Los principales líderes de los equipos han emitido un comunicado conjunto en el que piden una «profesionalización de la categoría. Basta ya de madrugones y comidas de tupper«.
No es fácil llegar a ser ciclista profesional. Pero hoy los corredores con más proyección del pelotón élite y sub-23 han dado un primer paso en lo que esperan que sea un cambio histórico. Las largas distancias a recorrer en nuestro país para disputar las distintas carreras parece haber sido el detonante de esta reivindicación. También han pedido a los organizadores que dispongan de un buffet libre de pasta, pollo y ensalada al término de las carreras.
«Estamos cansados de hacer cientos de kilómetros cada fin de semana en las furgonetas, parando solo a repostar y teniendo que soportar los ronquidos y la música del compañero», indica un corredor del Equipo Lizarte que no se atreve a desvelar su identidad. El miedo a represalias en próximas expediciones le lleva a mantener la cautela. «Es indignante que comamos en un tupper, sentados en sillas plegables y sin musiquita para que no se le acabe la batería a los vehículos».
El sentir es general, y lo notan también las escuadras gallegas. Desde otro punto de vista se manifiesta el staff del Rías Baixas, uno de los equipos con su sede más retirada de las competiciones: «No puede ser que mientras los conductores hacen todo el recorrido, los ciclistas duerman a pierna suelta. Es necesario que haya un poco de solidaridad. Además, no compartimos que se enfaden cuando les gastamos bromas, les hacemos fotos y les damos sustos para que se despierten», indica uno de los mecánicos.
El tema de las imágenes ha generado también bastante revuelo. Varios corredores de equipos valencianos se han quejado de que los largos viajes provocan que sus compañeros realicen todo tipo de material audiovisual mientras duermen. «Han llegado a hacerme una foto con flash de la garganta. No se respeta nada», explica un corredor del Electro Hiper Europa. Son habituales las publicaciones en diversas redes sociales a este respecto, algo que los responsables de prensa de cada equipo intentan, sin éxito, evitar por la imagen que pueda dar a los patrocinadores.
Son muchas las voces que se han manifestado en contra de los largos traslados, y la unión de ciclistas amateur vascos (UCAV) ha explicado que de continuar estas condiciones, no piensan seguir corriendo fuera de Euskadi. «Tenemos calendario de sobra en un radio de 100 kilómetros. ¿Para qué vamos a ir hasta Murcia a correr, pudiendo evitar el traslado y disfrutar del maravilloso clima que tenemos en el mes de marzo?», se preguntan en clara referencia al Trofeo Guerrita y su coincidencia con las pruebas de los Torneos Euskaldun y Lehendakari.
El segmento menos activo corresponde a los corredores madrileños. Varios componentes del Escribano Team explican que están «lejos de todas las carreras, porque en Madrid no se disputa casi ninguna, pero no demasiado. Tenemos que viajar todos los fines de semana, aunque nunca superamos las cuatro horas de traslado». Este sería el motivo por el que se muestran más reticentes a suscribirse al movimiento ciclista, si bien reconocen que «en cuatro horas codo con codo puedes llegar a odiar a tu compañero de viaje. Es peor que cuando te meten manillar en el pelotón».
No parece fácil la solución a este conflicto. Aunque se han iniciado los contactos con varias aerolíneas y con los responsables de ADIF para poner a disposición de los corredores billetes en el AVE, el coste es inasumible para los equipos. «¿Qué será lo siguiente, carreras llanas para que no se cansen?», ha indicado uno de los directores más veteranos, que asegura que se quejan «mucho más que antes. Nosotros a su edad solo pensábamos en dar pedales y no en la frase que íbamos a poner en la foto de instagram de cada carrera».
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