La sexta etapa del Tour de Suiza, la reina de esta edición, tenía dos puertos en su recorrido: Hochtannbergpass (HC) y el temible Sölden (HC), que albergaba el final de la etapa. Esta ascensión (13,8 Km al 10,8%) lleva a los ciclistas a los 2700 metros de altitud, y si a este dato le sumamos el kilometraje de la etapa, 223 kilómetros, la jornada de hoy puede ser señalada fácilmente como una de las más duras de todo el año.
Al contrario que en los días anteriores, tan sólo fueron dos los ciclistas que se escaparon: Brändle (IAM) y Keisse (Etixx Quick-Step). El pelotón de los favoritos se plantó en la base de Sölden agrupado; el terreno completado hasta ahora no era proclive a ataques lejanos. Sky marcó el ritmo desde el inicio de la subida. La ventaja de los dos escapados se evaporó con rapidez; el equipo británico estaba poniendo mucho ritmo por detrás. Y, por sorpresa, el primero de los favoritos en sucumbir ante el ritmo del Sky fue el líder Wilko Kelderman (Lotto Jumbo), que a diferencia de las buenas sensaciones dejadas ayer, hoy no pudo aguantar con los mejores. El resto de hombres fuertes aguantaban con aparente facilidad el ritmo de Kiriyenka, que marcó cual reloj suizo el ritmo durante gran parte de la subida. El primero en atacar, a falta de 4,5 kilómetros, fue Van Garderen (BMC). El norteamericano, que ayer se dejó todas las opciones de ganar la carrera, no era peligroso para la general. Cuando Warren Barguil (Giant) y Miguel Ángel López (Astana) quisieron reaccionar, Van Garderen estaba ya demasiado lejos. El ciclista de BMC lograba la victoria de etapa -la mejor de su carrera hasta el momento- por delante de López y Barguil, que entraban a 16 segundos. El francés, muy regular durante toda la vuelta, es el nuevo líder de la Vuelta a Suiza. Aventaja en 21 segundos a López y en 24 a Talansky (Cannondale), que hoy resistió en Sölden y mañana tendrá una oportunidad de oro de asaltar el liderato en la contrarreloj. Por su parte, un bravo Ion Izagirre (Movistar), octavo hoy, ha subido hasta la 4º posición en la general, y es otro al que la crono de mañana beneficia mucho. Veremos si puede pisar el podio final de la carrera.
Mañana, contrarreloj de 17 kilómetros con salida y llegada en Davos, una de las ciudades más importantes del este de Suiza. No es para nada una crono favorable para los especialistas, ya que el trazado incluye tramos de subida en el que los escaladores pueden y deben aprovechar para marcar las diferencias. Veremos si Barguil es capaz de aguantar el maillot amarillo.