Tercera semana de julio y como viene siendo habitual en el ciclismo amateur llega una de las grandes citas del calendario nacional, la que para muchos es la más grande vuelta por etapas de todo el año, y en donde se centran los objetivos de muchos, ya que una victoria aquí suele ser pasaporte directo al profesionalismo, la Vuelta a León. Y en verdad es lógico que esta carrera asegure un billete, y es que una victoria aquí no puede ser nunca fruto de la casualidad, si no que hay que ser muy bueno y demostrarlo durante cinco días para poder hacerse finalmente con el preciado maillot amarillo del león.
La organización en esta XXVIII edición de la Vuelta a León ha dado una vuelta más de tuerca al recorrido, y ha seguido con esa progresión de estos últimos años de dar espectacularidad durante todo momento, garantizando la emoción en cada una de las etapas, y si nos podía parecer que ya era muy complicado poner más dureza a una ronda después de lo vivido el año pasado con la incursión del durísimo final en Cueto Rosales o de la cronoescalada a Valporquero, podemos decir sin miedo a equivocarnos que esta Vuelta a León es incluso más exigente que la de años precedentes, con el colofón en la cuarta jornada puesto en la ascensión al terrible puerto de Ancares, uno de los grandes colosos de la geografía española, y que poco o nada tiene que envidiar a los puertos míticos de la Vuelta a España, de hecho no podemos obviar que la organización de Unipublic en estos últimos tiempos ha incluido en varias ocasiones este puerto para ver batirse en duelo a los Froome, Contador, Purito, Valverde y compañía.
Pero no solo de Ancares, y sus últimos 5 kilómetros a un 12% de media, va a vivir esta Vuelta a Léon, y es que la montaña va a ser el común denominador de esta ronda, y es que en León, otra cosa no, pero montaña hay para dar y regalar. Eso sí, habrá que hacer un pequeño impás con esa contrarreloj inaugural en La Bañeza de algo menos de 4 kilómetros, en donde la nota curiosa estará en que los ciclistas la disputarán cuando el sol ya se habrá puesto en el horizonte un tiempo antes, y es que el primer ciclista en tomar el contacto con el asfalto de esta Vuelta a León lo hará a partir de las 22:00 de este próximo martes, día 18 de julio.
Lo cierto es que esa crono no tendrá más historia que la notoriedad de la nocturnidad, ya que las diferencias deben ser mínimas entre todos los ciclistas, aunque como carta de presentación de la carrera y de los propios ciclistas hay que reconocer que será todo un lujo poder presenciarlo. Quizás lo más duro de esta crono llegue al día siguiente, con el poco descanso que habrán tenido los ciclistas tras el gran, aunque corto, esfuerzo, con todo un etapón por la montaña oriental leonesa, en plenos Picos de Europa, donde veremos como se adaptan los ciclistas a la sucesión encadenada de puertos de entidad como El Pando, Panderrueda, el durísimo Pandetrave y el final en subida a Soto de Sajambre.
Y si esta segunda etapa tendrá montaña, al igual que la cuarta jornada de Ancares con otros tres puertos que precederán a la ascensión final, no podemos dejar de lado la quinta y la última etapa en Villablino, con el doble paso por el Alto de Rabanal, todo un muro de un kilómetro, que por segunda vez se pasará a falta de 5 kilómetros, y que hace unos años sirvió a Aritz Bagües para alzarse con el triunfo de etapa en la capital de Laciana, y que además le acabó reportando el amarillo que ya no soltaría hasta el final, además del paso previo por el Alto de los Bayos, un puerto que puede también marcar muchas diferencias teniendo en cuenta los esfuerzos tan grandes a los que habrán estado sometidos todos los ciclistas hasta este momento.

En el ecuador de la carrera tendremos una tercera etapa por el corazón de la provincia que parece que podrá dar un pequeño respiro a los ciclistas camino de Santa Colomba de Somoza, aunque con una parte final bastante repechera, y en donde el protagonismo puede que recaiga en el viento, haciendo que una etapa sin mucha «chicha» acabe siendo todo un infierno para los ciclistas.
En total, y yéndonos a los números más de 525 kilómetros dispuestos en 5 etapas, de los cuales 4 serán cronometrados, y los otros 520 en las otras cuatro etapas, en las que una sola podríamos catalogar como llana, colocando a las otras tres como de montaña, subiéndose en total hasta 14 puertos de montaña, con un categoría Especial como Ancares, un 1ª categoría en la segunda etapa como es Pandetrave, además de Los Bayos de la última jornada que aunque aparezca como segunda, aquí estamos convencidos que podría ser todo un primera. Contado este Alto de Los Bayos, serían cinco puertos de 2ª, y por tanto otros siete puertos de 3ª categoría, lo que quiere decir que de media en esta carrera cada 37 kilómetros los ciclistas tendrían un puerto de montaña. ¡Ahí es nada!
En cuanto a los equipos, como siempre estará lo más granado del pelotón nacional con lo mejor de lo mejor encabezado por los navarros del Lizarte, los vascos del Fundación Euskadi-EDP e Eiser-Hirumet, los gallegos del Rías Baixas y el Supermercados Froiz, los asturianos que defienden la victoria del año pasado del Kuota-Construcciones Paulino, los cántabros del Gomur-Liébana2017, los valencianos del GSport y Mutua Levante, los madrileños del Escribano y el gran equipo de Alberto Contador, el Polartec-Fundación Contador, además de los locales del Diputación de León-Arte en Transfer que en este 2017 viene a por todas. Además no podemos obviar la presencia internacional de equipos de renombre como los franceses del GSC Blagnac Veló Sport y los rusos del Lokosphinx. Además la nómina de equipos la completarán Lankidego-Enkartaciones C.Team, URL Sport-Roski y el Team Guerciotti-Redondela CYCL.