Llegó el primer gran momento de esta temporada. Al igual que con los profesionales podremos disfrutar de una de las citas más esperadas de los 366 días que tendrá 2016, con De Ronde, en el ciclismo amateur otra fecha bien señalada en rojo es la de este 3 de abril con la celebración del prestigiosísimo Memorial Valenciaga. Con él vuelve la Copa de España, en la que será su cuarta manga, y al que llega Óscar Hernández como un líder muy sólido, al que parece difícil poder desbancar de su privilegiada posición. Aún así, si hay un recorrido y una prueba que puede ponerlo todo patas arriba es la que se celebra en Eibar con ningún metro llano y muchísimos ciclistas que darán todo en sus 163 kilómetros por inscribir su nombre en tan ilustre palmarés, en un ambiente en el que se respira completamente a ciclismo, ya que al día siguiente arrancará al Vuelta al País Vasco.
Y es que ahí están los Julián Gorospe, «Chechu» Rubiera, Unai Osa, Óscar Freire, Joaquim Rodríguez, o más recientemente, Mikel Nieve, el malogrado Víctor Cabedo, o Eduard Prades. En 2015 el zamorano Jaime Rosón, con el que hemos hablado esta semana, firmó su primera gran actuación de un año que finalizó con matrícula de honor, que le valió para en este 2016 estar entre los mejores peleando en carreras como la reciente Tirreno-Adriático. Su ataque en Ixua fue más que suficiente para poder llegar con una ventaja a la línea de meta que le permitió saborear el que él mismo califica como su mayor triunfo. Con comentarios así no nos debe extrañar la importancia de esta carrera y, por lo tanto, las ganas con las que toma la salida el pelotón al completo.
Como decíamos, 163 kilómetros deberán completarse desde que salgan de Eibar y vuelvan a cruzar por última vez la pancarta de meta. Por el camino mucha, mucha dureza, con hasta 6 puertos puntuables, estando lo más selectivo incluido dentro de los últimos 50 kilómetros. Itziar, por dos veces (aunque una de ellas no será puntuable) y Meagas, ambos de tercera, irán calentando las piernas de los corredores en la primera parte de la prueba, para ya después afrontar el continuo sube y baja hasta la línea de meta. Karabieta, de segunda, Areitio, de tercera, San Miguel, de segunda, y la definitiva ascensión a Ixua, de primera categoría, pondrá el desenlace de una prueba, en la que muy difícil será que no veamos a un solo ciclista llegando a meta, o bien a un muy reducido grupo con los corredores más fuertes. Ixua desde Barinaga es un puerto de 6 kilómetros muy regular, sin rampas excesivamente duras, pero que ante la dureza vivida durante toda la prueba, y que en esta última ascensión no habrá un momento de respiro por el ritmo frenético que se llevará y los continuos «palos» que se vivirán, resultará más que decisivo. Lo más duro se encuentra en los tres últimos kilómetros donde el porcentaje medio no baja del 7% de desnivel, y una vez coronado son menos de 10 kilómetros de descenso los que restan hasta la línea de meta, por lo que pasar por la cima del puerto con una pequeña ventaja puede ser más que suficiente para llegar a Eibar victorioso.
Veremos si Óscar Hernández sigue mostrando ese nivel que ha asustado a todos sus rivales en tierras zamoranas o manchegas durante este impás de la Copa de España, o si los hombres del Fundación Contador con Álvaro Cuadros, Miguel Ángel Ballesteros o Fernando Barceló se lo ponen difícil, al igual que los Lizarte que aquí llegan en racha y seguro que Marcos Jurado buscará seguir limando puntos en busca del preciado maillot amarillo, o su compañero Richard Carapaz que ya demostró la gran forma con la que ha llegado al conjunto navarro la pasada semana en la prueba del Euskaldun de Durango, donde entró en el podio junto con sus dos compañeros Jaime Castrillo y Óscar Rodríguez, que fue el vencedor. También si un sorprendente Gonzalo Serrano (EC Cartuchos) mantiene el nivel demostrado hasta ahora, o si Jaume Sureda (Seguros Bilbao) puede repetir su momentazo de Aitzondo. Tampoco debemos olvidarnos de los dos últimos vencedores de la general de esta Copa de España, Antonio «Chava» Angulo (Gomur-Liébana2017) y Unai Intziarte (Aldro Team) que tiene en Valenciaga la última bala para no perder el hilo de la lucha para poder repetir victoria final. Seguro que también los hombres del Fundación Euskadi-EDP corriendo en casa se querrán dejar ver y mucho, con Egoitz Fernández a la cabeza, sin olvidarnos de un escalador de la talla de José Manuel Díaz Gallego (Bicicletas Rodríguez) que en Eibar tiene un lugar privilegiado para demostrar lo bueno que es.
Y ADEMÁS…
No todo será Memorial Valenciaga, aunque los focos se centrarán sin ningún tipo de duda allí. El sábado el territorio vasco también verá a los ciclistas dándolo todo en otra prueba con un prestigio tremendo, con el regreso del Torneo Lehendakari, después de que la semana pasada el Euskaldun cogiera el testigo. 56 ediciones cumplirá el Premio Primavera de Amorebieta, de 126 kilómetros, siendo un recorrido idéntico en la parte final al que deberán enfrentarse los profesionales dentro de una semana, con la mítica subida a Montecalvo, aunque en el caso de los amateurs deberán pasar por ahí en dos ocasiones, mientras que los «pros» lo harán en tres ocasiones. La última de las veces el puerto se coronará a 14 kilómetros de meta, por lo que como en Valenciaga, una pequeña renta por la cima de puerto puede ser suficiente para hacerse con la victoria.
Las tierras segovianas también tendrán su momento, con la celebración en Cuéllar de dos pruebas. El sábado con la contrarreloj «Subida al Castillo de Cuéllar» con sus adoquines, que se está convirtiendo en un lugar de culto para muchos, por la espectacularidad del recorrido, para al día siguiente disputarse el Gran Premio Ciclista de Cuéllar, más conocida como «Clásica de la Chuleta», que cumplirá 58 ediciones, con 160 kilómetros de recorrido, basados en un circuito al que darán cinco vueltas y en el que la subida a Torregutiérrez es el punto caliente de cada una de las vueltas. En Galicia el sábado también tendrá lugar la Clásica de Pascua en la localidad coruñesa de Padrón, que en su caso serán 54 ediciones las que se alcancen en 2016. Aquí deberán completar los ciclistas 123 kilómetros de mucha dureza, y en el que habrá que superar hasta 5 puertos, el último, el Alto de Pereira a tan solo 16 kilómetros de meta.