El espectacular circuito de Heusden-Zolder fue escenario del estreno de los nuevos maillots arcoíris de la UCI, ya sin el logo tradicional de ciclocrós emborronando tan preciada prenda. Y para maillots nuevos, campeonas nuevas. Dos ciclistas que nunca habían sido campeonas del mundo se hicieron con los títulos: Thalita de Jong (Países Bajos) en élites y Evie Richards (Reino Unido) en sub-23 triunfaron en la carrera celebrada en Bélgica, en una jornada nefasta para el país anfitrión, en la que solo el bronce de Sanne Cant sirvió como (pobre) consuelo.
Richards, en solitario
A la una de la tarde arrancaba la carrera sub-23, en la primera edición de esta manga, en la que a pesar del nombre también podían tomar la salida las juveniles. En el comienzo, era la italiana Chiara Teocchi la que buscaba la delantera, marchándose en solitario en los primeros compases y alcanzando una ventaja de 15 segundos sobre Ellen Noble (Estados Unidos), Nikola Nosková (República Checa) ¡y Alicia González (España)!, que en el primer giro al circuito belga combatían por la plata.
El incremento de la lluvia y la ralentización de la carrera propició que por detrás llegaran otras ciclistas, entre las cuales la británica Evie Richards fue la más lista y potente y en la segunda vuelta lanzó su ataque para cazar a una Teocchi a quien pasó factura su apuesta inicial. Sin referencias de la ciclista inglesa en el ciclocrós internaconal —era su primera carrera y entró en la selección de rebote—, salió a disfrutar y a hacer su carrrera, y qué mejor forma de pasarlo bien que sin más corredoras de por medio. Sin rival en las dos últimas vueltas, su ventaja no hizo más que crecer y terminó imponiéndose con mucha claridad sobre Nosková, que pudo mantener la plata, y sobre Kaptheijns, bronce. Alicia González acabó 16.ª y Alba Teruel 22.ª.
La nota negativa de la jornada fue la detección de un motor por primera vez en competición. El dudoso honor lo tiene la belga Femke Van Den Driessche, que aunque partía como una de las máximas favoritas no pudo ni terminar la prueba, y es que «la avaricia rompió la cadena».
Thalita de Jong, de más a menos a más
Y a las tres comenzó la manga para las élites, ya con algo menos de lluvia pero con un terreno pestoso, que no lleno de barro. Con la habitual salida loca de Helen Wyman (Reino Unido), pasada una vuelta se estabilizó la carrera y quedaron cuatro ciclistas en la punta de la carrera: Sanne Cant (Bélgica), Caroline Mani (Francia), Nikki Harris (Reino Unido) y Sophie de Boer (Países Bajos). La corredora gala lo probó a lo largo de la segunda vuelta, sin éxito.
Menos de dos vueltas le costó a Thalita de Jong (Países Bajos), tras realizar una potente salida y quedarse descolgada a continuación, recuperar los 20 segundos perdidos con el cuarteto, que añadía de esta manera su quinta componente a dos giros de meta. Juntas marcharon toda la tercera vuelta, pero en la cuarta y última se animó el cotarro y Sanne Cant buscó hacer «un Sven Nys», atacando para deshacerse de sus rivales.
Pero no tuvo éxito en ese intento, y es que Thalita de Jong se aferró a su rueda y, aunque la perdió durante unos metros, pudo recomponerse para alcanzar a la campeona de Bélgica y dar su hachazo definitivo en una zona de pateo en la que Cant no fue capaz de mantener el ritmo. En solitario y con tiempo para alzar los brazos, Thalita de Jong se hizo con el arcoíris… y Caroline Mani con la plata, y es que la francesa también sobrepasó a Cant, que a punto estuvo de quedarse sin medalla, aunque obtuvo el bronce en un agónico esprint frente a Sophie de Boer. Aida Nuño fue la mejor española, 17.ª, y Lucía González terminó en 21.ª plaza.