Ion Izagirre (Movistar Team) se ha alzado con la victoria en la XVIII edición del Gran Premio Miguel Induráin disputada hoy sobre un recorrido de 191 km con inicio en Estella y final en la durísima llegada a la Basílica de Puy, también en la ciudad navarra. El corredor vasco logra un triunfo que se le escapó el pasado año tras finalizar segundo por detrás del aragonés Ángel Vicioso (Katusha).
Al comienzo del recorrido, trece corredores tomaron ventaja y pronto quedó configurada la que sería la fuga de la jornada. Belkov (Katusha), King (Cannondale-Garmin), Zandio (Sky), Hayman (Orica Green-Edge), Benito (Caja Rural-Seguros RGA), Madrazo (Caja Rural-Seguros RGA), Domagalski (One Pro Cycling), Williams (One Pro Cycling), Lizarralde (Euskadi-Murias Taldea), Caldeira (w52-FC Porto), Exteberria (Radio Popular OA Boavista), Becis (Rietumu-Delfin) y Grijalba (Inteja-MMR) conformaban el grupo.
Si bien nunca tuvieron una diferencia considerable, con casi 100 km por delante, el gran trabajo de Marc Soler (Movistar) y Carlos Betancur (Movistar) en cabeza de pelotón acabó por reducir su ventaja a los tres minutos. El golpe definitivo para las aspiraciones de los fugados llegaría en la ascensión al Pantano de Guirguillano. Un colaborador Nairo Quintana pasaba a comandar el grupo e imprimía un ritmo que rompía el pelotón y neutralizaba la fuga.
La veloz ascensión del reciente vencedor en la Volta Catalunya había minado las fuerzas de todos los corredores y los cortes en el pelotón no tardaron en producirse. Casi sin querer, y justo antes de coronar, un grupo de unas veinte unidades, con algunos hombres de la fuga, y en el que marchaban los hermanos Izagirre (Movistar), Giovanni Visconti(Movistar), los hermanos Henao (Sky) o Vasil Kiriyenka (Sky) entre otros, abría hueco con el gran pelotón.
Su diferencia pronto alcanzó el minuto, a pesar de los esfuerzos de Orica Green-Edge. El equipo australiano, que tiraba del grupo perseguidor en favor de su líder Adam Yates (Orica Green-Edge), era incapaz de reducir el hueco y la victoria parecía estar ya delante. Así lo vio también el propio Adam Yates. El joven británico arrancó, con un activo Dani Moreno (Movistar) soldado a su rueda, con el imposible objetivo de contactar con la cabeza de carrera. Era tarde. La carrera se le había marchado.
Por delante, Ion Izagirre (Movistar), Visconti (Movistar), Peio Bilbao (Caja Rural-Seguros RGA), Sergio Luis Henao (Sky), Sebastian Henao (Sky), Chernetckii (Katusha), Silin (Katusha) y Moser (Cannondale-Garmin) se iban a jugar el triunfo.
A falta de 15 km lo probó Visconti (Movistar). El italiano salió con fuerza y abrió hueco ante la pasividad de sus compañeros de fuga. Reaccionó Sergio Luis Henao (Sky) y con él se marchó un atento Ion Izagirre (Movistar). Con dos Movistar y un Sky, volvía a repetirse el escenario de la primera etapa de los Tres Días de la Panne, aunque eso sí, con diferentes equipos y una táctica bien distinta. Los Movistar, al contrario que hicieron los Astaná con Kristoff, intentaron asfixiar a Henao a base de ataques. Con asiduidad, Henao debía reaccionar a continuos cambios de ritmo propuestos por Izagirre y Visconti.
En uno de tantos, Visconti se desfondó. La arrancada de Izagirre fue tal que descolgó a su propio compañero. A partir de ahí recital del de Movistar. Ion fue en todo momento dominando la situación. Relevando y estudiando a su rival.
Juntos, los dos, llegaron a Estella, al pie de la subida a la Basílica. Izagirre, en primer lugar, ni siquiera dio opción. El vasco marcó un ritmo asfixiante en el último kilómetro que ni siquiera permitió al colombiano probarlo. Izagirre entró en meta victorioso, allí donde un día lo hicieron un tal Valverde o un tal Purito. Izagirre avisa ganando. Y el que avisa, no es traidor. Zorionak