Kasper Asgreen (Deceuninck) se impuso por sorpresa en la recta de meta del Tour de Flandes a Mathieu Van der Poel (Alpecin) en un Tour de Flandes durísimo. El corredor danés lograba así su primer Monumento y dejaba a Van der Poel sin un doblete histórico consecutivo en Flandes que muchos ya dieron por hecho al coronar el Paterberg.
La jornada empezó con la habitual fuga consentida que conformaron Bissegger (Education First), Jorgensen (Movistar), Wallays (Cofidis), Van den Bossche (Sport Vlaanderen), Paasschens (Bingoal), Houle (Astana) y Denz (DSM). Lo que no es tan habitual es que al poco de comenzar la carrera ya había dos descalificaciones, Fedorov (Astana) y Vergaerde (Alpecin). El primero frenó fuerte teniendo al segundo justo detrás y este respondió arrollándolo y casi tirándolo al suelo.
Justa descalificación y más viendo lo surrealista que sería la de Michael Schar (AG2R). El corredor suizo, hiéndo solo, regaló un bidón a un miembro del público y los jueces de carrera implacables aplicaron el nuevo reglamento absurdo de la UCI.
A todo esto en la carrera no sucedió nada hasta que a 99 de meta Deceuninck tensó el grupo con Asgreen y Alaphilippe de protagonistas. Se hizo una primera selección que provocó que por delante se fueran corredores como Coquard (B&B), Boasson Hagen (Direct Energie) o Ballerini (Deceuninck). Esta aventura no duraría más de 5 kilómetros.
A 71 de meta quién movió la carrera fue Kragh Andersen (DSM), eso aceleró el grupo y provocó una tensión que se saldaría con una caída masiva y casi todo el Deceuninck implicado. Alaphilippe y Asgreen salieron cada uno por su lado como cohetes en busca de un pelotón que para su suerte había parado. La situación se normalizó hasta 55 kilómetros a meta cuándo la carrera ya no pararía y el espectáculo se hizo grande.
Arranco Lampaert (Deceuninck) y Van der Poel viendo una mala colocación de Van Aert se fue con él. El belga en primera persona tuvo que cerrar el hueco. A 50 kilómetros de meta Deceuninck volvería a la carga, esta vez mediante Asgreen, que se fue con Van der Poel y obligó de nuevo a Van Aert a cerrar en primera persona.
El parón que se produjo lo aprovecharon para ir a la contra Wellwns (Lotto), Sénechal (Deceuninck), Haller (Bahrain) i Pidcock (INEOS). Poco después Alaphilippe y Laporte se unirían a estos y ponían en un auténtico apuro a Van der Poel y Van Aert que no se entendían con Stuyven (Trek) para cerrar el hueco.
Llegó el Koppenberg y Alaphilippe viendo que no acababan de hacer hueco salió para irse en solitario a modo exhibición. Ahí entró Van der Poel en primera persona quién viendo que Alaphilippe podía hacer mucho camino solo subió rapidísimo y llevó consigo hasta la cabeza de carrera a los hombres más fuertes del día.
Quedaban 37 a meta cuando el pelotón iba a alcanzarlos y Van der Poel decidió hacer la que sería la selección definitiva. Se fueron en cabeza el propio holandés, Van Aert, Alaphilippe, Asgreen, Haller y Theuns (Bahrain). Espectacular carrera que estaban realizando los dos corredores del Bahrain demostrando que en su equipo si que saben correr sobre pavés.
A menos de diez kilómetros de llegar al encadenado decisivo Asgreen arrancó y le siguieron los dos Campeones del Mundo de ciclocrós pero no un Alaphilippe que empezaba a mostrar debilidad. Estos tres serían el corte definitivo que se jugaría la victoria.
El Tour de Flandes es parecido a la frase de Toshack y los 11 cabrones de siempre. A cada cota se queda gente de los cuales muchos vuelven a entrar en el parón posterior pero a medida que estas se suceden el grupo cada vez es más reducido y delante siempre están los ‘cabrones’ de siempre, que son a ciencia cierta los más fuertes de la carrera.
Llegaron al pie del Oude Kwaremont Van der Poel, Van Aert y Asgreen juntos y cuando parecía que también iban a coronarlo juntos Van der Poel arrancó de forma muy bestia abriendo un pequeño hueco sobre Asgreen y ya uno insalvable con Van Aert. El danés y el holandés se unieron en la recta posterior a la cota y caminarían juntos, sin atacarse en el Paterberg, hasta la recta final.
Ahí las apuestas tenían un claro favorito y los aficionados al ciclismo probablemente también pero en un esprint después de más de 250 kilómetros durísimos todo puede pasar y así fue. Van der Poel arrancó en cabeza y cuando parecía que Asgreen ya no iba a poder adelantarle el danés no cedió en el empeño y levantó los brazos ante un Van der Poel abatido al que se le escaba una ocasión histórica.
La lógica decía que Van der Poel debía imponerse pero a veces se olvida que esto es ciclismo, un deporte en el que compiten casi 200 ciclistas y dónde casi siempre gana un chico de Lefevre.