«Es el tercer año que vengo al Tour y ha sido muy difícil llegar hasta aquí. He estado a punto de no volver después de dos años fastidiados por caídas. Este año ya me había caído dos veces. He llegado a pensar que esta carrera no era para mí, pero mi mujer vino ayer, durante el día de descanso. Estuvimos hablando largo y tendido. Me devolvió la motivación…y hoy mi sueño se ha hecho realidad. Conseguir combinar todos los ingredientes y que funcione la mezcla para ganar una etapa… es tan emocionante que no tengo palabras. No teníamos planeado meternos en la escapada, pensábamos terminar con un esprint masivo. Era una etapa difícil, y está claro que Sagan era el favorito entre todos los que llegábamos. Probablemente sea el mejor corredor del mundo y es un modelo a seguir para mí. Teníamos una ventaja numérica con Durbridge e Impey así que hemos querido aprovecharlo. Me han ayudado muchísimo. Han hecho un trabajo estupendo. No tengo palabras para describir lo que han hecho por mí. En la cima de Envalira, cuando estaba con Sagan y Nibali, no sabía lo que iba a pasar. Luego escuché por la radio que Luke Durbridge y Daryl Impey llegaban detrás. Eso me devolvió la confianza y me hizo creer que tenía opciones de ganar la etapa. Luke hizo un gran trabajo con el viento de costado, y cortó en dos la escapada pero seguíamos teniendo grandes rivales al final así que Impey atacó una y otra vez para desgastarlos. Al final sentía que las piernas estaban pero cuando estás a 200 metros de meta, nunca sabes lo que puede pasar. Si no hubiera ganado, habría sido una decepción para ellos. Pero no ha sido así, estoy encantado».
Fuente: letour.fr