Vingegaard se exhibe para ganar su tercera etapa y la clasificación general de la Itzulia. El corredor danés ha demostrado ser el más fuerte de la carrera tras marcharse en solitario en Izua, a 28 kilómetros del final
Tras el esprint imperial de Sergio Higuita (Bora Hansgrohe) en Amorebieta el pelotón se trasladaba a Eibar para afrontar la jornada de clausura de la Itzulia, una etapa corta pero explosiva, diseñada para que se produzcan movimientos prácticamente desde salida. El recorrido, con únicamente 137 kilómetros contaba con 7 cotas puntuables, 3 de ellas de primera categoría.
Como era de esperar, la batalla por coger la fuga del día se desataba en los primeros compases de la etapa, donde el líder de la montaña Jon Barrenetxea (Caja Rural-Seguros RGA) se movía para coronar en primera posición Elkorrieta (3ª categoría), primera ascensión del día. El carrusel de ataques se sucedía hasta que en Azurki (1ª categoría) se fragmentaba el pelotón y se producía una avanzadilla de 13 ciclistas con nombres ilustres como Rubén Guerreiro (Movistar), Buchmann (Bora Hansgrhoe) a tan sólo un minuto del líder de la general, Esteban Chaves (EF) y los Jumbo Kruijswijk y Valter, que se anticipaban a futuros movimientos en el gran grupo en favor de Vingegaard.
Cuando la diferencia oscilaba en torno a los dos minutos, el Barhain Victorius, que no había podido infiltrar a ningún corredor en el corte, se ponía a tirar a bloque para neutralizar el intento. En las primeras rampas de la ascensión a Krabelin (1ª categoría), Chaves forzaba el ritmo y conseguía formar en cabeza de carrera un terceto junto a Guerreiro y Kruijswijk mientras el resto de fugados iban siendo absorbidos por el pelotón progresivamente a expepción de Valter, que lograba rehacerse para conectar con el trío cabecero.
Por detrás, un Pernsteiner (Barhain Victorius) pletórico se encargaba de comandar el pelotón e impartía un paso que dejaba el grupo de favoritos en unas 25 unidades y a menos de un minuto de los escapados. Después de la tormenta llega la calma, menos para Mauro Schmid (Soudal–Quick-Step) que aprovechaba un momento de relajación en el grupo para moverse junto a Igor Arrieta (Kern Pharma).
El corredor suizo confirmaba las buenas sensaciones mostradas en las etapas anteriores y dejaba atrás al ciclista del conjunto farmacéutico para conectar con el cuarteto de cabeza, donde Valter hacía la goma continuamente. Schmid cosechaba un botín de 3 segundos en la meta volante de Éibar y se marchaba en solitario poniendo en jaque a Vingegaard, que veía amenazado el liderato de la general.
Ya en Izua (1ª categoría), sonaban los tambores de guerra de la mano de Ion Izaguirre (Cofidis) que no conseguía abrir hueco. Vingegaard, que no quería especular, decidía pasar a la acción y realizaba un demarraje que únicamente podía seguir Enric Mas (Movistar). El corredor danés decidía buscar la exhibición y se marchaba en solitario tras realizar un cambio de ritmo incontestable para coronar la ascensión con más de 40 segundos de renta, alentado por la afición vasca que se agolpaba en la carretera.
Por detrás, se formaba un grupo perseguidor de 10 unidades donde los corredores daban por imposible la neutralización y se empezaban a enfocar en conseguir la segunda plaza. Pese a los intentos de McNulty (UAE) o Mas en la última ascensión del día ningún corredor lograba distanciarse y se emplazaban al esprint para acabar de definir la clasificación general.
Vingegaard llegaba a la localidad de Éibar con la distancia suficiente para celebrar su gesta y saludar a cámara antes de cruzar la línea de meta. Nox (Soudal–Quick-Step) pescaba en rio revuelto y conseguía finalizar en segundo lugar mientras Ion Izaguirre lograba la tercera posición y se aupaba gracias a la bonificación al tercer cajón del pódium junto a Mikel Landa, que tras una carrera muy sólida se hacía con la medalla de plata.
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