Un año después de la emocionante victoria de Abel Balderstone en la cima del Mont Caro, la Clàssica Terres de l’Ebre vuelve con una segunda edición repleta de novedades importantes. La primera, un nuevo recorrido que abre el abanico de candidatos a perfiles muy variados; no menos importante, el ascenso a la categoría UCI 1.1 con el que se permite el concurso a formaciónes del WT.
Aunque la carrera vuelve va a discurrir por las diferentes comarcas que dan forma el espacio de Terres de l’Ebre, los organizadores han apostado por dar un giro a una prueba claramente destinada a escaladores puros el pasado año y que ahora, con un recorrido mucho más propio de una clásica, presenta un desenlace incierto.
Tras una primera mitad sinuosa, superando varias cotas no puntuables, se afrontarán seguidos los ascensos al Port Prat de Comte y al Alt de Paüls, ambos de tercera categoría. Desde la cima del último restarán unos 30 km hasta la meta en repecho situada en la Ermita de Mig Camí de Tortosa. Una cita que se presume entretenida y en la que Caja Rural-Seguros RGA tratará de emular el fantástico papel llevado a cabo en su primera edición.
Para ello, el propio Balderstone defenderá el dorsal número uno junto a un equipo donde también se encuentran los catalanes Eduard Prades y Alex Molenaar, el venezolano Francisco Peñuela y tres jóvenes con predilección por las pruebas de un día: Javier Ibáñez, Sergi Darder y Joseba López.



