Con 291, es la prueba de un día más larga del calendario, un reducto del ciclismo más romántico, de los tiempos donde las carreras sobrepasaban los 300 kilómetros. Más conocida como “La Primavera” o “La Classicissima, la Milán San Remo es para muchos el monumento más difícil de ganar de los cinco que componen este particular olimpo de cinco prestigiosas pruebas.
Alaphilippe, vencedor de una etapa, de la clasificación por puntos y del maillot de mejor joven en la pasada Paris-Niza hará su debut en la prueba italiana. Boonen, tercero en 2007 y segundo en 2010, portará la veteranía del equipo, en el que será su 40ª participación en un Monumento.
Sin embargo, si hay un nombre a reseñar es el de Fernando Gaviria. Vencedor de una etapa en la recientemente finalizada Tirreno-Adriático, volverá a intentar lo que el año pasado una caída privó de disputar: el triunfo en San Remo. Jack Bauer, Fabio Sabatini, Matteo Trentin, Julien Vermote y el campeón belga Philippe Gilbert -tres veces tercero en la clásica italiana- completarán el potente ocho de Quick-Step Floors.
«Tenemos una escuadra con muchas y distintas posibilidades, capaz de jugar distintas bazas según el escenario. Partimos aspirando a todo pero nada es tan impredecible como el ciclismo. Siempre puede darnos una sorpresa primaveral” declaraba Davide Bramati. “Cuando lleguen las ascensiones finales aumentará la tensión y si queremos tener opciones deberemos tener a nuestras bazas bien situadas en Cipressa y Poggio” concluía el director.