Es imposible resumir en pocas palabras que un chaval de 19 años se ha quedado dos veces, en las dos ha enlazado tirando el solo, ha atacado a poco menos de 20 kilómetros de meta y su pareja de fuga apenas conseguía relevarle, ha superado Mendizorrotz sin que apenas le recortaran tiempo y ha llegado en solitario a Donostia para triunfar en la Klasikoa.
Antes de la exhibición de Evenepoel también hubo carrera. Empezó con una fuga de salida formada por nueve corredores entre los que destacaba Markel Irizar (Trek), después de 16 temporadas como profesional el vasco colgaba la bicicleta en su casa. El último superviviente de los fugados sería el valiente Fernando Barceló (Murias) que atacó a 70 kilómetros de meta pero sucumbiría más adelante con el fuerte ritmo que imponía Movistar.
Alaphilippe (Deceuninck) había abandonado a las dos horas de carrera y el ritmo de Movistar había servido para descartar a Landa (Movistar), Bernal (INEOS) o Adam Yates (Mitchelton) entre otros. Por lo tanto se afrontaba un desenlace de la clásica más abierto y en el que podían haber sorpresas.
Fue a 20 kilómetros de meta cuando Tom Skujins (Trek) decidió romper la disciplina del pelotón y fue seguido ante la incredulidad de todos por Remco Evenepoel. No es que la gente no crea en las cualidades del joven belga pero había cedido dos veces del ritmo del grupo y se había encargado de subir bidones a sus compañeros después de enlazar así que pocos pensaban que aún tenía fuerzas para atacar.
Pero rápidamente demostró que si las tenía ya que su compañero apenas le relevaba y no parecía importarle mucho al corredor del Deceuninck que iba como loco hacía adelante. Les costó abrir hueco pero a base de insistir lograron llegar a pie de muro con 50 segundos de ventaja. En el primer kilómetro que es más tendido no les recortaron ni un segundo y a la que las rampas se empinaron Evenepoel aprovechó para acelerar y dejar a Skujins. Por detrás lo intentarían Valverde (Movistar) o Hugh Carthy (Education First) entre otros pero de nada serviría, apenas recortarían algún segundo a Evenepoel.
El descenso que había hasta San Sebastián era el breve espacio del que disponían los amantes del ciclismo para asimilar que ese chico de 19 años iba a ganar la carrera y encima de esa manera. Hacía muchos años que la Klasikoa no veía una exhibición de este tamaño y a parte con el nombre del vencedor más joven de la historia del World Tour. La historia a veces es difícil de entender y la progresión de Remco Evenepoel puede que no sea la esperada pero existen unas probabilidades muy altas de que siempre nos acordemos de aquel 3 de agosto como el día en que vimos al joven belga humillar a todo un pelotón.