La nieve obliga a neutralizar la primera etapa de O Gran Camiño a menos de 20 kilómetros de meta. En una jornada marcada por las duras condiciones meteorológicas que han acompañado a los corredores durante toda la prueba, la organización se ha visto obligada a cancelar la parte final de la carrera, otorgando a todos los ciclistas el mismo tiempo.
Unos tímidos copos de nieve en la Muralla de Lugo hacían de maestros de ceremonia en la etapa inaugural de O Gran Camiño. La carrera arrancaba marcada por el frío y la lluvia, que vaticinaban una jornada dura y de desgaste para los corredores. Por delante, 188 kilómetros con casi 3.500 metros de desnivel acumulado.
En los primeros compases de la prueba se producían múltiples ataques buscando la fuga del día. El pelotón no lo ponía fácil y tras una hora de lucha un grupo de 9 ciclistas conseguía abrir diferencias. Eric Fagúndez, que realizaba su debut con el Burgos BH, Fernandes (AP Hotels & Resorts), Jose María García (Electro Hiper Europa), Gavazzi (EOLO-Kometa), Harvey (Trinity Racing), Konychev (Team Corratec), Moscon (Astana), Rosskopf (Q36.5) y Schönberger (Human Powered) lograban una renta próxima a los dos minutos mientras el pelotón aflojaba el pistón.
Después de la tormenta llega la calma, o eso creía Vingegaard, que se abrigaba consciente de la dura jornada que tenían por delante. Jumbo-Visma, Movistar y Cofidis se ponían manos a la obra en A Cruz do Inicio (3ª categoría) y conseguían mantener controlada a la escapada a poco más de un minuto. El frío empezaba a hacer mella entre los fugados y los viajes al coche a por prendas secas y bebida caliente se sucedían.
Los corredores realizaban el primer paso por meta en Sarria y afrontaban la parte final de la etapa. Si las condiciones meteorológicas ya eran duras , la aparición del granizo añadía un punto más de exigencia a la jornada. La fuga del día se empezaba a desmembrar a 24 kilómetros de meta gracias al constante sube y baja del trazado formando un trío en cabeza de carrera.
La nieve volvía a hacer acto de presencia, esta vez con mucha fuerza, en la aproximación al Alto del Montán. El pelotón decía basta y ponían pie a tierra, pero el tridente que rodaba fugado decidía continuar la marcha mientras la incertidumbre reinaba a expensas de una decisión de dirección de carrera. Finalmente, se decidía suspender la etapa y neutralizar los tiempos velando por la integridad de los corredores.
La etapa de mañana, con 184 kilómetros y final en alto en Monte Trega (2ªcategoría), puede definir que ciclistas están preparados para luchar por la clasificación general. Tras un recorrido muy quebrado y exigente, los corredores tendrán que afrontar en los últimos 10 kilómetros el encadenado de el Alto da Cruz Portela (3ª categoría y la ascensión a Monte Trega, que cuenta con 3.9 kilómetros de ascensión con una pendiente media del 7-1%. La principal novedad se haya en el último kilómetro de subida, un tramo adoquinado y muy estrecho donde los corredores deberán exprimirse para llegar a meta.