El equipo llegaba a la última etapa de la Vuelta a Zamora con la intención de lograr un buen resultado después de estar cerca del triunfo en las tres primeras jornadas. La fuga se resistió a ser neutralizada y el pelotón llegó a tres segundos de los fugados. Tommaso Bessega esprintó hasta la cuarta posición.
La etapa comenzó con un solitario ciclista al ataque. Durante la primera parte de la etapa se destacó, pero las diferencias no superaron la treintena de segundos y fue neutralizado antes del kilómetro 50. Los ataques se sucedieron, pero no había permiso por parte del gran grupo. Fue después de la meta volante situada en el kilómetro 70 cuando se formó una avanzadilla con cinco ciclistas a 1’45» sobre un pelotón en el que trabajaba el equipo en busca de un posible esprint. De los ciclistas fugados tan solo dos se mantuvieron en cabeza lanzando un pulso al pelotón.
Los dos fugados lograron llevar su aventura a buen puerto e hicieron buena la ventaja para llegar con tres segundos a la línea de meta y lograr la victoria. Tommaso Bessega fue el mejor del equipo en meta, esprintando hasta la cuarta posición, siendo segundo en el pelotón. En la clasificación general Dario Giuliano fue el mejor emplazado en la 12º posición con Samuel Novak 15º. Además, el rápido ciclista italiano terminó segundo en la clasificación por puntos después de una semana muy sólida.
«La carrera ha sido de arrancar y parar hasta que se ha consentido la fuga. A 40 kilómetros de meta hemos empezado a trabajar para controlar la carrera pensando en el esprint de Tommaso. Se han quedado dos ciclistas en cabeza manteniendo las diferencias. Nadie colaboraba, pero nosotros sabíamos el trabajo que teníamos que hacer. Han hecho un buen trabajo, pero sin lograr luchar por la victoria, lo que nos deja un mal sabor de boca», explicó Miguel Gómez al terminar la etapa.
