El año pasado la Vuelta a León tuvo un nombre propio, Miguel «Lobito» Burmann. El chileno del Kuota-Construcciones Paulino dominó la carrera de principio a fin, demostrando que el nivel mostrado en otras carreras como Ávila o Zamora no eran casualidad, y en León destapó el tarro de las esencias para dejar evidente que cuando la carretera se ponía mirando al cielo en ese momento no había nadie que pudiera hacerle sombra. Por desgracia meses después Burmann tendría ciertos problemas en un control antidoping durante la Volta a Galicia, lo que dejó muchas dudas con respecto a su victoria en tierras leonesas.
Además de Burmann, durante los cinco días de la Vuelta a León disfrutamos un año más, de un pelotón súper-combativo, que etapa a etapa evidenciaron que sin duda alguna los ciclistas que llegan a León son los más fuertes del pelotón nacional amateur, y prueba de ello ya fue la jornada inaugural, en la que pese a lo que se preveía que sería una jornada tranquila para ir cogiendo el pulso a la carrera ya que se trataba de un recorrido sin apenas montaña, los ciclistas decidieron ponerlo todo patas arriba y vivimos ya una jornada de locura con un pelotón roto en el que por delante se iba un corte en el que se encontraban 22 de los ciclistas más importantes de la carrera, haciendo que durante más de 80 kilómetros se volase. Por delante nombres como los de Sergio Rodríguez (Caja Rural-RGA), Óscar Pelegrí e Isaac Cantón (Infisport), Marcos Rojo (Lizarte), Jesús Nanclares (Rías Baixas), Antonio Angulo (Gomur-Liébana 2017), Egoitz Fernández o Marc Buades (Fundación Euskadi-EDP), Sergio Prado (Autronic-CCVigues), Antonio Jesús Soto y David Civera (Aldro Team), Miguel Burmann y Marino Kobayashi (Kuota-Contrucciones Paulino) o Jordan Cardenas (ControlPack), entre otros, dieron muchos galones a una escapada que acabaría jugándose la victoria con más de un minuto de ventaja sobre el pelotón en Quintana de Rueda, siendo para Óscar Pelegrí, que de esa manera estrenaba su flamante y recién conseguido maillot de campeón de España sub23, además de conseguir con ello ser el primer líder de León.

La segunda etapa acabaría siendo a la postre la más importante con el final en el durísimo Cueto Rosales, por donde se pasaría hasta en tres ocasiones, subiéndose en la última un tramo innédito que lleva a unas antenas y un mirador forestal al que se llega tras superar casi dos kilómetros en donde se suceden las rampas que rondan el 20% de desnivel. En una jornada tan dura no era difícil pensar que habría cambio de líder, y que los grandes escaladores deberían dejarse ver. Ahí, los hombres del Caja Rural-RGA parecía que tendrían mucho que decir con su jefe de filas Sergio Rodríguez que parecía llegar muy bien a León tras conseguir subirse al podium por segundo año consecutivo en Zamora, y tras hacer lo propio en 2015 en León, pero en uno de los descensos de la etapa Sergio acabaría con sus huesos en el suelo dejándose toda opción de volver auparse a los puestos de honor. Mientras Sergio hacía lo imposible por poder acabar la etapa, en cabeza se producían muchos movimientos con la dupla chilena del Kuota formada por Burmann y Elías Tello, que demostraban en cada uno de los pasos por Rosales ser los mejores escaladores, y con un Antonio Soto (Aldro) haciendo soltar las alarmas en el conjunto asturiano saltando a falta de 20 kilómetros y consiguiendo casi un minuto de ventaja al comienzo de la última ascensión, lo que provocó que muy pronto Burmann decidiera dejar atrás a todos sus compañeros de pelotón en esa último subida para acabar dando caza a Soto y superarle antes de arrancar esa última zona novedosa tan dura, en donde el chileno logró aguantar la distancia con un trío que venía por detrás formado por el mismo Soto, su compañero Joan Ruíz, y Diego Pablo Sevilla (Fundación Contador).

Tras la paliza de Rosales el pelotón leonés llegaba a Bembibre para tomar la salida en una tercera etapa bastante dura en su primera mitad donde se encadenaban hasta tres puertos, pero con mucho terreno llano después hasta la llegaba en Astorga, por lo que se podría pensar que esta podía ser una jornada de transición. Y así podría haber sido si no llega a ser por el conjunto gallego del Rías Baixas que encabezado por el ciclista de la tierra Jesús Nanclares que encabezó un precioso movimiento, siendo uno de los momentos de la temporada, con otros tres compañeros, Ángel de Julián, Cristian Mota y Borja Alfaraz, los cuales llegaron a tener al paso del último puerto del día, el Alto de Garandilla más de tres minutos de ventaja sobre el pelotón, lo que colocaba en ese momento a Nanclares como líder provisional de la prueba leonesa, pero como decíamos hasta meta aún quedaría mucho terreno favorable para la caza, y aunque los pupilos de Marcos Serrano no vendieron barata su piel, al final acabaron siendo neutralizados cuando ya se vislumbraba el cartel de Astorga. En la entrada a la localidad maragata los chicos del Aldro se movían y cortaban al líder Burmann rascando unos bonito segundos en una llegada en la que con claridad se imponía el mejor ciclista amateur español del año pasado, Antonio «Chava» Angulo (Gomur-Liébana2017), superando en la recta final a Marcos Jurado (Lizarte).

La carrera en la cuarta jornada se desplazaba al Bierzo para vivir la última etapa en línea antes de la última y decisiva cronoescalada a las Cuevas de Valporquero, en una jornada con otro de los grandes puertos de esta edición, el Alto de la Mina, situado a más de 40 kilómetros de meta, aunque con terreno duro por delante que invitaba a poder ponerle las cosas difíciles al líder Burmann, y más después de verle flaquear en la parte final del día anterior. Finalmente, ese despiste en Astorga acabó resultando ser un espejismo, y en la dura subida a La Mina, acabó quedando claro de nuevo que tanto Burmann como su compañero en Kuota y compatriota chileno, Tello, eran los dos mejores escaladores siendo los más fuertes del grupo de favoritos, incluso pasando por la cima con unos segundos de ventaja, aunque toda acabaría reagrupándose camino de la meta en Cabañasraras, donde de nuevo vivíamos un final idéntico al del día anterior en Astorga en el que el que acabaría levantando los brazos el vencedor de la Copa de España, «Chavita» Angulo y, otra vez, por delante de Marcos Jurado, aunque en esta ocasión el cántabro superaba al manchego por medio radio de ventaja.

La quinta y última etapa nos dejó más imágenes bonitas que emociones, ya que la cronoescalada en un paraje tan impresionantes como las Hoces de Vegacervera y la ascensión final a Valporquero fue un marco incomparable para poner el broche a la XXVII edición de la Vuelta a León, aunque esta ya estaba más que decidida con casi un minuto de ventaja en favor de Miguel Burmann sobre Soto, algo prácticamente imposible de recuperar en una cronometrada de 10 kilómetros, que encima favorecía a las características escaladoras del chileno, y tanto fue así que al final él mismo acabaría siendo el más rápido en cubrir la contrarreloj superando a Óscar González del Campo (Fundación Euskadi), aunque este se llevaba el premio final de meterse en el tercer cajón del podium, con Antonio Jesús Soto siendo segundo finalmente a casi minuto y medio de un Burmann muy superior de principio a fin.