El Controlpack rinde a buen nivel en el díptico de Cuéllar, peleando por las metas volantes de la mano del prometedor Matvey Tokarev y exprimiéndose al máximo en la explosiva subida al castillo.
En la icónica Clásica de la Chuleta, el Controlpack buscó ser protagonista desde los primeros compases, dejándose ver en la zona delantera del pelotón con un objetivo, pelear las metas volantes. El trabajo de la estructura catalana daba sus frutos y Matvey Tokarev lograba pasar en primera posición por el primer esprint, aprovechándose de un gran trabajo colectivo. Desafortunadamente, una confusión en la ubicación de la segunda meta volante por parte del jurado técnico disipaba las opciones del equipo. Lejos de arrojar la toalla, con un corte por delante en los últimos compases, el conjunto trabajó para llegar con opciones de pelear por conseguir una buena posición en meta de la mano de Roger Puig, que acariciaba el top-10 tras finalizar en segunda posición el esprint del grupo perseguidor. Un resultado que refleja el coraje del equipo, capaz de revertir situaciones complicadas y reinventarse para ser protagonista.
Al día anterior, el Controlpack calentó motores en la explosiva Subida al Castillo, un esfuerzo de poco más de 1.7 kilómetros, donde el equipo rindió a buen nivel. Finalmente, Roger Puig era el ciclista más destacado de la formación catalana concluyendo la prueba contra el crono a 17 segundos del vencedor.
Tras esta experiencia en terreno castellanoleonés, el equipo trabaja ya pensando en los próximos objetivos, el GP Vila-real, que arrancará el 3 de mayo, y una nueva cita de les Grans Clàssiques en Ódena el domingo.
Prensa Controlpack