El alicantino Alejandro Gómiz, haciendo bueno eso de que la velocidad en las llegadas es cosa de familia (su hermana Melisa, cadete, es una gran finisher con victorias en Copa de España), logró en Sabiñánigo (Huesca) hacerse con el maillot rojigualda de campeón de España juvenil, batiendo en dicha volata a Sergio Hernández (Castilla y León) y a Alejandro Regueiro (Galicia).
Los intentos por romper el control del gran grupo llegaron desde el principio, con ataques de Barbero, Tarazona, Pons y Faus en tan solo la primera vuelta al circuito, de las cuatro que se darían en total. Pasaban los kilómetros, innumerables ciclistas probaban a atacar, pero no lograban nada, siendo neutralizados rápidamente por un pelotón que no dejaba hacer y preparaba la carrera a los hombres más rápidos.
En el kilómetro 60 el navarro Diego López hizo una de las intentonas que más prosperaron, pero también fue rápidamente echada abajo en, valga la redundancia, una bajada. Cinco kilómetros después, López, Pons, Santamaría, Serrano, Nicolau, Carrasco y Entralgo formaron un octeto muy interesante que cogió 20 segundos, aunque también les chafaron la tentativa en el kilómetro 71.
De nuevo Navarra, esta vez de la mano de Asier Etxebarria, lo probó en la última vuelta, alcanzando 10 segundos que poco le duraron. Baleares y la Comunitat Valenciana controlaban el grupo y eso fue, probablemente, presagio del esprint más tarde visto. Sin embargo, otra vez Juanpe López (Andalucía), esta vez junto al ganador de la Premundial de Beasain, Gaizka Sotil (Euskadi), buscó el ataque a poco de meta. 3 kilómetros y 15 segundos. Máxima tensión. Pero cazados a falta de 1500 metros. Rápida preparación de la llegada y la citada victoria de Alejandro Gómiz, que con claridad se imponía en meta.
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