Las marcas de bicicletas son pura innovación. Solo hay que echar un vistazo 20 años atrás y comparar las bicicletas que utilizaba Miguel Indurain con las que llevan hoy en día Contador, Valverde o Froome. Las bicicletas han cambiado por completo, menos cables; debido al cambio electrónico, más opciones de desarrollo, mejores materiales y una larga lista de avances tecnológicos.
Muchos de los cambios son beneficiosos para el deporte y los ciclistas, sin embargo; los discos de freno para algunas personas, no lo son tanto. Es un continuo debate que se ha instalado en el pelotón, grupetas de entreno, salidas y llegadas de las carreras e incluso en los bares. En la mountain bike se llevan muchos años disfrutando de su uso, sin ellos, los ciclistas tendrían muchas más dificultades, debido a la cantidad de barro y polvo que se acumula. Pero, ¿son necesarios en el ciclismo de carretera de alta competición?
Para la mayoría de los ciclistas la respuesta es un NO rotuno, pero como ocurre en la mayoría de los deportes, la opinión de los propios beneficiados o perjudicados tienen poca o nada importancia. Por ejemplo, los fabricantes de botas de fútbol desarrollan un nuevo modelo buscando unas ganancias en el mercado, sin importar las características que prefieran los propios usuarios. En el ciclismo ocurre lo mismo, los ciclista no tienen ni voz ni voto y las marcas comerciales buscan cautivar a los compradores con nuevas tecnologías.
A finales de abril del 2015, la UCI decidió, a modo de prueba, montar frenos de disco en algunas bicicletas durante la competición. El resultado no fue el esperado, varias caídas provocaron diversos cortes y la prohibición por parte de la UCI de su uso un año más tarde. El experimento fue un fracaso absoluto. El caso más destacable fue el de Fran Ventoso (Movistar) durante la anterior Paris- Roubaix (carrera donde 32 ciclistas llevaban frenos de disco). Cuando habían transcurrido 130 kilómetros, el navarro, sin llegar a caerse, había sufrido un gran corte en su pierna derecha. Otro de los dagnificados fue Nikolas Maes (Quick- Step Floors) con otra gran herida en su rodilla.

Durante la reciente temporada han vuelto los experimentos por parte de la UCI, bordes redondeados y una funda han sido los requisitos. Varios ciclistas han vuelto a probar los frenos de disco. Durante el pasado Abu Dhabi Tour volvieron a saltar las alarmas. Marcel Kittel (su bicicleta tenía frenos de disco) se iba al suelo en la primera etapa en línea. Sin poder evitarlo, Owain Doull (Sky) chocaba contra el esprinter alemán y sentía como algo le rajaba la zapatilla de arriba a abajo. Por suerte, fue la zapatilla la gran perjudicada, pero en cualquier otro momento puede ser un hecho mucho más grave.

Después de este nuevo hecho, varios ciclistas y responsables han dado su opinión al respecto. Los ciclistas perjudicados se oponen al 100% hasta que no sean seguros. Mientras algunos ciclistas, entre ellos Tom Boonen cree que el ciclismo tiene que aprovecharse de los avances siempre que sean beneficiosos para el ciclista. Por otro lado, la CPA (Asociación de Ciclistas Españoles) declara que ningún ciclista los equipe hasta que todo el pelotón los haya aceptado.
En conclusión, una dura batalla que sigue sin resolverse durante una temporada más. La mayoría de los ciclistas no ven necesario los frenos de disco en sus flacas, sin embargo; las marcas comerciales y la UCI siguen apostando por los avances tecnológicos. En mi opinión, el rendimiento que puede obtener un ciclista con frenos de disco es similar al que obtiene sin ellos, por lo tanto, el riesgo que se provoca es mayor a las ventajas que se obtienen.