20 años después el Tour vuelve a Le Havre. Tras la “Paz Armada” de la jornada de ayer, la Grand Boucle vuelve hoy a recuperar toda su intensidad. Un perfil rompepiernas con el final en la Cote d´Ingouville y sus 850 m al 7% de desnivel abren de nuevo el abanico de candidatos a la victoria final. Cazaetapas experimentados así como corajudos y valientes jóvenes pondrán toda la carne en el asador para entrar en una fuga que, de antemano, tiene opciones de llegar.
Sus posibilidades de éxito dependerá en gran medida del empeño que el conjunto Etixx ponga en retener un maillot amarillo, por el cual Tony Martin ya ha dicho que quiere pelear, al menos, hasta la jornada de descanso del próximo lunes. Mucho tendrán que decir también los equipos de todos esos finishers que verán en ese último repecho final la ocasión perfecta para destronar a los poderosos sprinters. Candidatos seguro que no faltan. Nombres como los de Valverde, Daniel Martin, Bakelants, Tony Gallopin, Kwiatkowski o Albasini están llamados a postularse como los principales rivales de Peter Sagan y John Degenkolb. El eslovaco y el alemán, poseen además de una potente punta de velocidad, una extraordinaria capacidad para imponerse en este tipo de llegadas. Más difícil lo tendrán los Kristoff, Greipel o Cavendish, hombres que si bien han demostrado en estos últimos días estar un peldaño por encima del resto en las volatas, suelen sufrir sobremanera cuando la carretera se empina.
La jornada presenta un perfil, que como ya venimos comentando, presenta tres cotas de 4ª categoría y otras muchas que, si bien, no puntúan, seguro que servirán para apuntalar las piernas de los corredores de cara al esperado desenlace de esta sexta etapa con inicio en Abbeville y final en Le Havre. Reseñar también que junto con las cotas ya anteriormente citadas, otro escollo a superar serán los kilómetros que los ciclistas deberán afrontar pegados a la costa con el consiguiente riesgo de abanicos a causa de un viento de costado, como siempre impredecible. Si consiguen esquivar todo este mar de dificultades, los corredores alcanzarán la meta habiendo recorrido 192 kilómetros y casi 2000 m de desnivel, números de toda una clásica de primavera. El Tour regresa así a la localidad de Le Havre, a la cual no acudía desde el último triunfo de Miguelón allá por 1995. En aquella ocasión, en un final diferente y mucho más llano, se impuso Mario Cipollini, siendo este su tercer triunfo de etapa en el Tour de Francia.
Hoy, casi con total seguridad, el desenlace será muy diferente. Aunque como siempre, más que del recorrido, dependerá de los corredores. Al fin y al cabo lo peligroso de una bala no es el impacto, sino la velocidad a la que se produzca.