Se nos acaba el Giro. Tras 15 días de emoción a raudales y grandes momentos vividos, la Corsa Rosa entra en su parte final, esa en la que tendrá que quedar todo decidido, y lo hará con un líder sólido como Steven Kruijswijk, crecido ante el extraordinario periplo dolomítico, desplegando sus alas mejor que nadie en la ascensión cronometrada a Alpe di Siusi este domingo. Por delante varios días de mucha batalla, en el que la altitud será la gran protagonista, pasando por el cielo de este Giro en varias ocasiones, dejando muy por debajo esa barrera de los 2000 metros de altitud, en el que los expertos dicen que las piernas empiezan a notar la falta del oxigeno, con tres llegadas en alto, y alguna que otra sorpresa antes del «paseo» final camino de Torino. Terreno habrá de sobra para intentar echarle el guante al holandés, y que Esteban Chaves busque reeditar lo conseguido por Nairo Quintana hace dos años, llevando a Colombia al olimpo italiano, o que Vincenzo Nibali sea patrón llevando al éxtasis a todos los tifosis, o incluso, por qué no, soñar con que Alejandro Valverde sea capaz de protagonizar una remontada que pasaría a formar parte de la historia de nuestro deporte.
Etapa 16: Bressanone – Brixen-Andalo (132km)
La carrera se pondrá en marcha tras vivir la tercera y última jornada de descanso de esta edición, con una etapa corta pero «matona», en la que los ciclistas ya tendrán su oportunidad de poder poner contra las cuerdas al líder. Tres puertos de montaña, dos de ellos de los de asustar al más valiente. Tras 50 kilómetros bastante llevaderos, los ciclistas arrancarán con la ascensión interminable al Passo della Mendola, con sus 1000 metros de desnivel en algo menos de 15 kilómetros de subida. Un duro hueso para abrir boca sin ningún tipo de duda, que subiéndose a buen ritmo puede dejar el pelotón completamente esquilmado. Tras un largo descenso, que llevará a los ciclistas a ir por un terreno bastante favorable durante casi 50 kilómetros, cuando resten 20 para meta se entrará en la parte decisiva de la jornada con la subida a Fai della Paganella. Se trata de un puerto en el que no hay respiro, con rampas que siempre rondan el 8% de desnivel durante casi 10 kilómetros. Ya en la parte final cambiará un poco la cosa con varios descansillos, alternados con rampones de hasta el 15%. El puerto se coronará a 10 kilómetros de meta, teniendo una pequeña bajada de 4 kilómetros, para afrontar la subida final a Andalo. Sin duda, la subida más llevadera de todas, aunque con lo que llevarán los ciclistas en las piernas, cualquier porcentaje, por pequeño que sea puede destrozar a más de uno, o ¿acaso no nos acordamos de cuántos ciclistas, y de los grandes, se han dejado Giros en las cunetas de Aprica? Apenas 3 kilómetros de estos 6 cuentan con algo de dureza, en su parte central, rondando la media del 6%, y con el último kilómetro ya llaneando hasta la línea de meta. Sin duda, jornada en la que la batalla se puede desatar muy lejos de la llegada, y veremos cómo reaccionan las piernas de muchos ante los esfuerzos vividos estos días, y la propia jornada de descanso. Huele a espectáculo.
Etapa 17: Molveno-Cassano d’Adda (196km)
Se podría hablar de una «nueva jornada de descanso», si no tuviéramos en cuenta que a estas altura de carrera meterse entre pecho y espalda 200 kilómetros pueden hacer mucha «pupa» de cara a las jornadas siguientes. La etapa no tendrá más historia que la de ver, si los pocos sprinters supervivientes que quedan se ven con ánimo de pelear la victoria en la penúltima oportunidad real que les queda, o si los equipos, entre los que hay muchos que su paso por el Giro esta siendo sin pena ni gloria, permiten una fuga numerosa en la que alguno al final del día haya podido llevarse un preciado botín, con el que justificar su paso por la carrera italiana. El comienzo será por un terreno bastante rompepiernas que favorecerá a este movimiento de la escapada, pero tras el paso por el único puerto del día, de cuarta categoría, restarán 100 kilómetros hasta meta, en donde los equipos de los sprinters, si así lo deciden puedan echar cualquier fuga abajo. Será el último respiro para los de la general.
Etapa 18: Muggio – Pinerolo (244km)
Si decíamos antes que 200 kilómetros ya eran muchos, hablar de casi 250 es casi más propia de una clásica que de una etapa de una vuelta por etapas, que poco a poco vemos que se están viendo acortadas en sus kilometrajes. Esta es una rara excepción. Además, al contrario que la jornada anterior, que como hemos visto será bastante plácida en su parte final, en esta sucederá todo lo contrario. Terreno muy cómodo durante los casi primeros 200 kilómetros, para luego meterse ya en una zona de bastante repechos, hasta acabar con la ascensión a Pramartino, puerto de segunda categoría, que apenas cuenta con 5 kilómetros pero que tiene una media superior al 10%, y rampas que alcanzan en algún tramo el 17% de desnivel. Desde la cima restarán 20 kilómetros hasta meta, muy favorables, aunque en la parte final, se encontrarán a 2 kilómetros de la meta, ya en las calles de Pinerolo, un muro, San Maurizio, de 500 metros con pavé y zonas que alcanzarán el 20%. Sin duda, no será raro ver dos carreras, una por delante en la que hombres de la fuga se jueguen la victoria de etapa, y otra por detrás con movimientos entre los de la general, ya que puede ser esta una etapa en la que se puede ganar tanto tiempo o más que en una de las jornadas puramente de alta montaña.
Etapa 19: Pinerolo – Risoul (162km)
Comienzan los dos últimos días decisivos del Giro, en donde ya nadie deberá esconderse ninguna carta bajo la manga, y habrá que darlo absolutamente todo en busca de la victoria final en el Giro. Para comenzar, lo hará con la etapa que cuenta con la Cima Coppi de esta edición, el paso por el Colle Dell’Agnello, y es que a 2744 metros de altitud, ya no se está tan lejos de los ángeles, aunque realmente hasta llegar hasta allí habrá que pasar todo un calvario, y es que desde la salida de Pinerolo, habrá que hacer frente a más de 2400 metros de desnivel, llegando a cotas donde el oxígeno, es verdad, que parece que no llega a los pulmones, o que estos no mandan el suficiente a las maltrechas piernas. Este Agnello tiene dos partes claramente diferenciadas, unos primeros 10 kilómetros irregulares, donde se alternan zonas más duras con falsos llanos, y unos 12 kilómetros finales que en ningún momento suavizan del 9% de desnivel. A sufrir se ha dicho. Tras su correspondiente descenso, en el que seguro que el grupo de favoritos estará completamente desnutrido, en cuanto al número de corredores que lo integren, se llegará a la subida a Risoul, subida que conocemos todos del Tour de Francia, donde por cierto los protagonistas fueron ciclistas que ahora mismo están implicados en todo en este Giro, con victoria de etapa para Rafal Majka, y día clave aquel para Nibali que empezó a sentenciar el que acabaría siendo su Tour. Sin ser este un gran coloso, se trata de una dura subida de casi 13 kilómetros, en donde su parte final es la más dura con los tres últimos kilómetros a más del 8%, y en donde seguro que si la carrera no se ha movido mucho antes, aquí se acabarán haciendo diferencias importantes.
Etapa 20: Guillestre – Sant’Anna di Vinadio (134km)
Última «bala» para todos. Día de sentarse en el sofa y «tragarse» la etapa de principio a fin. Jornada para que pueda grabarse y guardarla en la hemeroteca de la historia del ciclismo. Sin duda la planificación de esta ayuda, y mucho, a que podamos vivir uno de esos días históricos que recordar siempre. 4000 metros de desnivel acumulados en apenas 130 kilómetros con 3 puertos de primera, que sobrepasan con creces los 2000 metros, y la meta situada en una subidita final de 3ª categoría que acabará encumbrando al rey de este Giro. De salida el Col de Vars con sus casi 20 kilómetros, bastante irregulares, en los que se intercambian zonas de bastante descanso, con otras rampas que llegan a los dos dígitos. Después el coloso del día, el Col de la Bonette, puerto que no es Cima Coppi por 29 metros. 23 kilómetros sin parar de subir por rampas que nunca descienden del 7% de media. El infierno. Un infierno que aún tendrá una última parada en el Colle della Lombarda, con sus casi también 20 kilómetros de subida, sus primeros 7 kilómetros criminales a casi un 9% de media, su parte intermedia un pelín más «asequible», y de nuevo sus últimos 5 kilómetros que de nuevo harán retorcerse a muchos. Tras llegar a su cima, rápido descenso para frontar la última subida de este Giro a Sant’Anna di Vinadio, de apenas 2 kilómetros, pero que con todo lo pasado en ese día, y en el Giro en general, darán a muchos ganas de llorar, ya que su media casi llega al 10%. Viva el ciclismo.
Etapa 21: Cuneo – Torino (163km)
El día en que todos son amigos, tras tan solo 24 horas de haber sido los mayores enemigos de la historia. Cosas del ciclismo. El día en el que el confeti, el champán y las celebraciones ocupan todo el protagonismo. Eso sí, por el camino 163 kilómetros, nada desdeñables, en los que habrá que ver si un sprinter consigue una de esas fotos tan preciadas en el final de una gran ronda por etapas, o si, como el año pasado, en el circuito final en Torino, algún valiente es capaz de sorprender y conseguir una enorme victoria, antes de pasar a los podiums y besos de las azafatas más bellas del panorama ciclista. Ya solo quedará un año para poder disfrutar de un nuevo Giro.