El ciclismo no ha parado con la celebración de las diferentes festividades de Semana Santa, sino que el calendario se ha poblado de carreras en distintos puntos de la geografía estatal. En el caso de los planes de Torres – Sobato, la segunda parte de competiciones de estos días festivos ha servido para estrenar el casillero de carreras en suelo alavés y navarro en la presente temporada. Una doble cita en la que se soñó a lo grande y solo unos pocos metros alejaron al equipo aragonés del triunfo.
El díptico arrancó con el Trofeo Eusebio Vélez, marcado por la lluvia y el frío que acompañó a todo el pelotón en su recorrido por las inmediaciones de Durana. Después de dos vueltas tranquilas al largo circuito alavés, donde los ciclistas de Torres – Sobato habían rodado bien colocados, Will Kirkham lanzó un valiente ataque en el último paso de Gatzaga. Rodando primero acompañado, luego en solitario, el australiano fue cazado dentro del último kilómetro, donde Asger Paaske (10º) fue el mejor ciclista del Torres Sobato.
El siempre exigente Memorial Cirilo Zunzarren cerró la doble parada del cierre ‘semanasantero’. Pese a tratarse del Lunes de Pascua, también conocido como ‘de aguas’, la lluvia dio un respiro en esta ocasión. La carrera estuvo marcada por un sinfín de ataques sin éxito, con representación de Torres – Sobato en la mayoría de estos. Finalmente, un quinteto de gran nivel se jugó el triunfo, mientras que un reducido pelotón se jugó el resto de puestos de honor, con 19ª plaza para Alberto Domens.
Will Kirkham, ciclista de Torres – Sobato: «Ha sido bonito volverme a sentir competitivo después de un inicio de temporada en el que he encadenado varios virus y enfermedades. Por supuesto, estoy contrariado por quedarme tan cerca del triunfo en Durana, pero es una actuación que me da confianza para el resto de carreras. Además, el equipo se ha mostrado muy fuerte estos dos días y creo que es una buena señal de lo que está por llegar»