Se habló mucho, cuando se presentó el recorrido del Giro, de la mala colocación de la cronoescalada que se ha disputado hoy en Alpe di Suisi, por ser la última etapa del tríptico montañoso de la segunda semana de la ronda italiana. Se especulaba, por entonces, que los hombres de la general correrían las dos etapas anteriores con un ojo puesto en la cronoescalada, dosificando los esfuerzos y buscando salir vivos antes de la tercera jornada de descanso. A la práctica, se puede decir que la primera de las tres etapas se corrió con el freno de mano puesto. Pero la dureza de la maratón dolomítica disputada ayer entre Alpago y Corvara empezó a desgranar quien está para disputar la general y quien no, y puso la puntilla en las piernas de los ciclistas para que la prueba cronometrada de hoy se haya hecho muy dura y ha acabado habiendo más diferencias de las esperadas. El más beneficiado, el líder de la carrera, el holandés Steven Kruijswijk, segundo de la etapa, con el mismo tiempo que el sorprendente ganador: el ruso Alexander Foliforov, que ha justificado la invitación de su equipo, el Gazprom-RusVelo, cuando ya nadie esperaba que lograran hacer nada en este Giro.

Quien más ha parecido acusar los esfuerzos de la jornada de ayer -y además ha tenido que cambiar la bici cerca de meta porque se le ha roto el cambio- ha sido Vincenzo Nibali, que se ha dejado 2:10 con el líder y ha visto como Esteban Chaves le arrebataba la segunda plaza de la general, después de hacer una grandísima crono y llegar 6º a la cima, a 40 segundos del vencedor y de Kruijswijk.

Alejandro Valverde, después de que muchos le dieran ya por vencido tras el hundimiento en bloque del Movistar hace tan solo 24 horas, se ha marcado una cronoescalada increíble y ha hecho tercero, a 23″. También han hecho buena crono Rafal Majka e Ilnur Zakarin, que se consolidan en el top 10 de la general y, junto al murciano, mantienen intactas las posibilidades de asaltar el podio.

Quien peor tiempo ha marcado de los nombres importantes de la carrera, como ya pasara en la crono larga de este Giro, ha sido Rigoberto Urán, que no ha conseguido hacer ni entre los 50 mejores tiempos y ha visto como hasta cuatro corredores le adelantaban en la general. Entre ellos, la revelación del Giro, el luxemburgués Bob Jungels, quien ha vuelto al top 10 y ha ganado unos segundos sobre su máximo rival en la lucha por el maillot blanco de mejor joven, el colombiano de Sky Sebastián Henao.
Foliforov, el inesperado vencedor de hoy, es de marzo de 1992. Hasta la fecha, había ganado el GP Sochi del año pasado, y un par de etapas de la Ronde d’Isoard de 2014, y había sido cuarto, ese mismo año, en el Tour del Porvenir, por delante de unos tales Pierre Latour y Louis Vervaeke, por ejemplo. Evidentemente, la de hoy es su victoria más importante. Por delante, un futuro muy prometedor.
Mañana, última jornada de descanso. Y a partir del martes, la tercera semana de este Giro, con suficiente dureza como para que veamos un buen espectáculo. Si bien es cierto que Steven Kruijswijk tiene una buena renta -2:12 sobre el segundo, Esteban Chaves-, también lo es que su equipo podrá ayudarlo poco o nada en las etapas de montaña. Por lo que se ha visto hasta ahora, quien más debería preocuparle es el pequeño escalador colombiano de Orica, pero es de suponer que le costará arriesgar un segundo puesto que sería su mayor logro como ciclista. En cambio, a menos de 3 minutos está Nibali, ganador de Tour, Giro y Vuelta, al que poco le vale hacer podio en una gran vuelta, y que tiene un equipo que ha demostrado ser el más fuerte con diferencia. Si quiere jugar a ciclistas, cosa habitual en el siciliano, podemos ver una buena última semana de Giro.