Estar en una formación como Lizarte en la que año tras año alguno de sus ciclistas dan el salto al profesionalismo de la mano de un equipo de la talla de Movistar es y debe ser una motivación ilusionante para día tras día darlo todo encima de la bicicleta. Este año ese premio, que en anteriores temporadas consiguieron Marc Soler, Dayer Quitana o Andrey Amador, fue para Jorge Arcas tras una excelsa campaña en 2015 como ya vimos siendo el aragonés el primero de nuestros seleccionados en el siete ideal élite, pero no debemos olvidar que otro de sus compañeros como Rafa Márquez ha completado un año excepcional, en el que fin de semana tras fin de semana ha logrado subirse al podio, alguno de ellos de lo más importante del calendario amateur, si bien es cierto que la fortuna no le ha acompañado en momentos puntuales para que sus registros hubieran sido mucho más importantes. Aún así, la temporada del andaluz ha sido para enmarcar de principio a fin y era obvio que debía entrar en «nuestro equipo».
De esta regularidad mostrada durante todo el 2015 él mismo hacía referencia cuando hace unos días le pedíamos una pequeña reflexión de su temporada encima de la bicicleta: «Ha sido una temporada muy buena. Empecé ganando en febrero la primera etapa de Vuelta Costa Cálida y acabé segundo de la general, a partir de ahí he tenido un nivel alto, disputando hasta septiembre prácticamente todas la carreras. Me hubiese gustado alguna victoria más de las tres que he conseguido, pero los 10 segundos puestos en carreras importantes como la Klasika Aitzondo o en el Torneo euskaldun, y 3 terceros puestos, demuestran que durante todo el año he sido muy regular».
Pues eso, que el de Montilla ha estado en la pomada durante todo el año, y eso no es nada fácil cuando en tus filas está uno de los ciclistas que más carreras ha ganado y que más vueltas por etapas ha disputado como ha sido el caso de Arcas. Y es que la temporada no pudo empezar mejor para Rafa ya que en una de las primeras carreras del año, es más, en la primera etapa de la primera vuelta por etapas era él quien lograba alzar los brazos en la línea de meta, al llevarse el sprint final en las calles de La Manga. Al día siguiente en la segunda y última etapa disputada por los alrededores de Mazarrón volvería a meterse en el sprint, pudiendo ser esta vez «solamente» sexto, lo que hizo que por aquello del puestómetro perdiera la general en favor del ruso Dmitry Strakhov (Lokosphinx), siendo finalmente segundo con el mismo tiempo.
Y es que ese segundo puesto ha sido algo que le ha ido acompañando durante todo el año al bueno de Rafa, demostrando la grandísima calidad que atesora, aunque seguramente hubiera cambiado haber hecho menos segundos puestos por sumar algún triunfo más. De todas formas, en ese aspecto podría hacerse la comparación con un tal Peter Sagan, y no sé a Rafa, pero yo pagaría por ello, ¡bendita comparación!. En esta primera parte de la temporada, ya obtuvo otra de esas medallas de plata en una de las más importantes pruebas de la Copa de España como la de Aiztondo, en un día en el que para su desgracia Mikel Iturria (Fundación Euskadi-EDP) se mostraba intratable y llegaba en solitario a la meta de Asteasu. Tras él entraba Márquez también sin compañía demostrando el grandísimo nivel de forma en el que había arrancado el año, dejando atrás a corredores que en un terreno tan quebrado como el de esta prueba a priori deberían haber andado más que él. Sumaría otro podio en la Copa de España en la última de las pruebas celebrada también en territorio vasco, concretamente en Legazpi, donde se hacía con un meritorio tercer puesto en la Prueba de Santa Cruz. En esta ocasión el caballo que se le marchaba era el de Julen Amezqueta (Baqué-Campos), entrando el resto de favoritos a tan solo nueve segundos del vencedor y ahí Rafa se veía superado en el sprint final por otro ruso del Lokosphinx Vadim Zhuravlev. Tanto buenos puestos hizo que acabará siendo cuarto en la clasificación general a tan solo 11 puntos del tercer puesto, que acabó ocupando su compañero de equipo Antonio Pedrero.
Pero volvamos a lo que ha caracterizado al montillés en este 2015, que ha sido su regularidad durante todo el año, y que queda claramente evidenciado con su segundo puesto final en el Torneo Euskaldun, acumulando muy buenos puestos (hasta cinco veces subió al podio) desde el principio hasta el final. Ya en la segunda prueba celebrada en Caparroso, allá por el mes de marzo, sumaría un más que meritorio noveno puesto, para dos pruebas después conseguir su primer podio en Azpeitia, donde cerró la exhibición de su equipo que se hizo con los tres primeros puestos, con triunfo para Pedrero, seguido de Arcas y con Márquez completando un trío antológico. De nuevo en la sexta del calendario, en Natxitua, el Lizarte se saldría del mapa con cuatro de sus ciclistas entre los cinco primeros, aunque esta vez un enorme Julen Amezqueta les mojaba la oreja, siendo Márquez finalmente quinto ese día, quedando por delante suyo en la llegada final alguno de sus compañeros que bien podían haberle permitido quedar por delante por aquello de sumar más puntos, que al final quien sabe si hubieran sido necesarios si Márquez no hubiera pinchado en la última prueba de Alsasua. Eso sí, su gran momento de forma quedó más que evidenciado a partir de agosto, donde ya en Oiartzun fue segundo tras Alex Aranburu (Baqué-Campos), puesto que repetiría un par de semanas después en Lemoiz, en donde se veía superado esta vez por Jon Irisarri (Fundación Euskadi-EDP) en el sprint final. No sería el último segundo puesto en apenas 15 días en agosto, ya que en Aretxabaleta volvía a ser superado por uno de los hombres del Baqué, Juan Antonio López-Cozar, quedando finalmente sexto en la general del Critérium de Verano (la suma de las carreras de Aretxabaleta, Lemoiz y Amurrio, donde en esta última fue 30º aunque llegando en el grupo que se jugó la victoria).
Por fin llegó su momento tras tanta rabia acumulada con tantos puestos de honor pero sin lograr ser él el vencedor en la penúltima prueba del Euskaldun, la de Zegama, donde se llevaba el triunfo al superar en el sprint a los tres ciclistas que llegaron con él destacados a la última recta que picaba para arriba, Mikel Iturria, Carlos Cobos (Diputación León) y Víctor Etxeberría (Caja Rural-RGA). Rafa se mostraba eufórico en lo más alto del podio después de tanto tiro al palo, y además se quedaba con bastantes opciones de poder triunfar en el Euskaldun, ya que se situaba a un solo punto en la general del líder, Iturria. Pero la mala suerte se cebaba con el andaluz, ya que en Alsasua, como ya comentamos anteriormente, un pinchazo le privó de llegar a meta en el grupo delantero que se jugó el triunfo y en el que finalmente Iturria se adjudicaría la victoria parcial y total. Dejando de lado los puestos y las clasificaciones lo bueno de Rafa es las prestaciones mostradas durante todo el año demostrando además ser un ciclistas de una polivalencia absoluta, teniendo fuelle en todos los terrenos y dejándose ver en muchas de las grandes carreras del calendario, no solo disputando la etapa, sino ayudando cuando fue necesario a los que en ese momento eran sus líderes. Personalmente, Rafa me sorprendió gratamente en esa tercera etapa de la Vuelta a León, la jornada reina, con final en La Baña, donde en la última subida a Gobernadas llegó a ser cabeza de carrera, aunque finalmente tuviera que ceder ante el empuje de un sobresaliente Cristian Rodríguez (Caja Rural-RGA), llegando finalmente a la línea de meta en sexta posición tras realizar un gran trabajo para su compañero Jorge Arcas, que acabaría siendo segundo en la general, en una jornada que todos catalogaron de terrorífica, donde en los últimos 40 kilómetros se acumularon más de 2500 metros de desnivel positivo. También en la Vuelta a Cantabria dio buenas muestras de sus dotes como escalador al llegar, otra vez, en segunda posición en la dura y última etapa con final en Potes, que acabó dándole el triunfo final a Jaime Rosón (Caja Rural-RGA) que entraba en meta con 14″ de ventaja sobre Rafa.
Pero ya no es solo que ande mucho en montaña, o que sea uno de los hombres más rápidos de nuestro pelotón amateur para las llegadas masivas, y es que su rendimiento encima de la bici de cabra tampoco es nada malo, ya que este año otro de sus tres triunfo lo consiguió en estas lides, al hacerse con la victoria en los campeonatos andaluces de la modalidad contra el crono.
Por lo tanto, Rafa ha demostrado esta temporada ser un ciclista a tener muy en cuenta, siendo capaz de ser muy competitivo desde febrero hasta septiembre, dejándose ver durante todo el año en los puestos de cabeza y no cayéndose los anillos cada vez que tuvo que trabajar para otros. Además, este año se ha quitado la fama de ser un ciclista para los sprints, ya que ha demostrado estar con los mejores en todos los terrenos y en días de gran montaña ha sido capaz de estar al nivel de los mejores escaladores de nuestro país. No sabemos lo que sucederá en su futuro, pero sin duda con mucho tesón ha dejado claro que es un ciclista capaz de todo.