Tras la retirada de Mikel Landa, el equipo Sky quedó muy tocado. El conjunto británico aspiraba a ganar el Giro con el español, pero tras su inesperada retirada por gastroenteritis el pasado martes el equipo inglés quedó desconfigurado. Pero Mikel Nieve, que fue al Giro a última hora para ayudar al desafortunado Landa, ha actuado de ángel salvador para el Sky ganando la etapa que ha servido de preludio de la alta montaña de este Giro de Italia.
La 13º etapa de la carrera italiana era, para algunos, el inicio verdadero de la carrera. Una jornada de media montaña, de 161 kilómetros de longitud, con cuatro puertos de montaña: el Montemaggiore, el Crai, la Cima Porzus y el Valle. Fue una etapa muy nerviosa en todo momento, con muchísimos ciclistas saltando del pelotón en los primeros compases de la etapa. Un grupo de unos 30 ciclistas se fue por delante, mientras que en el pelotón los Etixx Quick-Step trataban de reagruparse para tomar el mando de la persecución. Jungels quería defender el liderato, y puso a su equipo a trabajar. La fuga nunca paso de los cuatro minutos de ventaja, y la carrera se relajó una vez dejados atrás los dos primeros puertos de montaña. La carrera no volvió a lanzarse hasta que los ciclistas se plantaron en los pies de la Cima Porzus, un puerto muy duro de 8 kilómetros con rampas de hasta el 16% de desnivel. Mikel Nieve (Sky), que se había metido en la fuga, atacó, llevándose a Dombrowski (Cannondale) a su rueda. En el pelotón, el Astana de Vincenzo Nibali entró con muchísima fuerza en el puerto, seleccionando rápidamente el pelotón. Por delante, Nieve se marchaba en solitario, con Visconti (Movistar), Montaguti (AG2R) y Dombrowski persiguiendo al español, que se había mostrado muy superior cuando la carretera picaba para arriba. Pero la emoción estaba detrás; ningún favorito quiso acelerar pese al sufrimiento de Jungels, que aguantaba a duras penas el ritmo de los Astana. El descenso del puerto, muy técnico, sirvió para reagrupar al grupo de los favoritos, que llegó compacto a la última subida, el Valle. Johan Chaves (Orica) atacó en la primera rampa, pero Majka (Tinkoff), Valverde (Movistar) y Nibali (Astana) respondían con facilidad. El siguiente en acelerar fue Valverde, y después Nibali, que realizó el ataque más duro de todos pero no consiguió marcharse en solitario. La falta de continuidad provocó que el resto de contendientes a la clasificación general llegaran a la altura de Nibali, Valverde, Majka, Chaves y Kruiswijk, los más fuertes en las subidas. Por delante, Mikel Nieve tenía la victoria de etapa asegurada; el vasco coronó con un minuto de ventaja sobre Visconti. Sólo tenía que afrontar el descenso con cuidado, y se llevaría su segunda etapa en el Giro.
Andrey Amador (Movistar), que sufrió en las subidas, se aprovechó de su capacidad para realizar buenos descensos para volver al grupo de los favoritos. Jungels se había quedado atrás en las primeras rampas del Valle, por lo que el costarricense era el líder virtual del Giro. Valverde tiró con ímpetu para poner a su compañero líder, y nadie entendió que Visconti, que marchaba por delante sin opciones de victoria, no frenara para tirar del grupo de Amador. Una estrategia pésima de Movistar, o así se vio desde fuera. Una más. Ajeno a la fiesta que se estaba produciendo por detrás, Mikel Nieve celebraba la victoria de etapa, su cuarta victoria en el profesionalismo, mientras que Visconti era segundo por delante de Nibali, que ganaba el sprint del reducido grupo de favoritos a Valverde, que esprintó de lejos pensando que no había segundos de bonificación en juego, algo que lamentó después. Aunque no todo fue negativo para Movistar, ya que Amador se hacia con la maglia rosa de la carrera. El costarricense la venía buscando desde hacía muchos días, y hoy se ha encontrado con el premio gordo. Mañana, los ciclistas se enfrentarán a la etapa reina del Giro de Italia 2016. Los corredores estarán todo el día por encima de los 1100 metros, y tendrán que subir colosos como el Passo Giau o el Passo Valparola.