El domingo asistí con estupor, una vez más, a un fenómeno que parece haberse puesto de moda este año en el ciclismo femenino: los podios separados para élites y sub-23. La carrera de Sopela cerraba el Torneo Euskaldun y lo cerraba sin arreglar algo que, personalmente, veo como un problema a solucionar.
Vamos a ir al caso concreto de esta carrera, aunque como digo es algo que ha pasado varias veces esta temporada pese a lo explícito que es el reglamento de la Federación Vasca de Ciclismo (ETxF). La prueba «de las mayores» la disputaban conjuntamente en su integridad las júniors y las élites. 80 kilómetros que concluyeron con la victoria de una sub-23, Tata Martins (Sopela), por delante de otra sub-23, Aroa Gorostiza (Bizkaia-Durango). Tercera fue Nerea Nuño (Río Miera-Cantabria Deporte), élite, que superó por centímetros a otra sub-23, Eukene Larrarte (Gipuzkoa-Ogi Berri).
Parece lógico que Tata, ganadora de la carrera, ha sido la mejor del día. Pero sin embargo, ese reconocimiento no le llega porque, parece, el reglamento (a mi juicio, en estos puntos, perfecto) no se cumple. Tata, Aroa y Eukene suben al podio sub-23 del día y, aquí viene lo feo, Neri, Cristina Martínez (Bizkaia-Durango, sexta) e Irene Usabiaga (Eustrak-Euskadi, décima) son llamadas al podio élite. Irene no aparece (normal, dudo que se esperase tener que ir al podio habiendo sido décima) y Cris sube por los pelos, pese a que yo mismo le había dicho que no tenía podio tras consultarlo con la gente de la propia ETxF. (Ver la foto que encabeza este artículo)
Vaya por delante algo que no tendría ni que decir, y es que todo esto va mucho más allá de mis posibles filias y fobias hacia las corredoras. Bien sabe Neri lo mucho que la aprecio, pero me parece una aberración que tuviese que subir al primer escalón del podio cuando fue tercera, quedándose de hecho sin la foto real de su podio, el de un tercer puesto de mucho nivel.
Y en Sopela no pasó, pero en otras carreras (se me viene a la mente Berriatua, así de cabeza), las júniors —con los mismos kilómetros— se colaron en el podio absoluto y tampoco recibieron el premio que debían. En ese caso, Amaia Lartitegi (CAF Turnkey & Engineering) fue segunda scratch, por detrás solo de Sara Martín (Sopela).
Y entramos en materia, que esto es lo que más me mola: el reglamento. Como digo, el de la ETxF es perfecto en el tema que nos atañe en estas líneas, pero pasa que no suele cumplirse. Vamos a poner los puntos sobre las íes (vaya, «íes» lleva una tilde sobre la «i», no un punto).
Artículo 38.- El Torneo Euskaldun Femenino se distribuye por categorías:
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Elite: corredoras de 19 ó más años de edad.
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Junior: corredoras de 17 ó 18 años de edad.
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Cadete: corredoras de 15 ó 16 años de edad
Queda claro, pues, que no existe una categoría sub-23. ¿Y qué dice este manual sobre las sub-23?
Artículo 45.- (…) se entregará un maillot a la primera corredora de 19 a 22 años de la Clasificación General Individual, en caso de que la líder fuese una corredora de 23 ó más años.
Artículo Adicional A.- (…) Trofeos. Entendiéndose por mínimos, a la primera Junior, primera Élite, y primera corredora de 19 a 22 años en caso de que la vencedora fuese una corredora de 23 ó más años, de la Clasificación Individual por Tiempos absoluta de la prueba.
No veo yo que pueda quedar ningún género de dudas sobre lo que hay que hacer, con el reglamento en la mano. Las corredoras sub-23 son «corredoras de 19 a 22 años». Punto. No son una categoría separada en ningún caso, aunque lógicamente deben recibir el reconocimiento como las mejores de su edad. Pero si ganan a las mayores de 22 años, han ganado ellas en élites. Y no hay más.
Esto también es aplicable a las carreras en las que, como en las citadas Sopela y Berriatua, el recorrido era el mismo para las júniors que para las élites. Las júniors actúan en ese caso como élites, a (casi) todos los efectos, incluyendo en este apartado desarrollos y premios económicos. Quedan fuera de este supuesto los puntos otorgados a la clasificación general, ya que en esto las júniors sí estarán en todo momento separadas. Copio íntegramente el artículo del reglamento que ya he citado antes:
Artículo Adicional A. De la participación conjunta de las categorías Junior y Élite
Es opcional de cada Organizador determinar libremente si las corredoras Junior y Élite toman parte en una prueba íntegramente conjunta. En dicho supuesto de participación conjunta de ambas categorías, el Organizador deberá expresamente hacer referencia a ello en la documentación de su prueba, y además deberán atenderse los siguientes preceptos:
- Las dos categorías, a saber Junior y Élite, compartirán en todo momento conjunta e íntegramente Salida, itinerario y Meta.
- La distancia máxima de la prueba conjunta será de 80 Kms.
- Desarrollo Junior: Libre
- Clasificación Individual por Tiempos y Clasificación por Equipos, de la prueba, serán absolutas. Es decir, una única clasificación en la que figurarán conjuntamente las corredoras clasificadas independientemente de la categoría que figure en sus respectivas licencias.
- Baremo de Premios absoluto. Es decir, un único Baremo de Premios sin distinción por categorías. No obstante, todas las corredoras Junior clasificadas desde la 16a plaza obtendrán una dieta de 10 €.
- Baremo de Puntos para la Clasificación General Individual del Torneo Euskaldun Femenino. Independiente para cada categoría y con arreglo al artículo 44 del Reglamento de Pruebas en Ruta – Torneo Euskaldun Femenino, de la ETxF.
- Trofeos. Entendiéndose por mínimos, a la primera Junior, primera Élite, y primera corredora de 19 a 22 años en caso de que la vencedora fuese una corredora de 23 ó más años, de la Clasificación Individual por Tiempos absoluta de la prueba.
Hasta aquí los datos. Vamos con lo puramente subjetivo. El reglamento me parece, como digo, perfecto, pero indudablemente, y en esto estaremos de acuerdo la mayoría, el camino es que las júniors puedan disputar carreras separadas, sin élites, a fin de coger una actitud en carrera más valiente —y eso que este año estamos teniendo unas juveniles realmente valientes que no se cortan a la hora de atacar, como Inés Cantera (Moreaga) o la citada Lartitegi—. Pero hasta que esto sea posible (por ejemplo, en Sopela acabaron únicamente cinco júniors, y con esas cantidades no puedes sacar una manga separada), no queda otra que aplicar los reglamentos con corrección y sin inventos, para desesperación de la gente de la ETxF.
Hablaba el propio domingo sobre el tema con la delegada de féminas de la ETxF, Naia Leonet, a quien tengo en alta estima desde que la tuvimos en Bizkaia-Durango dos temporadas. Y ella se sabe bien el reglamento, pero se ve que los organizadores de muchas carreras (en ningún caso quiero focalizarlo en este último fin de semana, de verdad) no lo conocen. También hablé sobre el tema con el director de Moreaga, Oier Egaña, que también estaba de acuerdo en que el reglamento debe ser aplicado tal y como está redactado. Y mis colegas de Bizkaia-Durango, igual, aunque la presencia de una júnior en puestos delanteros pueda dejarnos sin un podio (al fin y al cabo, hay que ser justos y realistas, no buscar podios de imagen que no llevan a nada).
Podremos debatir sobre cómo son los reglamentos, pero insisto: si existen, además sin ambigüedades, deben cumplirse. Me encantaría generar debate sobre este tema para que en la temporada 2020 el Torneo Euskaldun femenino tenga sus normas para lo que están: para cumplirlas.