Si bien es cierto que todos los días pueden ser decisivos, son muchos los que señalan esta decimocuarta etapa entre Urdax y el Col d´Aubisque como la reina de esta edición. 196 km -mayor longitud que la jornada andorrana de la pasada edición- y un desnivel acumulado que alcanza los 5200 m, la jornada invita al espectáculo.
Tras unos primeros 50 km llanos, los corredores afrontarán la primera ascensión de la jornada, el Col de Inharpu (1ª). Con un asfalto rugoso y una carretera estrecha, los corredores lo ascenderán por primera vez en competición. Ni en el Tour de Francia ni en pasadas ediciones de La Vuelta, se ascendió por ninguna de sus vertientes. Varios kilómetros superiores al 10% que bien podrían dejar los primeros damnificados.
El siguiente gran escollo será el Col de Soudet (1ª). Compartiendo gran parte de su trazado con la ascensión a la Pierre St Martin, el coloso pirenaico, este sí ascendido en ediciones pasadas del Tour, animará, seguro, a movimientos en el pelotón y también en los fugados.
El postre no será para nada menor. El encadenado Marie Blanque-Aubisque, tantas veces recorrido en la Grand Boucle, será el colofón a una gran jornada de ciclismo. Marie-Blanque, meca de cicloturistas y quebrantahuesos, será la criba definitiva antes de la última gran ascensión. Sus tres últimos km y una bajada técnica y rápida, invitan a probarlo.
Por si fuera poco, Aubisque pondrá aún más dureza. Comparado siempre con el Tourmalet, sus números asustan. 18 km con una media superior al 7% y varios kilómetros superiores al 9%. Si hasta entonces no nadie lo ha probado, será el momento.