Existen en el mundo, 5 especies de rinocerontes, el rinoceronte blanco, el negro, el rinoceronte de Java, el rinoceronte de la India y el rinoceronte de Sumatra. Al igual que sucede en el mundo animal con los rinocerontes, en el mundo del ciclismo, existen distintas “especies” de ciclistas: clasicómano, esprinter, escalador, contrarrelojista, rodador… Si hablamos de nuestro protagonista de hoy, estamos seguros que hablamos de una “especie en extinción”. Y digo una especie en extinción porque es un ciclista completo como jamás hemos visto antes, capaz de brillar en cualquier terreno, tanto en una contrarreloj como en una etapa de alta montaña, una tendencia cada vez más decida a acabar con ella por parte de algunos organizadores de las “grandes vueltas” con recorridos impropios (en lo que a kilómetros de contrarreloj, por ejemplo, se refiere).
Y ese no es otro que el ciclista británico, nacido en Nairobi, Kenia: Chris Froome. Un apasionado del mundo animal y recién embajador de la lucha contra la extinción de los animales, concretamente del rinoceronte. Un animal que incluso le tiene presente hasta en su bici totalmente personalizada.
Lejos de ser un prototipo de “escalador al uso”, y con un estilo tan característico y único como efectivo, ha sido capaz de plantar cara y derrotar en las “grandes vueltas” a ciclistas de la talla y palmarés como Alberto Contador, Vincenzo Nibali o Nairo Quintana, firmando exhibiciones que quedarán en las próximas décadas en las retinas de todos los aficionados.
Tras un 2014 aciago, con caída y posterior abandono en el tour de Francia y tras salir derrotado en ese mano a mano en La Vuelta a España 2014 con Alberto Contador, estaba claro que Chris Froome quedaba muy tocado en su orgullo. Esta espinita clavada, junto con sus condiciones innatas le hacía ser uno de los grandes nombres a tener en cuenta este año y poder reeditar como en el 2013, su gran objetivo: el tour de Francia 2015.
Continuando con esa comparación con su animal preferido, como él dice, el Rinoceronte se entrena como un animal para ganar títulos y honores. De la misma manera, el británico sabe de su capacidad para resistir los terribles métodos de preparación que lleva a cabo para lograr sus objetivos.
La temporada 2015 no había hecho más que comenzar y por el mes de febrero llegaba la Vuelta a Andalucía. Aún cortos de forma, los protagonistas meses antes de la Vuelta a España, se volvían a batir en duelo, y esta vez el que salía victorioso era Froome. Las cosas empezaban a cambiar, esto no era solo un mero aviso; esto era un serio golpe psicológico, una victoria para creer, un brutal ataque en Las Allanadas que ponía en jaque no solo al español, sino también al resto de rivales y un aperitivo de lo que aún estaba por llegar.
La mecha estaba encendida, el objetivo se acercaba y el Critérium del Dauphiné entraba en escena. Sabedor de la importancia que tiene ganar esta carrera, el británico dejaba latente el estado de forma en el que llegaba, ganando la última etapa en la espectacular subida a Modan Valfrejus, adjudicándose la victoria final en el Critérium del Dauphiné. Se postulaba como el máximo favorito para ganar la ronda francesa.
Y llegamos así, al punto álgido de la temporada, llegamos al Tour de Francia 2015. La gran vuelta por excelencia contaba un cartel único e inmejorable. Los “cuatro fantásticos”, Alberto Contador, Nairo Quintana, Vincenzo Nibali y Chris Froome llegaban a esta cita, para batirse el cobre en los innumerables finales en alto que nos proponía la organización. Cabe destacar, que para el protagonista de hoy, reeditar el triunfo en la “grande boucle” no ha sido ni mucho menos fácil.
Podemos decir, que con la inestimable ayuda del potente bloque del equipo británico SKY, Froome lograba adjudicarse un Tour en el que tuvo que defenderse de todos y contra todo. Cuando digo contra todo, hago referencia también aquellos aspectos extra deportivos de esa poca gente que no quiere al ciclismo, gente más propia de otro tipo de deportes y que lo único que hacen, bajo mi punto de vista, es dar más valor aún con sus penosos comportamientos a los triunfos conseguidos por el británico. Y como no hay mejor defensa que un buen ataque, un demarraje marca de la casa en la Pierre Saint Martin en la etapa 10 dejaba finiquitado el tour de Francia 2015.
El último episodio de su grandeza, llegaba el 2 de Septiembre de 2015. Unos días antes, a finales de Agosto decidía formar parte de la Vuelta a España 2015. Una gran ronda que se le resiste, curiosamente, la “gran vuelta” que en 2011 le dio a conocer. La edición del 2015 tenía el gusto de contar en sus filas con el recién ganador del tour. Una caída con la posterior rotura de un hueso del tobillo al comenzar la temible etapa de Andorra le impidió tomar la salida al día siguiente. Pero, en esta misma etapa de Andorra en la que sufría la caída nada mas comenzar la etapa y lejos de montarse en el coche y abandonar, con más de 100 kilómetros y 5 durísimos puertos por delante, dio muestra una vez más de su capacidad mental y de sacrificio. Acabó la etapa a varios minutos de los favoritos, pero ese día se acabó de ganar el respeto de aquellos pocos dudosos de su compromiso y profesionalidad.
Al igual que el promedio de vida de un rinoceronte en la actualidad es grande, suele estar en torno a los 60 años, Chris Froome se siente con enormes fuerzas y en declaraciones recientes incluso confesaba querer seguir “hasta los 36 o 38 años encima de la bici”. Está claro que a sus 30 años, su afán por ganar es insuperable, es el ciclista con más presente y sin duda el gran rival a batir. De todos nosotros depende contribuir a poder disfrutar de este corredor en los próximos años y no permitir que se vuelvan a repetir ciertas actitudes por parte de unos pocos que quieren ensuciar y sembrar dudas en este bello deporte.