El sábado 22 de agosto, la Vuelta a España no será la única grande en echar a andar, ya que en territorio galo comenzará el Tour de l’Avenir, o como lo conocemos todos el Tour del Porvenir, esa carrera que generalmente deja en su palmarés a las jóvenes promesas del ciclismo, que con los años acaban demostrando ser auténticas figuras de este deporte, ya que ahí están los nombres de los Felice Gimondi, Joop Zoetemelk, Greg Lemond, Miguel Indurain, Laurent Fignon, Denis Menchov, o más recientemente los Bauke Mollema o Nairo Quintana.
España llegará aquí con una grandísima formación, que augura que podamos soñar con que se puede reeditar el triunfo cosechado hace dos años con Rubén Fernández, no obstante nuestro país es el segundo que más generales acumula después de Francia, que no deja de ser el organizador. Antonio Gómez del Moral, Mariano Díaz, Enrique Martínez Heredia, Miguel Indurain, Ángel Casero, David Etxebarria, Unai Osa, Iker Flores, Egoi Martínez, Moisés Dueñas y el propio Rubén Fernández, buscan un sucesor en Marc Soler, Imanol Estévez, Eneko Lizarralde, Cristian Rodríguez, Fernando Barceló o Julen Amezqueta, que darán el todo por el todo en las míticas ascensiones de la Roselend, Mollard, la Madeleine o Croix de Fer, entre otras muchas. Eso sí, no debemos olvidar a otras selecciones como la colombiana, que en los últimos 5 años ha sumado tres triunfos con Quitana, Esteban Chaves y, el años pasado, con Miguel Ángel López.
EDICIÓN 2014:
El 2014 fue el año de Colombia en el ciclismo, con el punto culminante del triunfo de Nairo Quintana en el Giro de Italia, seguido por su compatriota Rigoberto Urán. Unos meses después en la carrera más importante del calendario amateur, otro «escarabajo», Miguel Ángel López se alzaba con el triunfo con bastante superioridad. Un año después, «Superman López» ya se ha estrenado en el profesionalismo con su reciente victoria en la cuarta etapa de la Vuelta a Burgos, que le valió para ser líder un día de la ronda burgalesa, en una escuadra tan potente como Astana. La carrera francesa del año pasado, siguió un guión similar al que veremos este año, con una primera parte para los sprintes, y una final decisiva con la llegada de la alta montaña. En el prólogo inaugural la victoria fue para el australiano Campbell Flakemore, que mes y medio después se coronaría en la especialidad contrarreloj, como el mejor sub23 del mundo en el Mundial de Ponferrada. Al día siguiente la fuga sorprendió al pelotón y el noruego Kristoffer Skjerping se llevaba la victoria por delante del holandés Van Ginneken y el danés Asbjorn Kragh Andersen que pasaba a ser el nuevo líder, con el pelotón entrando a casi dos minutos y medio. Las dos etapas siguientes los sprinters no se dejaron sorprender con el «aussie» Caleb Ewan venciendo en la segunda y el británico Daniel McLay en la tercera, superando en ambas al danés Magnus Cort y al colombiano Fernando Gaviria.
Tras estos cuatro días, llegó la montaña y en Plateau de Solaison el vencedor fue el kazajo Ilya Davidenok que se imponía a su compañero de escapada el neerlandés Sam Oomen. Por detrás, el colombiano Miguel Ángel López, ya demostraba su calidad y lograba soltar a todos sus rivales para alzarse con el liderato, que ya no abandonaría en ningún momento. Al día siguiente, en la subida a Les Carroz d’Arraches, llegaría a los metros finales un grupo nutrido de ciclistas donde se encontraban todos los favoritos, siendo el más listo el belga Dylan Teuns que fue quien se acabó alzando con el triunfo. En La subida a La Rosière, López consiguió una foto envidiable levantando los brazos vestido de amarillo, ya que en los metros finales superaba a los dos únicos ciclistas que lograron aguantar su ritmo durante la subida final, el australiano Robert Power y el ruso Aleksey Rybalkin, metiéndose ambos en el podio. La última jornada finalizó en La Toussuire, y ahí de nuevo un belga sorprendía a los grandes gallos, Louis Vervaeke, que llegaba con medio minuto de ventaja sobre el grupo formado por el líder López, junto con Power y los rusos Rybalkin y Foliforov. Por tanto, El podio final quedó formado por Miguel Ángel López, seguido por Power a 30″ y Rybalkin a 44″. Entre los españoles, poco se pudo decir el año pasado, con Mikel Iturria y Marc Soler siendo los mejores pero acabando muy lejos de las posiciones delanteras todos los días.
RECORRIDO
Prólogo: Tonnerre – Tonnerre; 3,5km (CRI)
Arranca la carrera con el único día que los participantes deberán pelear contra el cronómetro, en un recorrido corto de poco más de 3 kilómetros, pero bastante complicado con el repecho por el Chemin des Vieux Châteaux, que durante un kilómetro hará que los ciclistas deban exprimirse al máximo. Desde que se corona hasta meta, quedará kilómetro y medio muy rápido y de callejeo, por lo que las diferencias desde arriba no serán muy grandes. Por lo tanto tendremos un primer vencedor y líder, pero todo quedará en un pañuelo.
Etapa 1: Chablis – Toucy; 160,5km
Primera jornada en línea, que según el perfil es bastante llana, aunque habrá sucesivos repechos, que irán castigando las piernas de los ciclistas. Sí es verdad, que al estar al comienzo de la prueba, la gente estará aún muy fresca por lo que se hace muy raro que el día no se decida al sprint. El desenlace se llevará a cabo en un circuito en torno a Toucy, donde se subirá en dos ocasiones la cota de cuarta, de la Côte de Toucy, de 2 kilómetros y medio al 4% de media, con la meta a 11 kilómetros de su cima.
Etapa 2: Avallon – Arbois; 193,5km
Seguirán las oportunidades para los sprinters, ya que aunque el comienzo del día será más sinuoso con un par de cotas de cuarta, los útimos 100 kilómetros serán completamente llanos, por largas rectas, donde la mayor complicación vendrá en la posible aparición del viento que pueda provocar problemas en el pelotón, y sobre todo, la alta distancia a la que se deberán enfrentar, con casi 200 kilómetros entre Avallon y Arbois.
Etapa 3: Champagnole – Tournus; 137km
Día de perfil parecido al anterior, ya que los primeros kilómetros son los que tendrán algo más de dureza, con una subida de cuarta y otra de tercera categoría, para después los últimos 90 kilómetros ser bastante favorables para el rodar del pelotón. Posiblemente en Tournus se pueda ver la tercera y última llegada masiva de este año, ya que a partir del día siguiente la carrera coge un tono totalmente distinto.
Etapa 4: Annemasse – Cluses; 146,7km
Primer «toquecito» con la montaña, ya que los últimos 45 kilómetros tendrán bastante más complicación que los tres días anteriores, encadenando dos ascensiones al Col de Châtillon-sur-Cluses, la última de ellas, de segunda categoría, alcanzando su cima a tan solo 13 kilómetros de meta. No será día, a priori, para que un ciclista pueda resolver la carrera en solitario, pero seguro que ya vemos a los «capos» que los tres próximos días de alta montaña estarán en las posiciones delanteras.
Etapa 5: Megève – La Rosière-Montvalezan; 103,1km
Ahora ya sí, nos adentramos en la alta montaña de verdad con el primer final en alto, en una etapa corta, de poco más de 100 kilómetros, pero que no tendrá un metro llano, ya que en esa distancia se ascenderán 4 puertos, tres de ellos de primera categoría, como el Col du Pré, que se encadenará con el Col de Roselend, que tras un largo descenso llevará a los ciclistas a la última y decisiva subida de Montée de la Rosière, siendo una ascensión de 16 kilómetros al 6% de pendiente media. Se trata de un puerto largo, con pendientes muy mantenidas y regulares, donde apenas habrá momentos para poder descansar las piernas, y en donde en algún momento la carretera llega a tener zonas superiores al 10%. Sin duda, tras un día tan duro, a la cima ya llegará un puñado de ciclistas que serán los que deberán jugarse el triunfo final dos días después.
Etapa 6: Bourg-Saint-Maurice – Saint-Michel-de-Maurienne; 128,2km
Cualquier buen ciclista amateur que se precie sueña con poder disputar una etapa como esta, ya que en ella está encerrada la ascensión a una de las cimas más míticas del ciclismo mundial: Col de la Madeleine. Alcanzar sus casi 2000 metros de altitud, tras 25 kilómetros de subida a más del 6% de media con bastantes zonas que superan el 11%, y con 4 kilómetros enteros cercanos a su cima al 9% de media. La pena es que está demasiado lejos, y que seguramente la carrera se decida en la otra subida del día, Col de Beau Plan, de primera categoría, de 10 kilómetros al 7% de media. Ahí seguro que los ataques entre los favoritos se sucederán ya que desde la cima quedarán 10 kilómetros hasta meta, todos ellos en descenso, aunque los ciclistas no deberán olvidar la etapa terrible que les espera al día siguiente.
Etapa 7: Saint-Michel-de-Maurienne – Les Bottières-Les Sybelles; 93,5km
Col du Mollard, Col de la Croix de Fer y Montée des Bottières en tan solo 93 kilómetros. Se trata de una etapa con un perfil muy parecido al que este año llevó al Tour de Francia a la última jornada decisiva en Alpe d´Huez, con también el paso previo por la Croix de Fer. Mollard con sus 18 kilómetros al 6% de media, encadenados con los 7 kilómetros (la vertiente más corta) al 8% de media de la Croix de Fer, para después bajar durante más de 20 kilómetros, y acercarse así al último puerto de esta edición que deberá coronar a, la que se supone, mejor promesa ciclista. Los casi 10 kilómetros de Montée des Bottières, es decir, los primeros 10 kilómetros de la más conocida subida de La Toussuire, tienen en ella zonas muy duras que depararán un precioso espectáculo final. La parte inicial es la más dura con rampas muy superiores al 10%, y muy regulares hasta que a falta de 3 kilómetros la pendiente suaviza. Posteriormente la meta estará situada en una rampa final también bastante dura. Aquí, ya habrá que darlo absolutamente todo, tanto para guardar el liderato como para asaltarlo, ya que en la última cima habrá acabado todo, y se sabe perfectamente que quien aquí salga con el triunfo se asegura pasar al profesionalismo, en el caso de que no lo haya conseguido ya.
PARTICIPACIÓN
Con uno de los indiscutibles favoritos para la lucha por la clasificación general, Colombia tiene ante sí una nueva oportunidad de revalidar el título conseguido por ‘Superman’ López en 2014. Sebastián Henao, corredor del Team Sky, es para muchos el protagonista destacado de esta edición, donde los ciclistas del WT podrán disfrutar de la oportunidad de ganar una carrera que por edad, les pertenece. Escudado en Daniel Martínez y Aldemar Reyes, el cabeza de turco de los escarabajos debe sacar provecho de su experiencia en carreras de gran nivel. El primero de sus gregarios es un contrastado escalador de primer año, octavo en el último Tour of Utah y mejor joven de la cita, que se dejará la piel por su maillot. De Reyes cabe destacar su segundo puesto en la Vuelta de la Juventud de Colombia, donde descubrimos que, si bien cuesta arriba es una locomotora, en la lucha contra el crono su efectividad disminuye hasta el punto de tener que pelear por entrar en el control. La fortaleza colombiana se multiplica con los también WT con Etixx-Quick Step, Fernando Gaviria y Rodrigo Contreras. Desde sus impresionantes duelos con Mark Cavendish a principios de temporada, de donde salió victorioso, hemos marcado el nombre de Gaviria en negrita. Stagiaire con los belgas en este mes de agosto, su progresión parece brutal; muestra de ello, su reciente triunfo en la segunda etapa del Czech Republic Tour, donde llevó un papel protagonista. Con el apoyo de Germán Chaves, el sprinter tiene una clara opción de llevarse la elástica verde. No nos olvidemos de Contreras, quizás menos conocido para el público pero que ha demostrado poder estar con los mejores en los terrenos duros. Su ambición condicionará sus opciones en carrera.
El anuncio de la no participación del combinado español en el Tour del Porvenir fue una jarra de agua fría para los aficionados. Una prueba con historia, con diferentes ganadores nacionales, por la que se lucha año tras año, y según las explicaciones transmitidas, se había perdido la opción de disputar en este 2015 por no entregarse la documentación pertinente. Temas burocráticos aparte, la organización incluyó finalmente a la selección 21 en carrera, donde se debe resaltar un nombre por encima del resto: Marc Soler. El catalán es la piedra angular del equipo, el WT por excelencia. En un primer año de aclimatación a la categoría, el de Vilanova y Geltrú se ha mostrado poderoso, combativo, y dando la cara por el Movistar y sus líderes. El cambio de normativa permite a Marc tener una buena oportunidad de liderar un sexteto potente, con experiencia y con posibilidades de recaudar un buen botín en Francia. Quizás no sea el mejor escalador de la prueba, pero de Soler hay que destacar su casta y fortaleza. Le vimos ser protagonista en Burgos, por lo que llega en un buen momento de forma al Porvenir. Secundado por Julen Amezqueta y Cristián Rodríguez, el maillot español se hará visible en los terrenos empinados. Ambos stagiaires del SouthEast, saben lo que es disputar una carrera con profesionales. El navarro, ganador de la Volta a Portugal do Futuro, lleva una temporada fantástica, demostrando al supremo que su sitio está entre la élite del ciclismo. Cristian, por su parte, viene de conseguir el triunfo en León después de una exhibición impresionante. Segundo en el Nacional contra el reloj, es un ciclista completo que seguro, demostrará su valía en los años venideros, y con el que hemos charlado antes de tomar la salida en la ronda gala. Cómo no, el Murias Taldea también tendrá representación en el Tour de l’Avenir, con la aportación de Imanol Estevez y Eneko Lizarralde. Con un estreno entre profesionales más que aceptable, ambos aportan la raza característica de los equipos norteños. El vitoriano es un caballo ganador, y según se pudo ver en Burgos, tiene la silla de montura bien colocada. La viva imagen de la batalla se refleja en Lizarralde; colocación, experiencia y pelea son palabras que tiene grabadas a fuego, por lo que es una pieza vital en la selección. Cierra la alineación el aragonés y yogurín del equipo, Fernando Barceló. Puede que este no sea su año, pero nadie puede dudar de la increíble calidad que atesora en sus piernas, y con el que también hablamos en esta peculiar entrevista. Pregúntenselo al Tinkoff-Saxo, con quienes ya ha realizado un stage.
Sin poner las cartas sobre la mesa, Italia presenta una selección con muchos cachorros con ganas de echar a correr. Sin suerte en 2014, seguros que los azulones querrán darle la vuelta a la tortilla y tener un papel protagonista en el país vecino. Con un sexteto que combina habilidades en subida y al sprint, parecen serios candidatos a llevarse, al menos, una victoria parcial. Hablar de Simone Consonni es referirse a uno de los mejores velocistas jóvenes de Europa. Con cuatro victorias en su haber, el corredor del Team Colpack ha sido el gran dominador de la especialidad. Apoyado en su compañero de equipo y también rapidísimo Oliviero Troya, formarán una dupla letal que puede luchar por todo en las llegadas masivas. No obstante, en su contra juegan las escapadas, puesto que la selección azzurra tiene pinta de ir a correr por libre y buscarse las castañas por su cuenta. Uno de los nombres más conocidos es el de Gianni Moscon, relacionado con los británicos del Team Sky a lo largo de toda la temporada. Cualidades tiene de sobra, pero Moscon no se encuentra en su terreno: las clásicas. Quizás en la cuarta etapa tenga la posibilidad de mostrar todo su potencial y llevarse el triunfo de etapa. De cara a la montaña, la selección italiana cuenta con tres escaladores de entidad: Simone Petilli, Edward Ravasi y Giulio Ciccone. Los dos primeros ya han hecho oficial su fichaje por el Lampre Merida en 2016. Ambos se han mostrado en las rondas más duras del calendario Sub-23, e incluso Petilli se llevó una de ellas, Ronde de l’Isard. El tercero en discordia, Ciccone, ya fue protagonista en la última edición del 2014. El joven italiano se vio obligado a abandonar la prueba cuando marchaba en séptima posición de la Clasificación General, por lo que volverá con sed de venganza. Un trío que transmite grandes expectativas que deben ratificar en la carretera.
La alineación que presenta la selección francesa deja claras las intenciones de los anfitriones en este Tour de l’Avenir. Con un líder claro como Nans Peters, el bloque se centra en la fortaleza en terrenos ascendentes. Peters ha demostrado en el reciente Tour de l’Ain que no se asusta con nada; cuarto en la general, se ha mostrado combativo y ambicioso. Cabe destacar que ha conseguido otro cuarto ligar en la Ronde van Vlaanderen de su categoría, por lo que el motor de este corredor da para mucho. Por si fuera poco, sus condiciones de vueltómano se ven reforzadas en la contrarreloj, donde acaba de conseguir el tercer puesto nacional de la categoría. Sus dos lugartenientes deben ser Jeremy Maison y Guillaume Martin. El primero es uno de esos escaladores al más puro estilo Rolland, que aparece y desaparece a su antojo, pero que siempre está ahí. Este año ha conseguido el tercer peldaño del podio en Ronde de l’Isard, mientras que en el pasado Porvenir consiguió una meritoria novena plaza en la general. Guillaume Martin llega como el ganador de la Lieja-Bastoña-Lieja Sub-23 y con la cuarta plaza conseguida en Isard. Sin embargo, sus prestaciones en esta segunda parte de la temporada han decaído considerablemente, por lo que habrá que esperar a la carrera para ver su aportación. Les acompañan tres buenos hombres de equipo como Leo Vincent, Fabien Grellier y Elie Gesbert. A destacar entre los tres a Vincent, ganador de las etapas de cierre de Ronde de l’Isard y Tour des Pays de Savoie.
Con la selección holandesa llega uno de los grandes favoritos a la victoria final del Tour de l’Avenir. Sam Oomen ha sido uno de los protagonistas destacados de las rondas por etapas del calendario amateur. Ganador de Rhone Alpes d’Isere, ha sumado un total de cinco top10 en citas importantes. Segundo en el Tour de Alsace y Tour de Pays de Savoie, tiene los elementos necesarios para intentar llevarse el Porvenir. Con dos gregarios que ya lo han entregado todo por él, Koen Bouwman y Hofstede, Oomen aspira a todo, y tiene piernas para ello. A su lado también correrá un súper clase de la talla de Mathieu van der Poel, que hará su debut en la cita francesa. Puede que tenga marcada la cuarta etapa con una (c)X, pero si tiene que trabajar para su líder, lo hará. Cierran el sexteto dos corredores rápidos pero sin grandes opciones de sacar petróleo en las llegadas masivas: Stan Godrie y Martijn Tusveld. Si el primero está en buena forma, Tusveld será el chico para todo del equipo.
Quizás la última selección fuerte en carrera, aunque suene raro, sea la belga. Habituados a grandes clasicómanos, este año cuentan en sus filas con un hombre con proyección en las grandes vueltas: Laurens de Plus. Conocido además de sus resultados por su reciente fichaje por el Etixx-Quick Step y no por su club formador Lotto Soudal, De Plus es uno de los grandes protagonistas de la temporada ciclista. Sube bien, sabe defenderse contra el crono y después de un primer año silencioso, ha dado el do de pecho en 2015. Sin embargo, si bien su calidad individual le hacen merecedor de la etiqueta de favorito, no encontrará en su equipo un estereotipo de conjunto arropador de líderes. Solamente uno de ellos, Dries van Gestel, es escalador, teniendo los demás un perfil clasicómano que deberán moldear para esta cita. Si luchan por un objetivo común será un bloque fuerte; esperemos que sea así y puedan dar al país valón una alegría.