Un ataque en la zona más dura de las rampas de Picón Blanco fue determinante para hacerse con su primera victoria en la Vuelta a Burgos y llevarse el liderato de la carrera
La jornada comenzó en Soncillo con los nervios propios de una etapa de montaña, con varias valientes que intentaron romper la calma, pero el pelotón, guiado por el instinto y los intereses de los equipos grandes, cerró la puerta pronto.
Las primeras escaramuzas en la montaña llegaron con los tres primeros puertos a sabiendas que todo se iba a decidir en el último de categoría especial. Fue entonces cuando un grupo formado por Jackson, Soto, González, Kolesava, Blasi, Worst, Zanardi llegaron a rozar los dos minutos de ventaja, pero el pelotón empezó a recortar terreno en la bajada.
En Espinosa de los Monteros, el Movistar Team tomó el control del destino, la colombiana Paula Patiño marcó el paso con temple de escaladora, preparando el terreno para lo inevitable.
Mie Ottestad, la líder, sufría; Lotte Kopecky comenzaba a perder la estela y entonces, Reusser cambió el ritmo y sin levantarse de la bici impuso una velocidad que solo pudo seguirla Kastelijn y Labous.
En pocos metros rompió la carrera en mil pedazos y atrás quedaban varias corredoras favoritas. Kastelijn resistió con valentía, pero no fue suficiente. A dos kilómetros de la gloria, Reusser se despegó definitivamente. Cruzó la meta con 40 segundos sobre la neerlandesa y más de un minuto sobre Elisa Longo Borghini.
La Vuelta a Burgos llega a su fin mañana en una contrarreloj individual de 9,4 kilómetros con salida en Villasana de Mena y meta en Lezana de Mena.