión en el pelotón e intentaron formar un abanico. Hemos intentado mostrar esa combatividad que no pudimos tener esta semana en otras fugas. Mañana será un día bastante exigente, ya que la general está bastante apretada. Coger la escapada va a ser muy complicado, habrá que tener muy buenas piernas y una pizca de suerte, porque en ese recorrido se puede hacer la fuga en cualquier momento. Luego habrá otra batalla por la clasificación general, por lo que va a ser una etapa muy dura”.
La Vuelta se decidirá este sábado en la penúltima etapa con final en la Bola del Mundo. Una durísima jornada de 165 kilómetros y 4200 metros de desnivel que comenzará en Robledo de Chavela (Madrid). De salida se ascenderán el Alto de la Escondida (9 km al 4%) y el Puerto de la Paradilla (6 km al 6%), para después dirigirse al Alto del León (7 km al 7%) desde Guadarrama. Sin embargo, la parte más dura de la carrera se concentrará en el doble ascenso final al Puerto de Navacerrada. El primer paso (7 km al 7,5%) será bonificado, mientras que el segundo y definitivo se extenderá hasta la Bola del Mundo (12 km al 8%), con sus 3 kilómetros finales al 11 y 12% de desnivel medio.



